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Enríquez de Valderrábano

Biografía

Valderrábano, Enríquez de. ?, p. m. s. XVI – s. m. s. XVI. Vihuelista, compositor.

Lo poco que se sabe de su vida procede de su propio libro publicado en Valladolid en 1547. En el escrito de concesión de la licencia, firmado por el príncipe Felipe, a la sazón regente, pues Carlos V se encontraba en Alemania (victoria en Mühlberg sobre los príncipes protestantes alemanes), es llamado “vecino de Peñaranda de Duero”, solar de los condes de Miranda, al cuarto de los cuales, Francisco de Zúñiga, está dedicada la obra. De igual modo se dice en la licencia, que le llevó más de doce años la confección del libro; es decir, empezaría a trabajar en él antes de que Luis de Narváez publicara, también en Valladolid, Los Seis Libros del Delfín en 1538 y aún antes de El Maestro de Luis Milán (Valencia, 1536). Por tanto conocería estas obras cuando ya estuviera embarcado en su proyecto y aún la de Alonso Mudarra, Tres Libros de Música en Cifras para Vihuela, publicada en Sevilla un año antes. Cierta premura debía de tener Enríquez de Valderrábano, quizás por una edad avanzada, en publicar su obra, pues afirma en el prólogo que la quiso imprimir “siendo vivo”.

Juan Bermudo en su Declaración de Instrumentos, publicada en Osuna en 1555 y dedicada también al conde de Miranda (ambos libros llevan el mismo escudo de armas, el de Valderrábano en la portada, cosa inusual en los demás libros de vihuela), nombra elogiosamente a Valderrábano a quien tiene como uno de los mejores tañedores de vihuela.

En los prolegómenos del Libro de Música de vihuela intitulado Silva de Sirenas, Valderrábano se extiende en una alabanza de la música inserta, como en los demás vihuelistas, en la tradición humanística, retrotrayendo las raíces de la vihuela al mundo clásico, el título es explícito. La “relación de la obra” incluye la explicación de la cifra y de los signos usados, así como algunos consejos generales de interpretación, digitación de mano izquierda para la correcta conducción de las voces o “mirar para que la música de las fantasías y otras cosas en el presente libro se tañan de buen aire, que se mire el tiempo y conforme a él se taña la dicha música”. Clasifica las obras según su dificultad en tres grados, las de tercer son “lo más dificultoso de tañer, y no son tan difíciles que cualquiera que razonable mano tuviere lo podrá tañer”.

Divide su obra en siete libros dedicados a distintos aspectos, así el primero ofrece transcripciones de música religiosa, aunque comienza con dos fugas —que en realidad son cánones— novedosas por lo temprano del uso de tal término, el segundo y el tercero ofrecen música para voz y vihuela, motetes, romances, villancicos y canciones de diversos autores: Gombert, Morales, Verdelot, Arcadelt, Josquin, etc., y del propio Valderrábano. El quinto contiene fantasías, tanto originales como reelaboraciones de otros autores. El sexto incluye partes de misas, de Josquin, Morales, Mouton, y sonetos. El séptimo trata de las diferencias sobre la pavana, Guárdame las vacas y Conde Claros. El cuarto libro se compone de obras para dos vihuelas, caso único en la música española del siglo XVI y que tiene sus precedentes en el repertorio italiano de laúd —la primera publicación italiana para laúd, de Francesco Spinaccino (Venecia, 1507), ya contiene obras para dos laúdes— que debía de conocer Valderrábano, quien en alguna de sus fantasías remeda a Francesco da Milano. Bermudo, cuando explica la manera de concertar estos instrumentos, se remite al “excelente músico Enríquez”. A estas obras que son arreglos de música vocal, hay que añadir la última pieza del libro que es para dos vihuelas o vihuela y guitarra.

Cinco años después de la aparición de Silva de Sirenas, varias de sus obras fueron publicadas en Lovaina, y la fama de Valderrábano pervivió más allá de su muerte pues a principios del siguiente siglo Cristóbal Suárez de Figueroa en su Plaza universal de todas ciencias y artes, lo situaba entre los más destacados vihuelistas.

Obras de ~: Libro de música de vihuela, intitulado Silva de Sirenas, Valladolid, Francisco Fernández de Córdoba, 1547 (ed. con transcrip. y est. de E. Pujol, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1965, col. Monumentos de la música española, vol. 22).

 

Bibl.: J. Bermudo, Declaración de instrumentos, Osuna, 1555; G. Morphy, Les Luthistes espagnols du XVI siècle, Leipzig, 1902; I. Pope, “La vihuela y su música en el ambiente humanístico”, en Nueva Revista de Filología Hispánica, XV (1961), págs. 364-376; C. Jacobs, Tempo Notation in Renaissance Spain, New York, Institute of Medieval Music, 1964; E. Pujol, “Introducción”, en E. de Valderrábano, op. cit.; J. J. Rey, “Enríquez de Valderrábano: Siete obras de Cristóbal de Morales para una y dos vihuelas”, en Tesoro Sacro Musical, 59 (1976), págs. 3-9; J. M. Ward, The vihuela de mano and its music (1536-1576), Michigan, Ann Harbor, 1977; J. Griffiths, “La evolución de la fantasía”, en Actas del Congreso Internacional “España en la Música de Occidente”, vol. I, Madrid, Ministerio de Cultura, 1987, págs. 315-322; J. Sage, “A new look at humanism in 16th-century lute and vihuela books”, en Early Music, XX (1992), págs. 633-641; J. Griffiths, “The vihuela: perfomance practice, style and context”, en V. A. Coelho, Perfomance on Lute, Guitar and vihuela, Cambridge, University Press, 1997, págs. 158-179; J. Griffiths, “Enríquez de Valderrábano”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la música española e hispanoamericana, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 2002; J. Dugot (ed.), Aux origines de la guitare: La vihuela de mano, Paris, Musée de la Musique, 2004.

 

Miguel Ángel Jiménez Arnáiz