Del fraile franciscano Alonso de Madrid, que escribió el Arte para servir a Dios, la primera gran obra espiritual del reinado de Carlos V, apenas se tiene noticia cierta. Bien se puede decir que sola su escritura dejó huella de su memoria. No se conoce ni el lugar ni la fecha de su nacimiento y muerte. Es improbable que naciese en Madrid. Por ello, se ha discutido sobre su pertenencia a las provincias franciscanas de Castilla o de Santiago. En el segundo caso, se aduce como prueba el testimonio del que llegaría a ser cronista real Ambrosio de Morales, en el prólogo a la versión revisada que hizo del Arte en 1585. Siendo estudiante universitario (1528-1533), Morales mantuvo un trato espiritual intenso con Alonso de Madrid que enseñaba y ejercía su ministerio en el convento de San Francisco de Salamanca perteneciente a la provincia de Santiago. Esta adscripción puede confirmarla el hecho de que cambiar de una a otra provincia requería autorización especial de las máximas autoridades de la Orden, así como el que Francisco de Osuna, autor de los Abecedarios espirituales, no lo mencionase entre sus hermanos de la provincia castellana. Se ha insinuado igualmente que pudiera pertenecer a una familia noble, dado que dedicó su segunda obra, el Espejo de ilustres personas (1524), a María Pimentel, condesa de Benavente, de quien parece fue consejero espiritual, aunque este dato nada prueba en sí sobre sus orígenes familiares. [...]