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Juan Bautista Zengotita Bengoa

Biografía

Zengotita Bengoa, Juan Bautista. Bérriz (Vizcaya), 13.IX.1731 – Puerto Rico, 1.XI.1802. Mercedario (OdeM), obispo de San Juan de Puerto Rico, pastor eximio y defensor de la isla contra los ingleses.

Hijo de Juan Bautista de Zengotita y Juana de Ariño, honrados y cristianos padres de familia numerosa. Un par de hermanas fueron mercedarias, y gobernaron los conventos femeninos de Bérriz y de Guernica. Dos hermanos fueron mercedarios, y otros cinco hermanos fueron seglares, que guardaron siempre el afectuoso recuerdo de su hermano obispo. El 10 de agosto de 1748, a sus diecisiete años, vistió el hábito mercedario en el convento de Burceña (Bilbao) y profesó al año siguiente en el mes de septiembre. Se le envió a cursar Filosofía y Teología a los conventos mercedarios de Toledo y a la Universidad complutense, respectivamente. Fue pasante en Segovia y lector de Artes en Logroño, Alcalá y Segovia. Se dedicó activamente a la predicación, y en 1766 imprimió en Madrid un panegírico a San Ignacio de Loyola. Adquirió el grado de maestro en Teología, y fue comendador de la comunidad de Segovia.

Pasó a México, el año 1773, en el mes de febreromarzo, como secretario del P. visitador Estanislao Falero, cuya misión era reducir los conventos y dejarlos en la debida observancia, como se había realizado en España. Las autoridades los aceptaron con simpatía y sólo tuvieron elogios para ambos. Concluyó dicha visita en la segunda mitad de 1780. Pronto falleció el P. Falero, y el P. Zengotita le sucedió en el oficio, visitando los conventos de Santo Domingo y La Habana, por encomienda personal del Rey. Se conservan multitud de cartas de los prelados de dichos países manifestando el agrado con que recibieron al nuevo visitador (pueden verse en los ms. 2.706-2.707 del la Biblioteca Nacional de España, BNE).

Tuvo presente a su convento de Burceña, a quien entregó los ahorros de sus predicaciones y viajes, que sumaron 8.000 pesos (según documentos de las Mercedarias de Marquina). De regreso a España, fue nombrado cronista y definidor general por Castilla. El 1 de junio de 1795 el papa Pío VI lo nombró obispo de la Isla y diócesis de Puerto Rico, al renunciar don Francisco de la Cuerda. Se consagró en la Corte madrileña el 8 de noviembre de dicho año, por el cardenal arzobispo de Toledo, Francisco Antonio de Lorenzana. Fueron asistentes: Francisco Cabrera, obispo de Orihuela y Atanasio Puyol Poveda, obispo titular de Caryste. Una semana después Lorenzana regresó a Toledo. Debió de pasar Zengotita por Bérriz, pues allí le hicieron el retrato que de él conservan sus herederos, con fecha de 1795.

El 23 de febrero de 1796 se embarcó en Ferrol (Coruña) en la urca Santa Rita, llegando a Puerto Rico el 30 de marzo. Tomó posesión de su diócesis inmediatamente. Pese a las molestias del viaje, a sus sesenta y cinco años, comenzó ya la visita, por el partido de Toa Baja, el 23 de mayo. Regresó a San Juan, la capital, debido a una “indisposición”. Allí le esperaban grandes trabajos.

El 8 de octubre de 1796, por el tratado de San Ildefonso, España declaró la guerra a Gran Bretaña. Poco después, el almirante Harvey se apoderó de la isla española de La Trinidad, mientras se dispuso a atacar a Puerto Rico, que carecía de guarnición y de ayuda suficiente. Zengotita tuvo que ponerse al frente y suplir todo ello, defendiendo a la isla y a su diócesis, con la ayuda de los isleños. Entregó los fondos de la Iglesia, e inició una suscripción con 10.000 reales, e incluso entregó toda su plata.

Zengotita ordenó que se trasladase la Universidad, donde dominicos y franciscanos estaban de profesores de Gramática y de Moral, de Santo Domingo a Puerto Rico, y se encargó de fundar escuelas primarias, no siempre con gran éxito. Escribió al Rey solicitando la abolición de los impuestos al comercio, que él consideraba la causa del atraso de la agricultura, centrada en el cultivo de café y caña de azúcar únicamente. Tuvo, pues que gobernar también en lo material, con gran sentido realista. La isla se lo reconoció siempre, erigiéndole un monumento frente al mar, en la fortaleza de San Juan.

Sobre los nativos tenía opinión muy positiva. En 1799 escribió: “Generalmente, los naturales de esta isla son todos muy leales y muy fieles vasallos de vuestra Majestad, como lo han acreditado en muchas ocasiones; son asimismo muy amantes de su patria, y capaces de sacrificar todos sus bienes y exponer sus vidas por su defensa, de que han dado buena prueba en la gloriosa victoria que acaban de conseguir en sitio puesto a su capital por la nación británica; y son últimamente inclinados a la guerra, a la navegación y a toda empresa atrevida, que requiere mucho espíritu, intrepidez y valentía”.

Le sorprendió la muerte el 1 de noviembre de 1802, a los setenta y un años. Mandóse enterrar en la capilla de San Pedro Nolasco, que él mismo había construido en la catedral, grandemente mejorada por su solicitud, según G. Vázquez. Sin embargo no debió de realizarse así, ya que O. Cavada afirma “que fue sepultado en la capilla de Jesús Nazareno en la Catedral de San Juan”. Le sucedió don Juan Alejo de Arizmendi y de la Torre.

Su hermano mercedario, fray Domingo, fue comendador de Madrid desde 1795 hasta 1801; y ayudó a la guerra “con la República francesa” aportando dinero (1796). Falleció en la Corte en octubre de 1804. Fray Pedro, su otro hermano mercedario, maestro, falleció asimismo en Madrid en agosto de 1827. Todavía hoy viven miembros de su familia, y herederos de su espíritu.

 

Obras de ~: Elogio de San Ignacio de Loyola, Madrid, 1760; Testimonio de la Visita Pastoral practica por el Illmo Sr. Zengotita- Bengoa, en su diócesis de Puerto Rico, en 20 de septiembre de 1799, ms. Archivo General de Indias [y en tomo manuscrito de la Curia Prov. de la Merced de Madrid]; Visita y reforma de los conventos de la Merced de la Isla de Cuba, ms. 2.0707 de la BNE, fol.. 743-838; Varios escritos del... Don Fray Juan Zengotita... ms. Curia Prov. de la Merced de Madrid.

 

Bibl.: J. A. Garí y Siumell, Biblioteca Mercedaria, Barcelona, Viuda de Pla, 1875, pág. 331; G. Vázquez, “El Ilmo. Padre Juan Zengotita Bengoa, † en 1802”, en La Merced, (1934), págs. 22-25; C. Oviedo Cavada, Los Obispos Mercedarios, Santiago de Chile, Salesianos, 1981, págs. 113-114.

 

Luis Vázquez Fernández, OdeM

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