Axpe y Zárate, Martín de. Granada, 25.IV.1594 baut. – Puebla de Bolívar (Vizcaya), 23.VII.1640 ant. Secretario de Estado y Guerra.
Hijo de Juan García de Axpe y Sierra y de Úrsula Zárate, nació en Granada y fue bautizado en la parroquia de San Miguel el 25 de abril de 1594.
El nombramiento de Martín de Axpe como secretario de Estado y Guerra de la capitanía general del ejército de Flandes “cerca la persona” del cardenal infante Fernando, despachado en nombre de Felipe IV el 27 de octubre de 1631, confirma que, en esa cronología, Axpe poseía título de secretario real y un hábito de la Orden de Santiago. No es posible determinar el año de expedición del título, pues su expediente no se conserva en la serie Quitaciones de Corte de la Escribanía Mayor de Rentas del Archivo General de Simancas. Pero la obtención del hábito se remontaba a 1625. El expediente generado en este caso aporta datos limitados sobre su trayectoria antecedente, pero permite situar su fecha y lugar de nacimiento.
Aunque ligado a la anteiglesia de Zeánuri (valle de Arratia, Vizcaya), Martín había nacido en Granada, donde su padre, Juan [García] de Axpe, doctor en Derecho y antiguo colegial del Colegio Mayor de San Bartolomé de Salamanca, prestaba servicio a la Corona como oidor de la Real Chancillería; servicio que completaría después con un puesto de oidor en el Consejo y Contaduría Mayor de Hacienda (1600), según los testimonios recogidos en las informaciones previas al ingreso en la Orden. Respecto al pretendiente, los testigos afirmaban que había sido diputado general del señorío de Vizcaya durante varios años (lo fue por el bando gamboíno durante un bienio, entre agosto de 1622 y agosto de 1624) y que era patrón de la iglesia de Santa María Zeánuri (de dos capellanías instituidas por su padre en 1599), aunque las declaraciones se centraban más en su inmediato círculo familiar.
La recapitulación de servicios incluida en el título de secretario de Estado y Guerra del cardenal infante menciona una comisión previa desempeñada “en la residençia de mi embaxada cerca de la persona del Serenísimo duque de Saboya en ocurrencia de negocios y materias muy importantes, assí de la guerra de Monferrato y Mantua, como de la Paz, con que por mi orden havéis intervenido”. Tras concluir la etapa de residente en la embajada de Turín (1631), Martín de Axpe pasó unos meses en Madrid y enseguida fue promovido a la citada Secretaría, cuyo ejercicio (en Flandes y camino de Flandes) comprendía importantes responsabilidades. El título explicita que el Monarca le encomendaba el tratamiento de “los papeles y negocios de Estado y Guerra que se ofrecieren [...] i entreys en todos los Consejos y Juntas de estas materias i hagáis los decretos, consultas y despachos necesarios y tengáis a vuestro cargo la correspondencia ordinaria de la persona de mi hermano a la mía y la negociación general y particular que en las materias de estado y guerra i de las concernientes a ellas se ofreciere en qualquier manera”. Este conjunto de tareas fue desempeñado por Axpe hasta el verano de 1636. En septiembre de ese año llegó a Madrid con una licencia real que él mismo había solicitado, aduciendo la necesidad de atender los negocios de su casa y problemas de salud (“imposibilidad de la orina”) y le autorizaba a ausentarse de Flandes durante un año.
Francisco de Galarreta ejerció su cargo en situación de interinidad hasta 1638, fecha en la que Martín fue designado para desempeñar una misión diplomática en Inglaterra, sucediendo a Juan de Necolalde en su dignidad de residente de la embajada, y Miguel de Salamanca se transformó en nuevo titular de la Secretaría de Estado y Guerra de don Fernando.
Respecto a la jornada de Inglaterra, es preciso apuntar que Axpe no llegó a efectuarla. En una carta dirigida al secretario de Estado Andrés de Rozas el 4 de febrero de 1638, Martín aseguraba hallarse imposibilitado para realizar el viaje por “mis achaques, que son lesión grande en los riñones, que me causa calentura, particularmente en haziendo algún exerçicio y con sospecha de que ay úlçeras, supresión de orina que me obliga a orinar haziendo tanta fuerza que me dicen los médicos que puede ser me aya quebrado”. Entonces se encontraba en Bilbao, donde había acudido “compelido por la necesidad para curarme y actualmente estoy de cura”, y remitía un informe de su médico, Bernardino Blanca Lana, un cirujano del Rey especializado en “pasiones de orina”, para certificar su dolencia y justificar sus excusas. El Consejo de Estado y el propio Felipe IV acabaron aceptándolas como verdaderas y encomendando la comisión a Alonso de Cárdenas.
