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Faustino de Casas

Biografía

Casas, Faustino de. Madrid, s. t. s. xvii – Asunción (Paraguay), 3.VIII.1686. Obispo, mercedario (OdeM).

Colaboró con los franciscanos y jesuitas en la fundación de reducciones. Natural de Madrid, ingresó en la Orden de la Merced y realizó sus estudios en la Universidad de Alcalá. Obtuvo varios puestos honoríficos hasta acceder a la mitra del Paraguay, cuya Iglesia gobernó desde el 3 de diciembre de 1676 hasta su muerte, acaecida diez años después.

Fruto de sus visitas pastorales a la diócesis y del interés social que despertaron en él aquellas giras, el obispo Casas pudo elaborar uno de los censos más completos y confiables del Paraguay de finales del siglo xvii. En efecto, el 31 de marzo de 1682 y en cumplimiento de una Real Cédula de 24 de abril de 1679, fray Faustino de Casas eleva al Rey un pormenorizado informe sobre la población de la provincia del Paraguay. Registraba un total de 38.666 habitantes, distribuidos de la siguiente forma: españoles, 7.209 (18,6 por ciento); pardos, 1.134 (2,9 por ciento); indios yanaconas, 2.517 (6,5 por ciento); indios mitayos, en seis doctrinas franciscanas atendidas entonces por el clero secular (Yaguarón, Altos, Tobatí, Ypané, Guarambaré y Atyrá), 3.429 (8,9 por ciento); en tres de franciscanos (Itá, Caazapá y Yuty), 5.307 (13,7 por ciento), y en siete de jesuitas (Nuestra Señora de Fe, San Ignacio Guazú, Santiago, Itapúa, Loreto y San Ignacio Miní), 19.070 (49 por ciento), lo que arroja un total de 30.323 indígenas cristianos.

Bajo la denominación genérica de españoles, son censados los criollos y los mestizos, ya que los peninsulares no alcanzaban al medio centenar, atendiendo a que cien años más tarde, con una población más que duplicada y nueva inmigración, apenas sumaban 212. En cuanto a los pardos, son anotados todos como esclavos, pero del contexto se desprende que se refiere a negros, mulatos y demás castas, incluyendo a los libertos.

En apariencia, la proporción entre indígenas cristianos y los llamados españoles es de cuatro a uno. Otro detalle digno de resaltar es que en Asunción había 1.120 pardos censados, lo que significa el 11,6 por ciento de la población de la ciudad y su distrito, proporción bastante alta —señala Rafael Eladio Velásquez, estudioso de este tema— si se considera la nula influencia africana en el Paraguay posterior a la guerra contra la Triple Alianza (1864-1870).

El obispo Casas dio su apoyo a la fundación de la reducción franciscana de Itapé con guaraníes Monteses o Caingua que nunca habían sido sometidos por la conquista. Sucedió que los indígenas de Caazapá, de donde era cura fray Buenaventura de Villasboa, informaron a éste que habían visto a indios salidos del monte, “fue allá y se encontró, no con Tupíes como creían aquellos sino con los Cainguá que tenían las orejas agujereadas y sus barbotes de tembetáes [labio perforado] ni más ni menos que los Guaycurúes, menos el pintarse la cara. Sus mujeres [...] desnudas todas [...] no tenían más pampanillas que las manos [...], los indios andan todos con sus pampanillas de plumas muy galanas y se atan todas las puntas del miembro, a su usanza”. Su territorio se encontraba en una región boscosa donde abundaba la yerba mate.

Abrir el camino a su comercio resultaba muy atractivo para los españoles.

El 10 de marzo de 1678 llegaron hasta el franciscano los primeros caciques con su gente, lo hicieron espontáneamente. Fue cuando Villasboa fundó con ellos la reducción de Itapé en tierras cedidas por Caazapá.

El obispo del Paraguay, fray Faustino de Casas, apoyó dicho emprendimiento y al respecto dejó escrito: “Con notable riesgo de su vida, pasando muchas necesidades [Villasboa] [...] sacó a los indios del monte y aseguran que se volverán si les quitan a dichoreligioso”. La mayoría de los Cainguáes fueron llevados a Caazapá y Yuty a fin de reforzar la escasa población de dichos pueblos, el resto quedó en Itapé. De entre todos los pueblos franciscanos, éste fue el único que estuvo exento del servicio personal de la mita.

Otra reducción que contó desde sus inicios con la ayuda del obispo Casas fue la de Jesús, una de las misiones jesuíticas más viajeras debido a la constante invasión de los bandeirantes. Fue obra del padre Jerónimo Delfín, en 1685 y su primer asentamiento estuvo junto al río Monday. Murió en Asunción el 3 de agosto de 1686.

 

Bibl.: H. Roa y F. Maíz, Breve Reseña Histórica de la Iglesia de la Santísima Asunción del Paraguay, Asunción, 1906; B. Toledo, Estudios históricos-Provincia Mercedaria de Santa Bárbara del Tucumán, t. II, Córdoba (Argentina), Establecimiento Gráfico Los Principios, 1920; P. N. Pérez, Los obispos mercedarios (1601-1926), Santiago de Chile, Imprenta Chile, 1927; J. F. de Aguirre, Diario del Capitán de Fragata D. Juan Francisco Aguirre, t. II, Buenos Aires, Imprenta de la Biblioteca Nacional, 1950; E. Cardozo, El Paraguay Colonial, Buenos Aires, Librería Hachette, 1958; J. L. Mora Mérida, Historia Social del Paraguay 1600-1650, Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1973; M. Durán Estrago, “Faustino de Casas”, en Crónica Histórica Ilustrada del Paraguay, I Paraguay Colonial, Buenos Aires, Distribuidora Quevedo de Ediciones, 1998; Presencia Franciscana en el Paraguay, 1538-1824, Asunción, Biblioteca de Estudios Paraguayos de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, 2005 (2.ª ed.).

 

Margarita Durán Estrago

 

 

 

 

 

 

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