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Juan de Garay Otáñez y Rada

Biografía

Garay Otáñez y Rada, Juan de. Marqués de Villarrubia de Langre (I). Madrid, 14.VII.1586 – Gelsa (Zaragoza), 15.IV.1650. Militar, caballero y comendador de Santiago.

Hijo del contador Juan de Garay Otáñez, natural de Sopuerta, y de Magdalena de Rada, de Portugalete, su solar familiar radicaba en la Torre de Otáñez, en Santullán (Cantabria), cerca de Castro-Urdiales. Quedó huérfano de padre y madre a los tres años de edad, y fue recogido y criado en la casa de los duques de Feria hasta que, con catorce años, se enroló de paje y marchó a Italia. Allí se formó, progresando lentamente en la carrera militar pese a que su protector, el duque de Feria, fue gobernador del Estado entre 1618 y 1625.

Desalentado, se marchó a servir a Flandes en 1623, cuando era capitán del tercio de Infantería española del conde de Fuentes.

Allí pasó once años, en el sitio de Breda (1624- 1645), en los socorros de Hertogenbosch (1629) y Maastricht (1631) y en la toma de Stevenswert (1632), en las dos últimas, como teniente de maestre de campo general. En 1635 fue llamado a Italia para suceder en el mando del tercio que tuvo Pedro de Haro, destinado en La Valtellina, invadida por los franceses. Asistió a la recuperación de Morbegno (13 de octubre), donde el duque de Rohan, el 10 de noviembre, desalojó al enemigo tras defenderla casa por casa. En la campaña siguiente se halló en la disputada batalla de Tornavento (22 de junio de 1636), que detuvo la invasión franco-saboyana del Milanesado.

Poco después, sucedía a Martín de Aragón al mando del tercio de Lombardía, vacante por la promoción del anterior al generalato de la Caballería de Estado.

Su período de mando en el tercio viejo fue muy breve. Rehusó obedecer a Martín, su superior jerárquico, esgrimiendo unos supuestos privilegios como jefe del tercio más antiguo del Estado, por lo que el marqués de Leganés le envió a España. Sin embargo, su conducta durante el asedio de Leucate, donde sirvió voluntariamente, le valió el perdón de Felipe IV, que le ordenó regresar a Italia, recomendándole para el ascenso. La promoción no se hizo esperar, gracias nuevamente a una vacante que dejaba Martín de Aragón: el generalato de la Artillería, que recibió en mayo de 1638. No por ello mejoraron sus relaciones con su superior y, para evitar fricciones, Leganés le envió de nuevo a España, con Felipe de Silva, para solicitar “asistencias de gente y dinero” e informar sobre las plazas del Estado que precisaban urgente fortificación.

A poco de comenzar la campaña siguiente moría Martín mientras reconocía el castillo de Cengio (23 de marzo de 1639), recayendo sobre Juan de Garay la responsabilidad de continuarla. Partió de Vercelli el 2 de abril de 1639, internándose en el Piamonte sin preocuparse demasiado por dejar atrás a Santhià y Trino, dos importantes plazas saboyanas. Cruzó el Po por Pontestura, pero, viéndola reforzada, ordenó marchar sobre Verrua, más fuerte que la anterior, pero peor guarnecida. El día 5, ordenó asaltarla por cinco puntos, sin asedio previo, y la ganó en cuatro horas. Después tomó los puestos de Crescentino, en la orilla opuesta del Po, que se rindió el 11, a la vista del grueso del ejército que llevó en su apoyo el marqués de Leganés. Ambos se dirigieron seguidamente hacia Turín, a cuyas puertas llegaron el 16 de abril.

No disponían de fuerzas suficientes para sitiar la ciudad, pero su movimiento atrajo sobre la capital piamontesa un flujo de socorros que dejaron desguarnecido el Monferrato. El 25 de abril marcharon sobre Villanova d’Asti, que asaltaron y tomaron en la noche del 27. El 30 capturaron la ciudad de Asti, quedando sitiada la ciudadela, que se rendiría seis días después, apoderándose entretanto de Pontestura y del fuerte castillo de Agliano. Leganés cayó de nuevo sobre Turín, tras haberse apoderado de Moncalvo, y tomó la ciudad el 27 de julio, por escalada, sitiando en la ciudadela a Cristina de Saboya y a sus últimos defensores. No pudo ganarla, sin embargo, antes de que Longueville se presentara con un fuerte socorro por lo que se vio obligado a firmar una tregua por tres meses, que no sería ni entendida ni bien recibida en España y que le costaría el puesto. Juan de Garay salió mejor librado.

En mayo de 1640 obtuvo en la Corte el cargo de gobernador general de las Armas de Cataluña, con el gobierno de Perpiñán, en plena rebelión de Cataluña.