La elección previa de Axpe para desempeñarla resulta comprensible considerando su trayectoria en la embajada de Saboya y el hecho de que, durante su etapa flamenca (otoño de 1634-primavera de 1636), Martín también había desarrollado labores de naturaleza diplomática que le mantuvieron alejado de los escritorios de la Secretaría de Estado y Guerra. En septiembre de 1635 adquirió notable protagonismo en el ciclo de conversaciones secretas iniciadas por el gobierno de Bruselas con representantes de los Estados Generales de las Provincias Unidas en Kranenburg (ducado de Cleves) —desde donde los miembros de la delegación hispana fueron conducidos a Nimega y retenidos temporalmente por la delegación holandesa—, y en Turnhout (norte de Brabante) algo más tarde. Las conversaciones, encaminadas a renovar un posible acuerdo de tregua, se rompieron en febrero de 1636, pocos meses antes de que Axpe regresara definitivamente a España.
En 1639 o 1640, obtuvo, al parecer, una plaza en la secretaría del Consejo de Guerra que no llegó a ocupar. El trágico episodio de su muerte, acaecida a comienzos del verano de 1640 en la anteiglesia de Bolíbar (Vizcaya), lo narró el secretario de Estado de la negociación de Flandes, Andrés de Rozas, en una carta dirigida a Miguel de Salamanca y fechada en Madrid el 23 de julio de 1640: “La muerte de don Martín de Axpe fue con circunstançias nunca vistas ni oídas, pues un pedazo de espada que se quebró en una pendençia, llegó con tal violencia a 24 pasos desde donde se quebró a donde él se hallava, que entrole por el ojo izquierdo y cayó muerto sin dezir más de ‘Jesús que soi muerto’, y por señas dio materia de absolución”. Su viuda, Antonia de Munibe y Aranzibia, obtuvo una ayuda de costa de 2000 ducados en octubre de 1640, consignada sobre las presas de la Armada de Dunquerque.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional (Madrid), Órdenes Militares, Santiago, exp. 750; Estado, lib. 261, fols. 158r.-v.; Estado, lib. 961, fols. 73-76 (“Felipe IV a don Fernando”, El Pardo, 20 de enero de 1638); Estado, lib. 981, sin foliar; Estado, lib. 263, fol. 175r. (“Felipe IV a don Fernando”, Madrid, 25 de octubre de 1640); Archivo General de Simancas, Estado, leg. 2797, Consejo de Estado, Madrid, 27 de marzo de 1632; Estado, leg. 2521, Consejo de Estado, Madrid, 26 de enero de 1638 (“Vota en secreto sobre los despachos de don Martín de Axpe para ir a servir en Inglaterra”); Estado, leg. 2521 (don Martín de Axpe a Andrés de Rozas, Bilbao, 4-1-1638 con la certificación del cirujano, fechada en Bilbao ese mismo día); Estado, leg. 2521, Consejo de Estado, Madrid, 14 de febrero de 1638 (“Dize lo que se le offreçe sobre la respuesta que ha dado don Martín de Axpe excusándose con su falta de salud de ir a Inglaterra”); Archives Générales du Royaume de Belgique, Secrétairerie d’État et de Guerre, registre 214, fol. 279r. (“Don Fernando a Felipe IV”, Bruselas, 30 de abril de 1636).
H. Lonchay, J. Cuvelier y J. Lefèvre, Correspondance de la Cour d’Espagne sur les affaires des Pays-Bas au XVIIème siècle, III. 1634-1637, Bruselas, Marcel Hayez, 1930; J. Lefèvre, La Secrétairerie d’État et de Guerre sous le Régime espagnol (1594- 1711), Bruselas, 1934, págs. 111-116; D. de Areitio y Mendiolea, El gobierno universal del Señorío de Vizcaya. Cargos y personas que los desempeñaron. Juntas, Regimientos y Diputación, Bilbao, Imprenta Provincial, 1943, págs. 31-32; A. van der Essen, Le Cardinal-Infant et la politique européenne de l’Espagne (1609-1641), Bruselas, Universitaires, 1944 [únicamente publicado el vol. 1 (1609-1634)]; E. J. de Labayru y Goicoechea, Historia general del señorío de Bizcaya, vols. IV y V, Bilbao, Casa Editorial las Propagandas, 1968, págs. 619- 620 y págs. 135, 137 y 303, respect.; B. Delgado, El colegio de San Bartolomé de Salamanca. Privilegios, bienes, pleitos, deudas y catálogo biográfico de colegiales según un manuscrito de principios del siglo XVII, Salamanca, Ediciones de la Universidad de Salamanca, 1986, págs. 110 y 159; J. I. Israel, La República holandesa y el mundo hispánico (1606-1661), Madrid, Nerea, 1997, págs. 256-258; M. Á. Echevarría Bacigalupe, Flandes y la Monarquía Hispánica (1500-1713), Madrid, Sílex, 1998; J. M. de Francisco Olmos, Los miembros del Consejo de Hacienda en el siglo XVII, Madrid, Castellum, 1999, págs. 13, 75 y 153; A. Esteban Estríngana, Mecanismos institucionales y financieros de la Monarquía Católica. El eje Madrid-Bruselas en el siglo XVII (1591-1643), tesis doctoral, Alcalá de Henares, Universidad, 2001 (inéd.), págs. 328 y 336-338.
Alicia Esteban Estríngana
