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Guacanagarí

Biografía

Guacanagarí. República Dominicana, s. m. s. xv – p. s. xvi. Cacique de la isla La Española, primera autoridad indígena americana que estableció relaciones amistosas con Cristóbal Colón.

En el momento del descubrimiento de América, era señor del cacicazgo de Marién, que actualmente abarcaría la costa norte de Haití y de República Dominicana.

Según algunos cronistas, La Española se dividía en cinco grandes cacicazgos: Maguana, Jaraguá, Higüey, Maguá y Marién, cuyos respectivos caciques eran Canoabo, Behechio, Cayacoa, Guarionex y Guacanagarí.

Esta división, sin embargo, no es aceptada por muchos historiadores actuales, ya que consideran que la isla debía de tener una organización política más compleja y con otros grupos indígenas.

Cuando Cristóbal Colón llegó a la bahía que denominó puerto de Santo Tomás, en diciembre de 1492, encontró una aldea perteneciente al señorío de Marién, cuyo cacique principal era Guacanagarí. Éste, desde un principio, se mostró complaciente y generoso con el almirante y ambos firmaron pactos de amistad obteniendo por este medio todas las noticias que deseaba conocer acerca de la isla y de sus riquezas.

Guacanagarí ayudó a los españoles e intercambió regalos con ellos sellando una alianza entre este cacique del Marién y el almirante.

Al entrar en contacto con la población indígena, Colón estableció un comercio a base de un sistema de trueque e intercambio de objetos llamado “rescate”. A cambio de cuentas de vidrio, piezas de latón o cascabeles, los españoles recibieron láminas de oro, además de objetos de madera, algodón y alimentos.

El 25 de diciembre de 1492 le ocurría a Colón el contratiempo quizá más doloroso de su primer viaje: la pérdida de la nao capitana Santa María, en la que él personalmente había hecho el descubrimiento, tras encallar en un banco de arena y a cuyo mando estaba en esos momentos un inexperto grumete. Esa noche Guacanagarí “mandó poner hombres armados en derredor de todo, que velasen toda la noche”. Amanecido el nuevo día, Colón envió a Diego de Arana, alguacil de la armada, y a Pedro Gutiérrez, repostero de la Casa Real, a notificar a Guacanagarí lo sucedido.

Éste y su gente ayudaron a los españoles a salvar las pertenencias de la nave, con las que fundaron, junto a la costa y en la desembocadura del río Guarico, el “Fuerte de la Navidad”, por haberse producido ese día el naufragio de la Santa María. El miércoles 26 de diciembre llegó el cacique Guacanagarí a la carabela Niña a entrevistarse con Colón y a prestarle toda la ayuda que necesitara. Hablaron también del Cibao y de los Caribes o caníbales “que los vienen a tomar y traen arcos y flechas”. El almirante le ofreció a Guacanagarí el apoyo total de los reyes de Castilla para destruir a los caribes. Al mismo tiempo, mandó disparar una lombarda y una espingarda causando gran asombro y miedo a los indios. El cacique regaló a Colón algunos objetos de oro. Durante los días siguientes las entrevistas entre los dos mandatarios fueron frecuentes y muy amistosas no faltando los regalos y sellando algún tipo de alianza.

El 4 de enero de 1493, Colón emprendió el viaje de regreso hacia España y dejó en el fuerte recién construido treinta y nueve españoles, entre ellos un calafate, un carpintero de ribera, un bombardero y un tonelero, con mantenimiento de pan y vino para más de un año y “simientes para sembrar”, al mando de Pedro de Arana y bajo la protección de Guacanagarí.

Encomendó también al cacique amigo a Pedro Gutiérrez y al segoviano Rodrigo de Escobedo. Además de los citados, quedaron el físico Juan Sánchez “para curarles las llagas y otras necesidades a que su arte se extendiese”, y un sastre. A los suyos les alertó de posibles sorpresas, ordenándoles que no se separasen los unos de los otros, ni penetrasen en tierra adentro hasta que él volviese.

Los españoles que allí quedaron, libres de la autoridad del almirante, parece que se lanzaron a cometer abusos contra la población indígena. Escobedo y Pedro Gutiérrez se rebelaron contra Diego de Arana, a quien Colón había dejado al mando. Muchos se dispersaron tierra adentro y fueron presa fácil para los indios. El Fuerte de la Navidad, defendido por Diego de Arana y algunos soldados fieles, fue destruido por las gentes de Canoabó. Sobre la conducta de Guacanagarí en estos hechos existen muchas dudas y se le acusa de alguna complicidad con los atacantes.

Cuando regresó Colón en el segundo viaje, Guacanagarí fingió estar herido con el fin de que Colón creyera que se había opuesto al ataque de los españoles.

El doctor Chanca, que iba en esta expedición, examinó al cacique y se dio cuenta de que Guacanagarí fingía, pero Colón, en contra de muchos que le aconsejaban que lo castigara, no lo hizo. Consideró más positivo y prudente ser generoso que justiciero.

Después de estos acontecimientos poco o nada se sabe del que fue el primer cacique amigo de los españoles en el Nuevo Mundo.

 

Bibl.: A. Ballesteros Beretta, Cristóbal Colón y el Descubrimiento de América, Barcelona-Buenos Aires, Salvat Editores, 1945; J. Pérez de Tudela, “Las Armadas de Indias y los orígenes de la política de colonización (1492-1505)”, en Revista de Indias, años XIV y XV, n.os 57-58, 59, 60 y 61-62 (1956); B. de Las Casas, Historia de las Indias, ed. de J. Pérez de Tudela, Madrid, BAE, 1957; Apologética Historia, ed. de J. Pérez de Tudela, Madrid, BAE, 1958; G. Fernández de Oviedo, Historia General y Natural de las Indias, ed. de J. Pérez de Tudela, Madrid, BAE, 1959; R. Cassá, Los taínos de la Española, Santo Domingo, Universidad Autónoma, 1974; B. Vega, Los cacicazgos de La Española, Santo Domingo, Museo del Hombre Dominicano y Fundación García-Arévalo, 1980; C. O. Sauer, Descubrimiento y dominación española del Caribe, México, Fondo de Cultura Económica, 1984; M. A. García Arévalo, Indigenismo, Arqueología e Identidad Nacional, Santo Domingo, Museo del Hombre Dominicano y Fundación García- Arévalo, 1988; J. G. Guerrero y M. Veloz Maggiolo, Los Inicios de la colonización en América, San Pedro de Macorís (República Dominicana), Editorial Taller, Universidad Central del Este, 1988; P. M. de Anglería, Décadas del Nuevo Mundo, Madrid, Editorial Polifemo, 1989; L. Ramos, “El sometimiento del cacique de Port de Paix (Haití) a los Reyes Católicos en el primer viaje de Cristóbal Colón (diciembre de 1492)” y “Los dos pactos sellados por Guacanagarí y Cristóbal Colón en diciembre de 1492”, en Revista Española de Antropología Americana, n.os 19 y 20 (1989 y 1990), pág. 137 y pág. 67, respect.; L. Arranz Márquez, Repartimientos y Encomiendas en la Isla Española. El Repartimiento de Alburquerque de 1514, Madrid, Fundación García Arévalo, 1991.

 

Luis Arranz Márquez

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