Tras la muerte del virrey duque de Cardona, sugirió a la Corte un plan de ataque sobre Barcelona para poner fin a la revuelta (27 de julio). Examinado en la Junta del 11 de agosto de 1640, fue aprobado el 15 de agosto. La invasión, que apuntaría directamente hacia Barcelona, se fijó para el 20 de septiembre. Finalmente, ni ésta pudo comenzar hasta diciembre, ni el ejército al mando del marqués de Los Vélez, subió hasta el Conflent para converger con el de Garay, como éste había propuesto. En cambio, se le ordenó embarcarse con cuatro mil hombres hasta Tarragona.

Un ejército francés estaba apostado en las fronteras del Rosellón, impidiéndole tomar la rebelada villa de Illas (Illes-sur-Têt). En consecuencia, sólo pudo embarcar magros refuerzos con los que alcanzó el puerto tarraconense el 25 de diciembre, dos días después de la capitulación de la ciudad. Juan de Garay sirvió como voluntario, pero tras la derrota de Montjuic (26 de enero de 1641), el marqués de Los Vélez “le entregó la dirección de todo”, tomando medidas providenciales para conducir en seguridad a los vencidos de vuelta a Tarragona. Como recompensa, el Rey dio el título de maestre de campo general (8 de marzo de 1641) y le confió la gobernación de las Armas de Extremadura, pidiéndosele que hiciera su viaje por Navarra y Guipúzcoa para reconocer de paso el estado de sus fortificaciones.

Llegó a Badajoz en julio de 1641, donde el panorama era desolador por la falta de recursos, empeñados en la sumisión de Cataluña. Garay se vio apartado por el conde de Monterrey, capitán general, y tuvo problemas con otros jefes militares, como el marqués del Rivas y el conde de Torrejón, por lo que tuvo que presentar su dimisión en marzo de 1644. El 15 de julio de 1645 aceptó su designación al frente de la Capitanía General de Guipúzcoa y su cargo como lugarteniente general del virrey de Navarra, conde de Oropesa, donde desplegaría una gran actividad acomodando a los numerosos tercios y regimientos que aportaban en San Sebastián y Pasajes con destino al frente catalán, sobre todo valones y alemanes. Ya entrado el verano de 1649, fue llamado a la Corte para dirigir el ejército de Cataluña.

Con el nombramiento obtuvo también el deseado título nobiliario, el marquesado de Villarrubia de Langre, que el Rey le concedió el 14 de agosto de 1649, antes de partir hacia Zaragoza. La estación estaba muy adelantada y la campaña se daba ya por perdida, pero Garay preparó un ejército reducido, aunque escogido, y salió de Lérida el 19 de septiembre.

Atravesando el llano de Urgell, cayó sobre Vimbodi, Poblet y Cabra del Camp, antes de tomar Montblanc, única villa donde se cometieron excesos.

A excepción de esta localidad, “no se hizo extorsión ni molestia alguna al paisano y, si acaso la hacían algunos soldados, en llegando la queja al general D. Juan de Garay los mandaba pasar por las armas” (Parets, 1891-1893). A continuación bajó por Valls y Constantí hasta Tarragona, donde recibió algunos refuerzos y pertrechos desembarcados por la Armada, marchando seguidamente hacia Torredembarra, Villanueva y Geltrú y Sitges, que capturó y dejó guarnecidas. En Barcelona se preparaban ya para la defensa y Juan Gaspar de Marchin —el comandante en jefe francés, que luego sirvió al rey de España— la socorrió con casi toda su Infantería.

Entonces, Garay abandonó la costa y fue a buscar a la Caballería enemiga en el Penedés, a la que aniquiló en dos combates: el primero en Villafranca (17 de octubre), y el segundo en Montblanc (14 de noviembre), cuando ya regresaba a Lérida, dejando amenazada Barcelona por el espolón de Sitges. Tenía previsto abrir la nueva campaña por el mismo lugar en que dejó la de 1649, pero la muerte le sorprendió en Gelsa (Zaragoza), cuando viajaba desde la Corte para retomar el mando del ejército tras el paréntesis invernal.

