Quero y Figueroa, Diego Francisco. Santo Domingo (República Dominicana), 1614 – América, s. m. s. xvii. Gobernador y capitán general interino de la provincia de Venezuela en los años 1652 y 1653, caballero de la Orden de Santiago.
Conocedora la Real Audiencia de Santo Domingo de la muerte del gobernador Pedro León Villarroel el 14 de julio de 1651, conforme a sus atribuciones, designó gobernador y capitán general interino de la provincia de Venezuela a Diego Francisco Quero y Figueroa, criollo, nativo de la ciudad, hijo de Francisco Rodríguez Franco, alguacil mayor de la Audiencia, y de Olalla de Quero y Figueroa. El nuevo gobernador interino era sargento mayor y caballero de la Orden de Santiago.
Tomó posesión el 13 de mayo de 1652 en la ciudad de Coro, notificándolo al Cabildo de Caracas, que lo reconoció por tal en su reunión del 24 del mismo mes y año. Sin embargo, el nuevo gobernador, enterado del tipo de desórdenes que había en los llanos se detuvo hasta el año siguiente sin acudir a Caracas. Lo que ocurría en los llanos, comarca natural para la ganadería, eran frecuentes robos de cabezas en los hatos, ganados que se introducían a pie, clandestinamente, en el Reino de Nueva Granada y el beneficio personal de las reses, de las que sólo se obtenían cuero y sebo, que se vendían furtivamente a los filibusteros ingleses y holandeses; partidas de salteadores se apoderaban de las reses en el camino hacia Caracas, la cual padecía un grave desabastecimiento de carne, y por su puerto de La Guaira apenas se exportaban cinco mil cueros al año, cuando la media general de un decenio anterior era de sesenta mil.
Nombró a Francisco de Solórzano juez absoluto de los Llanos, con todas las atribuciones; aplicando la ley sin misericordia acabó con los salteadores de caminos, y cuando parecía que ello solucionaría los problemas de los Llanos, estalló una sublevación de los caribes y otomacos. Nombró el gobernador jefe de las tropas al capitán Diego Velásquez de Ledesma. Hizo un bando de recluta de voluntarios: acudieron ciento dieciocho, número al parecer exiguo, pero que fue suficiente para batir a los indios. El cacique Chiparara mandaba los indios sublevados cuando los dos ejércitos se avistaron.
Ledesma iba al galope y se detuvo ante los indios; siguió la costumbre y “requiere al indio paz una, dos y tres veces”, le contestaron con una lluvia de flechas.
Los españoles cargaron en tres pequeños escuadrones de caballería y destrozaron el ejército indio, haciendo prisioneros a Chiparara y sus caciques. En poco tiempo fue pacificada toda la región.
Por faltar las actas de los Cabildos de Caracas de 1653, no se sabe cuándo se presentó Quero y Figueroa en Caracas, ni en qué día del mes de diciembre de 1653 ni por qué, a su propia petición, causó baja en su interinato, pues consta que el 29 de diciembre de dicho año, estaban encargados provisionalmente de la gobernación de Venezuela, según antigua Real Cédula de 8 de diciembre de 1560, los alcaldes ordinarios de Caracas Gonzalo de los Ríos y Melchor de la Riva.
Parece que el dimisionario Quero y Figueroa retornó a Santo Domingo, pero nada más se sabe de su vida posterior.
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Fernando Rodríguez de la Torre