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Joan Teres

Biografía

Teres, Joan. Verdú (Lérida), 1539 – Barcelona, 10.VII.1603 post. Arzobispo de Tarragona y virrey de Cataluña bajo el reinado de Felipe III.

Entró en posesión del cargo de virrey el 17 de abril de 1602, con credencial de nombramiento con fecha de 28 de marzo del mismo año y con carácter indefinido, y finalizó el 10 de julio de 1603, coincidiendo con su traspaso en la ciudad de Barcelona.

Pese a su breve virreinato se trataba de un eclesiástico preparado en las lides de gobierno, pues tras estudiar Teología en Valencia, y después de un periplo como obispo auxiliar del cardenal Cervantes con el título de obispo de Marruecos, ocupaba los obispados de Elna (1579-1586), Tortosa (1586-1587) y el arzobispado de Tarragona (1587-1603). En su tierra natal, Verdú, consagró su iglesia. Su carrera eclesiástica se había forjado en Tarragona, cuando ejerció como canónigo penitenciero. Allí mismo, además de participar del Concilio provincial en 1584, impulsó la Universidad, de la que fué rector y primer catedrático de Teología, entre los años 1572 y 1574. Como arzobispo de Tarragona adoptó el ceremonial romano y, atento a la reforma y a la observancia de la disciplina eclesiástica, celebró cuatro concilios provinciales (1587, 1591, 1598, 1602) y editó las Constituciones provinciales de 1593 y un archiepiscopologio en el mismo año, principalmente entre otras obras. Dejó también una bella Descripción de la Metrópoli de Tarragona y de su arzobispado. Durante su gobierno como virrey de Cataluña, hubo de atemperar los graves conflictos que se retrotraían al 1599. De hecho su virreinato irrumpía en medio de una crisis dejada por el anterior virrey duque de Feria, que había ordenado apresar a los diputados del General, a raíz de la publicación de las Constituciones de las Cortes clausuradas en aquel mismo año, con lo que Terés hubo de proceder inmediatamente a decretar la liberación de los diputados y a publicar dichas Constituciones a excepción de las cinco más problemáticas, entre ellas, la del uso de los pedreñales por parte de los miembros del estamento nobiliario. Sus inicios como lugarteniente de la Corona se ceñían, pues, a la tan necesaria negociación de un compromiso por la impresión de las Constituciones, a fin de recuperar la armonía política. Sin embargo, Terés iba a fracasar en su intento por apaciguar la ya emergente crisis de relaciones entre las autoridades del país y la Monarquía española. En relación con el problema del bandolerismo, en cuya persecución fracasó estrepitosamente, más aún teniendo en cuenta que él mismo era conocido por sus vinculaciones con la facción de los ñerros, publicó, con poca fortuna, un pregón por el cual sancionaba la prohibición sobre el uso de pedreñales, lo que le valió la airada protesta y oposición de una buena parte de la clase dirigente catalana, indignando especialmente a la nobleza con el arresto de uno de sus más reputados miembros. En medio de tan conflictiva situación, falto de toda ambición política, y deseando reintegrarse a la vida eclesiástica, solicitó la dimisión y le fue concedida.

 

Bibl.: J. Mateu i Ibars, Los virreyes de los estados de la antigua Corona de Aragón. Repertorio biobibliográfico, iconográfico y documental, t. I, tesis doctoral, Barcelona, Universidad, 1960; J. Reglà i Campistol, Els virreis de Catalunya: els segles xvi i xvii, Barcelona, Vicens Vives, 1961; F. Soldevila, Història de Catalunya, t. II, Barcelona, Alpha, 1962; J. Lalinde, La institución virreinal en Cataluña, 1471-1716, Barcelona, Instituto de Estudios Mediterráneos, 1964; J. H. Elliott, La rebelión de los catalanes. Un estudio sobre la decadencia de España (1598-1640), Madrid, Siglo XXI, 1986 (3.ª ed.); J. M. Sans i Travé (ed.), Dietaris de la Generalitat de Catalunya, t. III, Barcelona, Generalitat de Catalunya, 1997; R. Corts, J. Galtès y A. Manent (dirs.), Diccionari d’Història Eclesiàstica de Catalunya, t. III, Barcelona, Generalitat de Catalunya, 2001.

 

Mariela Fargas Peñarrocha