Se había casado en 1640 con Francisca Antonia de Albiz y Marzana, con la que sólo tuvo una hija, Mariana Josefa de Garay Otáñez y Albiz, fallecida en octubre de 1649, habiéndole precedido la madre. El título marquesal pasó a Antonia María de Vera Otáñez, señora de la casa de Otáñez, cerca de Santullán, en cuya iglesia parroquial Garay dispuso ser enterrado cuando testó en Gelsa a las puertas de la muerte. El traslado de sus restos se verificó en 1656, conservándose aún la tumba, coronada por una estatua orante, esculpida en alabastro, situada junto al altar mayor del templo.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, secc. Estado, Relación de servicios militares del capitán Martín de Córdoba y Zúñiga, 1620, leg. 1268, n.º 96; secc. Órdenes Militares, Santiago, Pruebas para la concesión del título de Caballero de la Orden de Santiago de Juan de Garay y de Rada, 1629, exp. 3265; secc. Estado, Relación de servicios militares del maestre de campo Francisco González de la Hoz, 1644, leg. 1301, apd. 1, n.º 25; secc. Estado, Relación de servicios militares del capitán Juan Bautista Gansin, 1649, leg. 1300, apd. 2, n.º 9; secc. Estado, Relación de servicios militares del maestre de campo Alonso Feijóo, 1660, leg. 1299, apd. 1; Archivo General de Simancas, secc. Estado, Fuerzas a la Valtellina al mando de Juan de Garay, 1635, leg. 3343, n.º 12; secc. Estado, Servicios del maestre de Campo Juan de Garay, 1635, leg. 3343, n.º 35; secc. Estado, Incidente con D. Juan de Garay al negarse a servir bajo D. Martin de Aragón, 1636, leg. 3344, n.º 18; secc. Estado, Provisión del Tercio de Juan de Garay en el marqués de Caracena situación de Garay, 1636, leg. 3345, n.º 48; secc. Estado, Pasaje a España de D. Felipe Silva y D. Juan de Garay, 1637, leg. 3346, n.º 24; secc. Estado, Propuesta a favor de D. Juan de Garay para el cargo de general de la Artillería de Milán, 1637, leg. 3346, n.º 31; Informe sobre las plazas del estado de Milán que requieren urgente fortificación, formado por D. Juan de Garay, 1638; secc. Estado, Conveniencia de separar a D. Martin de Aragón y a D. Juan de Garay por su mala inteligencia, 1638, leg. 3348, n.º 63; secc. Estado, Ocupación de Verrua por D. Juan de Garay y ataque a Crescentino, 1639, leg. 3349, n.º 85; secc. Estado, Orden a D. Juan de Garay de regresar a España y designación de Antonio Sotelo para mandar la Artilleria; insufrible condición de Garay, 1639, leg. 3351, n.º 43; Biblioteca Nacional de España, Avisos de José Pellicer, 1639-1645, ms. 7693; Archivo General de Indias (Sevilla), secc. Indiferente, Relación de servicios militares del capitán Pedro de Angulo y Cárcamo, 1652, leg. 161, n.º 284; secc. Indiferente, Relación de servicios militares del capitán Pedro Minaca de Butrón y Mújica, 1653, leg. 115, n.º 35; secc. Indiferente, Relación de servicios militares del capitán de caballos Lorenzo de Oyeregui, 1656, leg. 116, n.º 56; secc. Indiferente, Relación de servicios militares del capitán de caballos Diego del Pulgar y Sandoval, 1666, leg. 121, n.º 559.

F. M. de Melo, Historia de los movimientos, y separacion de Cataluña y de la guerra entre la Magestad Catolica de Don Felipe el Cuarto Rey de Castilla, y de Aragon, y la Diputacion General de aquel Principado [...] escrita por Clemente Libertino, Lisboa, Paulo Craesbeeck, 1645; J. A. Álvarez Baena, Hijos de Madrid, ilustres en Santidad, dignidades, Armas, Ciencias y Artes, Madrid, Benito Cano, 1789 (espec., vol. III, 182-1884); M. de Novoa, Memorias de Matías de Novoa, Ayuda de Cámara de Felipe IV, antes atribuidas a Bernabé de Vivanco, o Historia de Felipe IV, pról. de A. Cánovas del Castillo, Madrid, 1878 (en Memorial histórico español: colección de documentos, opúsculos, y antigüedades que publica la Real Academia de la Historia, t. LXIX, vol. IV, Madrid, Real Academia de la Historia, págs. 547-549, 603, 613, 635, 639-641 y 670); M. Parets, “De los muchos sucesos dignos de memoria que han ocurrido en Barcelona y otros lugares de Cataluña entre los años de 1626 a 1660”, en Memorial histórico español, op. cit., vol. V, 1891-1893, pág. 334; vols. XX-XXV (espec., vol. XXIV, págs. 323-325, 333-336 y 338-339); L. Salazar y Castro, Los Comendadores de la Orden de Santiago, Madrid, Patronato de la Biblioteca Nacional, 1949 (espec., vol. I, pág. 360); J. López Navío, “La gran colección de pinturas del Marqués de Leganés”, en Analecta Calasanctiana (Madrid), VIII (1962), págs. 258-340; E. Zudaire Huarte, El Conde Duque y Cataluña, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1964; A. Lacha y Otañes, La torre de Otañes. Historia familiar, Bilbao, Garvica, 1984; J. L. Sánchez Martín, “Identificación de los llamados maestres de campo del Senado”, en Researching & Dragona (Madrid), 22 (2004), págs. 56-57 (http:// www.researchingdragona.org).

 

Juan Luis Sánchez Martín

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