Amer, Arnaldo de. Amer (Gerona), m. s. xiii – Játiva (Valencia), p. t. s. xiv. Sexto maestre general de la orden de Merced (OdeM).
Lo primero que se sabe de este fraile es que el 8 de octubre de 1272 estaba en la comunidad de El Puig de Santa María; Valencia; por tanto, vivió intensamente el largo generalato de fray Pedro de Amer (1271- 1301). El 4 de octubre de 1289 habitaba en el convento de Gerona, pues ese día aprobaba el arriendo que hacía el comendador fray Pedro de Lauro.
El 29 de septiembre de 1301 era elegido legítimamente maestre general por el capítulo congregado en El Puig, pero un grupo de religiosos innovadores le opondrían sucesivamente, antigenerales, al padre Pedro Formica (1301-1302) y al padre Raimundo Albert (1302-1308). Los partidarios de Amer y la facción de Albert se encontraron en Roma el 3 de enero de 1303 ante el cardenal Gentili, que el 27 de febrero intimó a las partes que no diesen ningún paso ni introdujesen cambio hasta que se dictaminara la causa.
Pero la Corona aragonesa y algunos colectivos, como la ciudad de Segorbe, temerosos de que la orden de la Merced, con nuevos derroteros, pudiese perder su carisma originario, tomaron parte en el litigio apoyando a fray Arnaldo de Amer ante la curia papal.
El rey Jaime II dedicó a este generalato veintiún diplomas.
El 24 de enero de 1304 mandaba a sus oficiales que mantuviesen a fray Armando por encima de todo: “Como la orden de Santa María de la Merced de los cautivos fuese dotada por nuestros predecesores, y Nos seamos sus patronos, queriendo que el Maestre, los frailes, los bienes y las cosas de la Orden sean guardados en su derecho [...]”. Son particularmente importantes los diplomas que el 4 de enero de 1302 y el 20 de agosto de 1306 dirigió la cancillería real al Papa especificando el nacimiento y el carisma de la orden mercedaria. Fue fundada y dotada por el rey Jaime I, con religiosos laicos que al principio dieron cuanto tenían, para redimir cautivos en poder de enemigos de la fe cristiana. Fray Arnaldo tuvo espíritu y serenidad para gobernar la parte de su religión que le permaneció fiel, desarrollando todas las actividades constitucionales y, a pesar de estar convencido de ser el auténtico maestre, no se enfrentó a su oponente, padre Ramón Albert, mucho más audaz y arrollador. Bonifacio VIII, el 9 de abril de 1302, le facilitó su tarea, otorgándole que, no obstante las apelaciones en marcha, pudiese usar todo el poder de su cargo. Esperaba la resolución papal, que se retrasaba más y más, con gastos que eran en detrimento de la redención de cautivos. Tan pronto como tuvo noticia de que el 12 de febrero de 1308 Clemente V había anulado su elección y la de su contrincante, aun antes de que le llegaran las bulas, dejó el régimen de su orden en un gobierno colegiado de transición y se retiró a sus encomiendas de Arguines y Játiva, sin importarle que la curia romana lo cesase a él por entero mientras que al padre Albert lo dejaba prior general y dueño del futuro de la Merced. Que fray Arnaldo siguió prestigiado y querido se deduce, que el 25 de octubre de 1310 el maestre Arnaldo Rosinyol, su sucesor, lo designó su visitador para los conventos de Aragón y Navarra.
A pesar de ser los tiempos tan calamitosos, no descuidó la redención de cautivos. En 1304 se hizo una redención de ciento nueve en Granada. En 1305, él personalmente fue a Granada trayéndose a doscientos veintitrés. En 1306 fray Jacobo Galo se embarcó para África, fue arrastrado por una tempestad, pero pudo animar a los cautivos y romper las cadenas de ciento ocho. En 1304 murió san Pedro Armengol, insigne redentor, después de una juventud desviada; en una de sus acciones liberadoras se quedó de rehén y, como el dinero convenido no llegó a tiempo, fue ahorcado sin morir por singular providencia divina. El 18 de octubre de 1305 el papa Clemente V expidió una bula muy propicia a la redención, premiando espiritualmente a los que colaboraran con tan eximia obra de caridad e imponiendo a los obispos que diesen a los mercedarios las mandas destinadas a la redención sin especificar instituto destinatario.
Fuentes y bibl.: Archivo de la Corona de Aragón, Cancillería real.
N. Gaver, Cathalogus Magistrorum generalium [...], Barcelona, N. Spindler, 1445 (Barcinone, Ex Typographia Raphaëlis Figvero, 1696); F. Zumel y Bustillo, De Vitis Patrum et Magistrorum generalium, Ordinis Redemptorum Beatae Mariae de Mercede, Brevis Vita, Salmanticae, Cornelius Bonardus excudebat Salmanticae, 1588; B. de Vargas, Cronica sacri, et militaris ordinis B. Mariae de Mercede, Panormi, apud Iannem Baptistam Maringum Impressorem Cameralem, 1619; J. Linás Aznar, Bullarium caelestis ac regalis ordinis de Mercede, Barcelona, ex typographia Raphaelis Figueró, 1696; G. Vázquez Núñez, Manual de Historia de la Orden de Nuestra Señora de la Merced, Toledo, editorial Católica Toledana, 1931; J. Millán Rubio, La Orden de Nuestra Señora de la Merced (1301-1400), Roma, Curia General de la Orden de la Merced, 1992.
Joaquín Millán Rubio, Odem