Guaras, Antonio de. Tarazona (Zaragoza), p. m. s. XVI – ¿Tarazona (Zaragoza)?, 1584. Mercader y diplomático.
Nació en Tarazona en la primera mitad del siglo XVI. Antonio de Guaras debió de llegar a Londres hacia principios del año 1533, justo cuando la reina Catalina de Aragón era repudiada por su marido el rey Enrique VIII. Debía de ser aún muy joven cuando llegó, pues años más tarde declarará que se crió en Inglaterra.
El duque de Alburquerque fue su valedor y protector, y a él le dedica su relación (1554), de la cual existe un ejemplar en el Museo Británico y otro en la Biblioteca de El Escorial, pero con otra edición y fecha y como nombre del autor, Ambrosio de Guaras.
El hispanista Martin Hume defiende la tesis de que Guaras fue también el autor de una crónica anónima sobre el reinado de María Tudor, y justifica este carácter anónimo por “[...] [l]os cuentos escandalosos que contiene relativos a la vida privada de muchos de los nobles más poderosos de Inglaterra [que] habría bastado para arruinar a cualquier escritor de la clase de Guaras que osase apadrinar [...]” dicha obra.
De los primeros once años de Guaras en Inglaterra no se sabe más que se encontraba establecido en Londres con otros comerciantes españoles. Hacia 1544, ya casado y bien asentado en suelo inglés, era considerado por el pueblo que le acogió como uno de los mercaderes españoles residentes más prósperos, renombrados y respetados del momento.
Otra de sus ocupaciones, como intérprete de los soldados españoles que habían quedado en Londres al servicio de Enrique VIII, le sirvió para conocer también los asuntos públicos.
Parece que, durante la persecución de los católicos por parte del duque de Northumberland, Guaras se refugió durante algunos años en los Países Bajos hasta la muerte de Eduardo VI.
Durante el reinado de Isabel I, se convertiría en una persona influyente. Mantuvo una estrecha relación con los embajadores de Felipe II y, en los primeros años de su reinado, las relaciones hispano-inglesas se caracterizaron por una frágil pero segura alianza. Todo cambió, sin embargo, desde la llegada como embajador del vehemente Guerau de Spes. Su mala relación con la Reina y sus ministros y su complicidad con los católicos partidarios de María Estuardo hicieron que el embajador fuera expulsado, los españoles residentes en Inglaterra perseguidos y el comercio lucrativo interrumpido, por lo que Guaras pasó por momentos difíciles. Como católico y español que era, Guaras, afectado por la persecución creciente hacia los católicos, se fue radicalizando en su postura y llegó a defender la causa de la invasión de Inglaterra por parte de España. Poco a poco, se fue involucrando cada vez más en la política hasta convertirse en informador imparcial tanto del duque de Alba como del secretario real Gabriel de Zayas.
El primer ministro de la reina Isabel I, William Cecil, creyó oportuno entonces servirse de Guaras como interlocutor entre la Corte inglesa y la española durante el período en que la embajada española quedó vacante, tras la expulsión, en 1572, de Guerau, y así se lo hizo saber. Desde este momento y hasta la toma de posesión, en enero de 1578, del siguiente embajador, el no menos vehemente Bernardino de Mendoza, el mercader Antonio de Guaras haría las funciones de embajador interino del rey de España en Inglaterra.
Guaras no tenía ni la categoría social que correspondía a un embajador, ni la preparación suficiente, con lo que su labor fue insuficiente, no obstante, consiguió cosas muy positivas para la Corona, como el restablecimiento del comercio entre Inglaterra y España mediante los tratados de Nimega (1573) y de Bristol (1574) o el envío de un embajador por parte de Inglaterra a España en la persona de lord Henry Cobham, que propició un clima de mayor entendimiento entre las dos potencias. Su labor quedará empañada, sin embargo, al final de su gestión por las implicaciones del embajador en los proyectos visionarios de Juan de Austria, quien pretendía invadir Inglaterra para rescatar de su cautiverio a María Estuardo, poniéndola en el trono tras desposarse con ella. La comprometida correspondencia entre el embajador, Juan y María fue interceptada por los espías de Cecil, y se comprobó que el antiguo mercader se había convertido en conspirador contra el régimen de Isabel y valedor de la causa de María Estuardo.
La noche del 19 de octubre de 1577, Guaras fue arrestado en su domicilio y enviado a la Torre de Londres, acusado de haber conspirado contra el Estado de Inglaterra. De nada sirvieron los ruegos y esfuerzos del nuevo embajador, Bernardino de Mendoza, ante la Reina, quien le dijo en su primera entrevista que “no había ahorcado a Guaras por ser vasallo de S. M.”. Por fin, después de meses de trámites diplomáticos, en mayo de 1579 Guaras fue liberado, no sin antes pagar todas las deudas contraídas durante su ejercicio como embajador. Viejo y cansado, no perdió el antiguo mercader su talante altivo, por lo que fue, asimismo, expulsado de Inglaterra tras su liberación.
Volvió a España, donde se retiró, probablemente en Tarazona, hasta principios de 1584, esperando en vano del Rey una satisfacción de lo que se le debía.
Obras de ~: Relacion muy verdadera de Antonio d’ Guaras, criado de la Serenisima y Catolica reyna de Inglaterra, al illustre S. Duque de Alburquerque, Vissorey y Capitan General d’ l’Reyno de Navarra [...], Medina del Campo, Imprenta de Francisco del Canto, 1554; The accesion of Queen Mary: being the contemporary narrative of Antonio de Guaras a Spanish merchant resident in London, s. f. (ed. con introd. y notas de R. Garnett, Londres, 1892); Correspondencia de Felipe II con sus Embajadores en la Corte de Inglaterra, 1558 a 1584, s. f. [ed. en Colección de Documentos Inéditos para la Historia de España (CODOIN), vol. XCI, Madrid, 1888, págs. 3-180].
Bibl.: T. González, “Apuntamientos para la historia del rey don Felipe II de España, por lo tocante a sus relaciones con la Reina Isabel de Inglaterra desde el año de 1568 hasta el de 1576”, en Memorias de la Real Academia de la Historia, vol. VII, Madrid, Real Academia de la Historia, 1832; J. A. Froude, History of England from the fall of Wolsey to the death of Elizabeth. The Reign of Elizabeth, vols. III y IV, London, 1866; M. S. Hume (ed., introd. y notas), Calendar of Letters and State Papers relating to English affaires, preserved principally in the archives of Simancas 1568-1579, vol. II, London, 1894; “Españoles e ingleses en el siglo XVI”, en Biblioteca de derecho y de ciencias sociales (Madrid), XVI (1903), págs. 81-127; “Antonio de Guaras, historiador, diplomático y mercader”, en La Lectura (Madrid), año III, vol. I (1903), págs. 1-28; P. O. de Törne, Don Juan d’Autriche et les projets de conquête de l’Angleterre, Helsingfors, 1915; M. A. Ochoa Brun, Historia de la diplomacia española. La diplomacia de Felipe II, vol. VI, Madrid, Ministerio de Asuntos Exteriores, 2000, págs. 171-175.
José Miguel Cabañas Agrela