Fernández de Córdoba, Francisco. Abad de Rute. Baena (Córdoba), ¿1565? – Rute (Córdoba), 1626. Humanista, literato, genealogista, abad mayor y señor de Rute, racionero de la santa Iglesia de Córdoba.
Hijo natural de Luis Fernández de Córdoba, el Bárbaro, señor de la villa de Albendín, caballero muy involucrado en los asuntos militares y políticos de la Monarquía hispánica, en cuya Corte medró. De su madre nada dice Fernández de Bethencourt; sin embargo, gracias a los trabajos de Dámaso Alonso (a partir del expediente de limpieza de sangre de la catedral de Córdoba del 16 de diciembre de 1612), se sabe que ésta fue María de la Cruz, vecina de Baena, sin duda de origen plebeyo, a la que el padre del humanista envió a acabar sus días a un convento.
Parece que todos sus biógrafos coinciden en señalar que sus primeros años se desarrollaron en Italia, acompañando al duque de Sessa, quien le brindaba su protección en tanto que pariente cercano e ilegítimo, de acuerdo con la mentalidad nobiliaria de amplia solidaridad familiar tan propia de esta época. Durante la embajada de Antonio Fernández de Córdoba, V duque de Sessa, ante la Santa Sede (seguramente entre 1590 y 1604), se fraguaron varios de los aspectos fundamentales de su biografía. El primero de todos ellos fue la concesión, gracias a la influencia del embajador, de una ración en el cabildo de Córdoba, lo que aseguraba, en buena parte, su sustento personal, así como, más tarde, la abadía de Rute, con el consiguiente disfrute de sus importantes rentas.
Todos estos honores llevarán al propio abad a precisar en la dedicatoria de la Didascalia que debía todo lo que era a la protección del duque. El segundo aspecto que caracteriza al personaje toca a su formación humanística y literaria. Por un lado, en Italia entraba en contacto con el círculo de mecenazgo del duque de Sessa y su camarilla (más adelante, el hijo de éste fue el mecenas y compadre de Lope de Vega y a quien Francisco dedicó su Didascalia). En este país también se forjarían buena parte de sus ideas estilísticas y literarias gracias al profundo conocimiento que adquirió de la literatura italiana (presente tanto en su obra literaria como en las cartas y crítica que hace a los poemas de Góngora) con la lectura de poetas como Dante, Petrarca, Ariosto, Guarini, Tasso..., al mismo tiempo que se empapaba de las polémicas literarias en las que estaban enfrascados los escritores italianos y completaba su ya vasta cultura sobre los autores latinos.
De regreso a España desarrolló una intensa labor literaria que se conoce, sobre todo, gracias a la relación directa que tuvo con Luis de Góngora y Argote, de quien era amigo personal; incluso, el poeta cordobés le pedía consejo sobre su obra. Así, merced a la participación del abad de Rute en la polémica literaria en torno a las Soledades de Góngora se conocen sus opiniones estilísticas, sus trabajos de crítica literaria y, lo que es más importante, su propia obra. En este sentido, el interés sobre el personaje ha venido, como cabe suponer, de la crítica filológica actual, la cual se ha concentrado en el estudio de su Examen del Antídoto o Apología por las Soledades de don Luis de Góngora contra el autor del Antídoto (1617). Al parecer, la amistad del poeta cordobés con Francisco, así como la estima en que le tenía por su erudición y categoría humanística, llevaron a Góngora a enviarle la primera parte de las Soledades (por mediación de Francisco de Gálvez), donde analiza el duro ataque de Jáuregui a Góngora por la novedad de su poesía.
Sin embargo, más interesante que su participación en torno a la polémica literaria de principios del siglo xvii es su aportación personal a la literatura de la época con su Didascalia multiplex (1615), donde el abad de Rute hace gala de su amor a los clásicos, de sus lecturas de los autores modernos (sobre todo, de los italianos), así como de sus opiniones acerca de la comedia española, prestando atención a dos de los hechos más relevantes en los inicios de la literatura barroca, como eran el teatro de Lope y la poesía de Góngora. Esta obra, sin embargo, ya en su tiempo tuvo poco eco por estar escrita en latín, así como por su carácter doctrinal, lo que la relegó a los círculos más especializados del humanismo de los inicios del siglo xvii, ambiente donde el abad de Rute brilló con luz propia junto a Pedro de Valencia.
Algo se ha escrito de la obra literaria de Francisco Fernández de Córdoba y de su participación en los debates estilísticos de la época; sin embargo, muy poco se ha dicho de su obra genealógica, referente a su propio linaje, su Historia de la Casa de Córdoba, a la que se dedicó los últimos diez o doce años de su vida en Rute. Ésta es, sin lugar a dudas, una de las mejores obras de este tenor que se escribieron en la Edad Moderna por su rigor y por la información que aporta sobre algunos de los personajes más destacados de la Edad Media y Edad Moderna hispanas.
