Villandrando y Zúñiga, Pedro de. Conde de Ribadeo (II). p. m. s. XV – p. t. s. XVI. Gobernador del Reino de Galicia.
Segundo titular del condado gallego de Ribadeo de la familia Villandrando, concedido por Juan II de Castilla en 1431 a Rodrigo de Villandrando. Hijo de éste y de su segunda esposa Beatriz de Zúñiga —hija a su vez del señor de Monterrei y de Baides—, su padre, uno de los personajes más célebres de la época, vivió parte de su vida en Francia en donde luchó desde 1421 a favor del rey Carlos VII, del que obtuvo importantes propiedades en el Delfinado y en Talmond sur Gironde; Rodrigo, también señor de veintisiete villas y conde de Convenas en Francia, a su muerte en 1448, dejó sus bienes franceses a su hijo Charles de Villandrando —nacido de su primer matrimonio con Margarita de Borbón—, y los españoles, entre los que estaba el condado de Ribadeo, a don Pedro.
Partidario de los Reyes Católicos, de los que fue guarda mayor, tras la subida al trono de éstos se convirtió en el segundo gobernador del Reino de Galicia en sustitución del I conde de Alba de Liste, en una fecha desconocida con exactitud; para algunos autores probablemente ejercía como tal ya en 1476, otros sitúan el comienzo de su gobernación en 1477 o incluso en 1478. Acompañado por el licenciado Juan de Alcalá, del Consejo Real, quien fue nombrado el 20 de febrero de 1478 su adjunto para que firmase con él todas las cartas y provisiones de justicia, su envío al Reino se produjo en el contexto de una conflictiva y peligrosa situación para los intereses de la Corona en este territorio. En un principio ésta era especialmente preocupante en el obispado de Mondoñedo, zona para la que el conde Ribadeo fue designado corregidor el 30 de noviembre de 1476, si bien dicho puesto por ausencia suya pasó a servirlo ya en febrero del año siguiente Pedro de Tosantos. Por otra parte, ante tal coyuntura, los Monarcas, además de las atribuciones ordinarias de la gobernación del Reino, probablemente las mismas que concedieron a su antecesor en esta tarea, le encomendaron varias comisiones excepcionales. En 1477 dada la oposición de la nobleza al establecimiento de la Santa Hermandad en el Reino, llegó a una avenencia con ella que no fue refrendada por los Reyes, que por el contrario sí promovieron varias iniciativas suyas más tarde. De hecho, le concedieron facultad para otorgar según su parecer cartas de perdón a los delincuentes con el fin de evitar la despoblación del Reino, y asimismo atribuciones de gran importancia a fin de lograr el control de los concejos, particularmente de los de realengo de La Coruña y Betanzos. En este campo tuvo potestad para suspender buena parte de las exenciones de las que gozaban los municipios, imponer en ellos oficiales suyos e igualmente facultad para designar a título personal corregidores para ciudades y zonas, la cual ejerció nombrándolos al menos para Mondoñedo y Orense en abril de 1478. Tras su estancia en Galicia el II conde de Ribadeo continuó en el real servicio y después de la entrega de Marbella, hacia mediados de junio de 1486, quedó por alcaide de esta población.
Dueño de señoríos también en la comarca de la Ribera del Duero, en 1503 vendió a Isabel la Católica tierras en el valle burgalés de Ventosilla, y que pertenecieron a la Corona hasta que en 1521 Carlos I las donó al II marqués de Denia. A su muerte heredó sus títulos y demás bienes su hermana Marina de Villandrando y Zúñiga, esposa del II conde de Salinas.
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Luz Rama Patiño y José Manuel Vázquez Lijó
