Rico y Ortega, Bernardo. El Escorial (Madrid), 1825 – Madrid, 1894. Grabador y pintor.
Poco se conoce de la biografía de este pintor y grabador del siglo XIX, seguramente porque la personalidad de su hermano, el paisajista Martín Rico, ha copado las investigaciones sobre ambos.
Fue discípulo en Madrid de Vicente Castelló y de Calixto Ortega, comenzándose a ver su firma en los últimos tomos del Semanario Pintoresco y de La Ilustración, periódicos que fueron en España los iniciadores del género de publicaciones ilustradas tan en boga en esos momentos en el resto de los países europeos.
De todas las revistas de la época (El Museo Universal, fundada en 1857; La Ilustración Española y Americana, de 1869 o El Bazar, de 1874), fue la de La Ilustración de Madrid, de 1870, la más interesante para la historia de la ilustración gráfica española del siglo XIX, no sólo por su preocupación de publicar estrictamente grabados españoles, sino porque entre sus colaboradores estaban los más destacados grabadores de la época, como era el caso de Bernardo Rico.
En esta revista figuraban, en palabras de Castelló “los nombres y las obras de los artistas, dibujantes y grabadores colocados en la primera línea de mi clase en Madrid”. La mayoría de las láminas aparecen firmadas por dibujantes como Vallejo y Bécquer, muy famosos en la época, y por Bernardo Rico como grabador.
En ocasiones figuraban ilustraciones de Gisbert y Casado.
Tras sus primeros años como ilustrador de revistas se presentó posteriormente a diferentes pruebas de grabados para la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1856, sin cosechar muchos éxitos, alcanzando después, gracias a su constancia dos medallas de tercera clase en las de 1858 y 1864, y un diploma de la misma categoría en la de 1866.
De la obra de Rico se dijo que aún siendo un grabador experto, muchos de los valores de sus dibujos desaparecían al ser grabados: la linealidad, sencillez y agilidad son rasgos que en sus grabados encontraron cierto anquilosamiento. En su obra se aprecia un descuido del material del grabado, pero en cambio se ve que posee un alto grado en el dibujo.
Bernardo Rico se decantó por el grabado en madera, lo que se conoce como xilografía, que hizo furor en la ilustración de las revistas de la época y utilizó como materia prima la madera del boj. La principal publicación que contribuyó a dignificar esta técnica y la difundió entre el público fue el Semanario Pintoresco Español (1836- 1857), fundado por Mesonero Romanos.
Fuera del Museo Universal, donde se encuentran la mayoría de sus trabajos, ilustró novelas y libros de historia y viajes. Trabajó para las más importante revistas valencianas de la época, siendo suyo el grabado de la cabecera de la segunda época de El Saltamartí (1861).
Perteneció a la sociedad La Acuarela, técnica que trabajó con éxito y destreza y que supo enseñar a su hermano Martín; fue director artístico hasta su muerte de la revista la Ilustración Española y Americana y presidente del círculo de Bellas Artes. En 1883 fue agraciado con la encomienda de la Orden de Isabel la Católica.
Bibl.: M. Ossorio y Bernard. Diccionario biográfico de artistas españoles del siglo XIX, Madrid, Moreno y Rojas, 1900; VV. AA., Goya y el Grabado Español de los siglos XVIII, XIX y XX, Madrid, Agrupación Española de Artistas Grabadores, 1952; J. Carrete Parrondo, El grabado en España: siglos XIX y XX, en J. Pijoán (dir.), Summa artis: historia general del Arte, t. XXXII, Madrid, Espasa Calpe, 1988; A. Gallego, Historia del grabado en España, Madrid, Cuadernos de Arte Cátedra, 1990; C. Reyero, Pintura y escultura en España: 1800-1910, Madrid, Cátedra, 1995.
Laura Fernández Bastos