Una obra muy poco usada y conocida, a pesar del inmenso caudal de jugosos datos que ofrece al historiador. Basten las palabras de otro gran genealogista (que bebe continuamente de las fuentes del abad de Rute en su historia de los Córdoba), Fernández de Bethencourt, quien escribe sobre el trabajo genealógico de Francisco Fernández, así como sobre su personalidad: “Autor de la Historia de la Casa de Córdoba, que se conserva manuscrita en nuestra Biblioteca Nacional y es uno de los mejores trabajos de genealogía que se han hecho jamás en España [...] varón verdaderamente digno de fama por su vastísima erudición, su laboriosidad inteligente, su severa y excelente crítica, y merecedor de toda gratitud por el inmenso servicio que con aquel trabajo suyo prestó a la historia general de nuestra patria, y a la genealógica muy particularmente”.
Obras de ~: “[Soneto en italiano]”, en Bermúdez de Pedraza, Antigüedad y Excelencias de Granada, Madrid, Imprenta de Luis Sánchez, 1608; Didascalia múltiplex, Lyon, Imprenta de Horantis Cardon, 1615; Examen del Antídoto o Apología por las Soledades de don Luis de Góngora contra el autor del Antídoto, 1617 (inéd.); Parecer de Don Francisco de Cordova acerca de las Soledades a instancia de su Autor, s. f. (inéd.); Historia de la Casa de Córdoba, s. f. [en Boletín de la Real Academia de Córdoba (1954-)].
Bibl.: D. J. Dormer y J. F. Andrés de Ustárroz, Progresos de la Historia en Aragón y vidas de sus cronistas desde que se instituyó este cargo hasta su extinción, Zaragoza, Diputación Provincial, 1878 (reimpr.); F. Fernández de Bethencourt, Historia genealógica y heráldica de la Monarquía española, t. VII, Madrid, Imprenta de Jaime Ratés, 1905, pág. 163; E. O rozco Díaz, “El Abad de Rute y el Gongorismo”, en Atenea, julio-septiembre (1961), págs. 75-101; “Elogio y censura del gongorismo. Un parecer inédito del Abad de Rute sobre las Soledades”, en Romanistisches Jahrbuch, XIII (1962), págs. 277-291; “Aspectos desconocidos de la polémica de las Soledades de Góngora”, en Miscellanea di Studi Ispanici, I (1962), págs. 105-143; J. L . A lborg, Historia de la literatura española. Época barroca, Madrid, Gredos, 1970, págs. 561- 563; D. Alonso, “Sobre el Abad de Rute: algunas noticias biográficas”, en Studia Hispanica in honorem R. Lapesa, Madrid, Gredos, 1972, págs. 93-104; N. Marín López, “El humanista don Francisco Fernández de Córdoba y sus ideas dramáticas”, en Miscelánea de estudios dedicados al Profesor Antonio Marín Ocete, Granada, Universidad, 1974, págs. 561- 580; D. Alonso, “Góngora en las cartas del Abad de Rute”, en VV. AA., Homenaje a la memoria de Antonio Rodríguez Moñino, Madrid, Castalia, 1974; N. Marín López, “La blanca Filomena: un lugar de Garcilaso comentado por el Abad de Rute”, en Explicación de textos literarios, II (1974), págs. 279- 283 [VV. AA., Estudios literarios sobre el Siglo de Oro, Granada, Universidad, Diputación Provincial, 1994 (2.ª ed.), págs. 33- 40]; A. Martínez Arancón, La batalla en torno a Góngora (selección de textos), Barcelona, Antoni Bosch, 1978; A. Cruz Casado, “Góngora a la luz de sus comentarios (la estructura narrativa de las ‘Soledades’)”, en Dicenda. Cuadernos de Filología Hispánica, 5 (1986), págs. 49-70; F. Moya del Baño, “La ‘Didascalia Multiplex’ de Francisco Fernández de Córdoba: sus aportaciones a la filología clásica”, en Homenaje a Pedro Sainz Rodríguez, II. Estudios de Lengua y Literatura, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1986, págs. 437-459; A. Cruz Casado, “Hacia un nuevo enfoque de las ‘Soledades’ de Góngora: los modelos narrativos”, en Revista de Literatura, 52 (1990), págs. 67-100; J. Matas Caballero, “La presencia de los poetas españoles en los textos de la polémica en torno a Góngora”, en Estudios Humanísticos. Filología, 13 (1991), págs. 89-99; V. Núñez Rivera y J. M. Rico García, “Sobre poesía del Siglo de Oro. Un estado de la cuestión (1999- 2002)”, en Etiópicas, 1 (2004), págs. 72-124; R. Molina Recio, La nobleza española en la Edad Moderna: los Fernández de Córdoba. Familia, riqueza, poder y cultura, tesis doctoral, Universidad de Córdoba, Facultad de Filosofía y Letras, 2004.
Raúl Molina Recio