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Mariano Flores de Vergara

Biografía

Flores de Vergara, Mariano. Marqués de Miraflores (II). Latacunga (Ecuador), 1731 – Quito (Ecuador), 1810. Coronel de Dragones, héroe de la independencia de Quito (hoy Ecuador), agricultor e industrial en la tejeduría de lana, algodón y cabuya.

Hijo de Antonio Flores de Vergara, primer marqués de Miraflores (1745 por Cédula Real), y de María Magdalena Jiménez. Después de su instrucción clásica en Quito, residió por muchos años en Latacunga incrementando los grandes intereses agrícolas, ganaderos e industriales que le dejaron sus padres en la región. Viajó a Europa por sus afanes intelectuales y trajo ricos mobiliarios y vajillas para su palacio en Ambato, así como semillas y cepas de uva, frutales y olivos para sus magníficas plantaciones. El palacio, ponderado como digno de los Reyes por el jesuita Mario Cicala, desapareció en el terremoto del Tungurahua en 1797. Edificó uno menos grandioso en Latacunga, que subsiste y es llamado “el palacio de los marqueses”. En las últimas décadas del siglo se trasladó a vivir a Quito.

Mariano Flores de Vergara y Jiménez detentaba el mayorazgo. Su único hermano, Ignacio, fue presidente de la Real Audiencia de Charcas (hoy Bolivia); calificado como precursor de la independencia, Mariano tuvo sólo un hijo, el presbítero José Manuel, promitente intelectual y figura de la independencia.

El marquesado pasó a su hermana Antonia, que casó con el doctor Pedro Quiñónez y Cienfuegos, de Barbacoas (Audiencia de Quito), héroe de la independencia de Quito, con numerosa y destacada descendencia actual.

Bien conocido por su ilustración e ideas renovadoras para la clase dirigente, el ejército, la educación, la economía. Los historiadores citan la forma generosa y práctica en que acogió a los indígenas sublevados en el centro del país, en San Felipe en 1771, acomodándoles en su hacienda Tilipulo e impidiendo que el regidor los señalara con números para el cobro de impuestos personales, causa de la revuelta.

El presidente de la Audiencia, Villalengua, le pidió reorganizar el colegio mayor y seminario de San Luis en Quito, que había cerrado sus puertas por la expulsión de los jesuitas en 1767. Lo hizo empezando por la construcción de aulas y programas renovadores de la enseñanza, desde la Teología hasta las ciencias, siguiendo las ideas de la Ilustración europea. Respecto del Derecho Civil y el Canónico afirmó: “[...] y no dudo que reformado el método de Estudios aliviarán a los discípulos de la insufrible carga antigua de aprender a la letra volúmenes enteros de exposiciones difusas”.

Elegido miembro de la Junta Suprema, gobierno autónomo conformado por criollos por la revolución de independencia del poder español del 10 de agosto de 1809 en Quito, movió sus relaciones en Popayán (norte de la Audiencia) para financiar al nuevo ejército. Por su edad y salud no podía ayudar más al nuevo gobierno que, cuando colapsó militarmente en noviembre de 1809, sus miembros fueron liquidados el 2 de agosto de 1810 en prisión, Mariano estaba encarcelado en su propia casa, limitado en atención de médicos y medicinas. Cuando supo su condena a muerte sufrió un ataque por el que murió casi a los ochenta años. En Bogotá, capital del virreinato, circulaban unos versos señalando la importancia del “ilustre Miraflores [...] patriota en la virtud encanecido”.

 

Bibl.: Archivo General de la Nación Argentina (Buenos Aires); Archivo Jijón y Caamaño, Quito.

P. Herrera, “Ensayo sobre la Historia de la Literatura Ecuatoriana”, en Boletín de la Biblioteca Nacional de Quito, Nueva Serie, t. II, n.º 9 (1927); F. Barriga López, Diccionario de la Literatura ecuatoriana, Latacunga, 1973; Monografía de la Provincia de Cotopaxi, ts. VI y VIII, Ambato, Editorial Primicias, 1974; A. Pareja Diezcanseco, Las instituciones y la Administración de la Real Audiencia de Quito, Quito, Editorial Universitaria, 1975; S. Moreno Yánez, Sublevaciones indígenas en la Audiencia de Quito - desde comienzos del siglo xvii hasta fines de la Colonia, Quito, 1978; H. Rodríguez Castelo, Literatura en la Audiencia de Quito, Siglo xviii, t. II, Quito, Consejo Nacional de Cultura y Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Tungurahua, 2004, págs. 839-865.

 

Manuel Guzmán de Polanco