Montesinos y Ramiro, Rafael. Valencia, 1811 ‒ 1.VII.1877. Pintor de miniaturas y paisajista.
Escuetas, aunque abundantes en lo reiterativo, son las noticias que ha aportado la historiografía valenciana de precedentes décadas en torno al pintor Rafael Montesinos y Ramiro, sobre sus inicios y los rudimentos en los que se adiestró.
De una familia pobre pero respetable por su probidad, se dedicó desde sus primeros años al estudio de la Pintura, iniciándose como aprendiz en el taller del pintor escenográfico José Vicente Pérez Vela (1804- 1874), donde sufriendo vejaciones y adversidades comenzó a decorar bambalinas y paredes, así como telones para teatros de la ciudad; de tal suerte que pronto pudo librarse de esa sumisión de “telonero” y trabajar por cuenta propia, lo que le permitió principiar sus estudios en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos y desarrollarlos en un ambiente de rígida disciplina clasicista entre 1825 y 1843, de modo que cual alumno aventajado obtendría justas recompensas.
Así, entre premios generales y particulares logrados en la mentada Real Corporación, muchos costeados por la Sociedad Económica de Amigos del País, consta su participación en las modalidades de “Pies” (1828), “Cabezas” (1829) y “Principios y Figuras” (1833). Una acuarela suya en miniatura hecha sobre cartulina de papel bristol con destino al álbum que la Corporación académica regaló en 1844 a la reina madre María Cristina de Borbón, en su visita a Valencia, fue la más clara muestra de sus adelantos.
Eran momentos difíciles para el artista, con una familia que mantener, en los que precisaba obtener dispendio. Se inició en el retrato de miniatura sobre marfil, en cuyo género le catequizó Francisco Guillén, antiguo conserje interino del Museo de Pinturas de Valencia, con el que rivalizó y al que adelantó muy pronto alcanzando una cierta notabilidad, aunque pronto el daguerrotipo ensombrecería a la pintura, por lo que tuvo que dedicarse nuevamente al retrato y al paisaje para subsistir, procedimientos en los que no tuvo antagonistas.
Artista proclive a los certámenes locales y nacionales, participó en las exposiciones públicas del Salón del Liceo Valenciano entre 1841 y 1845, con varios paisajes y retratos (entre ellos los de Vicente López y la Viuda del General Borso), al igual que concurre a las muestras de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de 1845 y 1847, presentando el Retrato de doña Clotilde Dondey de Montesinos (óleo sobre lienzo, hoy en el Museo de Bellas Artes de Valencia), Patio árabe y varios retratos en miniatura.
En 1847 fue elegido académico de mérito de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos y tres años después fue nombrado profesor de la asignatura Aritmética y Geometría de Dibujantes de dicha institución, época en la que pintó un lienzo bocaporte que representa a Cristo Crucificado acompañado de las santas mujeres, de grandes dimensiones, para una de las capillas de la real basílica de Nuestra Señora de los Desamparados.
En 1851 la reina Isabel II, aconsejada por Bernardo López y Piquer, encargó a Montesinos decorar dos techos con pinturas al fresco, de temas alegórico uno y mitológico el otro (Narciso mirando su imagen en el agua), con destino a las salas del Palacio de Oriente, de Madrid, siendo distinguido por Su Majestad con el nombramiento de pintor de Cámara honorario. En 1855, en la Exposición Valenciana de Bellas Artes, exhibió veinticinco paisajes, y al año siguiente concurrió a la Exposición Nacional de Bellas Artes celebrada en Madrid con tres Vistas del Reino de Valencia, siendo agraciado con Mención Honorífica. También colaboró en ese tiempo activamente en la clasificación y colocación de los cuadros del Museo Provincial de Bellas Artes de Valencia (que entonces se hallaba ubicado en el antiguo convento del Carmen), que procedían en su mayor parte de conventos y monasterios desamortizados.
En la década de 1860 (entre 1861 y 1862) recibió el encargo de algunos nobles de la ciudad de decorar sus mansiones, pintando los techos de algunos salones del Palacio del Marqués de Dos Aguas (La luz fecundando la creación, lienzo oval sobre el cielo raso del comedor) y del Palacio del Marqués de Campo (unas alegorías). También siguió participando en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, presentando numerosos paisajes y obteniendo, en las de 1864 y 1867, sendas menciones honoríficas. El Gobierno adquirió varias de las obras allí expuestas y le fue concedida en 1868 la Cruz de caballero de la Orden de Carlos III.
En 1873, reconocida su antigüedad como docente, obtuvo la consideración de catedrático de instituto, impartiendo la asignatura de Copia y Colorido de Flores del Natural.
Fallecido en 1877, su legado de pinturas fue dejado en testamento a sus hijos Mariano y Rafael Montesinos y Auxina, ambos también pintores, quienes vendieron más de quinientas de sus obras (entre miniaturas y acuarelas) en pública subasta.
Artista fecundo de amplia universalidad, la pintura de Rafael Montesinos y Ramiro es una pervivencia del paisaje histórico neoclásico, fundido ya con una sensibilidad romántica. Desde sus tímidos balbuceos de muralista y pintura al temple hasta su última época de evocación romántica, varias etapas definen su vida, alentada por las diferentes técnicas y recursos que ensayó: una primera, oficial y académica, donde se ejercitó en la miniatura sobre marfil, incluso en botonaduras y sortijas, con una recreación de más de seiscientas láminas; otra, tras el acoso de la fotografía, dada al retrato de personajes ilustres y a grandes composiciones murales y techadas de temática alegórico- mitológica; y una tercera, de estética naturalista, donde la recreación romántica, a través del paisaje, reunía más de trescientos cincuenta cuadros.
Obras de ~: Retrato de Doña Clotilde Dondey de Montesinos, Museo de Bellas Artes de Valencia, 1845; doscientas aguatintas de vistas valencianas, colección Montesinos, La Plata (Argentina), 1845-1859; Cabeza de monje, Museo de Bellas Artes de Bilbao (miniatura al óleo sobre lienzo), c. 1846; Narciso mirando su imagen en el agua, Palacio de Oriente, Madrid, 1851; Retrato del Cardenal Barrio, Catedral, Valencia, c. 1860; La Luz fecundando la creación, palacio del Marqués de Dos Aguas, Valencia, 1862.
Bibl.: V. Boix, Noticia de los artistas valencianos del siglo XIX, Valencia, Librerías París-Valencia, 1877, págs. 48 y 69; J. Ruiz de Lihory, barón de Alcahalí, Diccionario biográfico de artistas valencianos, Valencia, Imprenta de Federico Doménech, 1897, págs. 219-220; F. Almela y Vives, “Notas y nótulas sobre artistas valencianos: Ossorio y Bernard apostillado por Estalisnao Sacristán”, en Archivo de Arte Valenciano (AAV) (Valencia, Real Academia de Bellas Artes de San Carlos) (1960), págs. 43-44; S. Aldana Fernández, Guía abreviada de artistas valencianos, Valencia, Ayuntamiento, 1970, págs. 243-244; M. Ossorio y Bernard, Galería biográfica de artistas españoles del siglo XIX, Madrid, Librería Gaudí, 1975, págs. 462-463; F. J. Delicado Martínez, “Rafael Montesinos y Ramiro (Valencia, 1811- 1877), pintor de miniaturas y paisajista romántico”, en AAV (1990), págs. 89-98; E. Alba Pagán, de pintores valencianos durante la Guerra de la Independencia y el reinado de Fernando VII (1808-1833), Valencia, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Valencia, 2004.
Francisco Javier Delicado Martínez