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Juan Martínez de Contreras

Biografía

Martínez de Contreras, Juan. Riaza (Segovia), s. m. s. XIV – Alcalá de Henares (Madrid), 16.IX.1434. Deán, canónigo, conciliarista y arzobispo de Toledo.

Llegó a Toledo en el séquito y al servicio del arzobispo Pedro de Luna (1403-1414) y en Toledo hizo toda su carrera eclesiástica, pues ya en 1404 le confirió una canonjía y después el cargo de deán de la Catedral (documentado desde 1409). Actuó como vicario general de Pedro de Luna, y también de su sucesor Sancho de Rojas (1415-1422), a quien sucedería.

Martínez de Contreras no pertenecía a la nobleza castellana, sino que posiblemente era de extracción humilde, lo que a algunos les parecía un impedimento para ascender en la jerarquía eclesiástica. Es posible su relación familiar con Juan Serrano. Estudió en Salamanca alcanzando las titulaciones de licenciado en Decretos y de bachiller en Leyes.

Su antecesor en la sede toledana había fallecido el 22 de octubre de 1422. Se tiene información muy completa de cómo se verificó la elección, pues quedan las actas auténticas del Cabildo. La fecha para esta solemne sesión capitular se fijó en el 18 de noviembre, y, como era preceptivo, se dio cuenta al Rey antes de proceder a la elección. Había un candidato del Cabildo era el maestrescuela Juan Álvarez de Toledo, hombre de alto linaje toledano, hermano de Garci Álvarez de Toledo, señor de Oropesa. Tenía además en su favor el hecho de que había desempeñado el cargo de vicario general del arzobispo difunto. Sin embargo, antes de que llegara el día prefijado, el rey Juan II y la Reina hicieron saber abiertamente a los electores sus preferencias por el deán Juan Martínez de Contreras, aprovechando la prerrogativa que le reconocía el Concordato de Constanza de 1418 y la bula Sedis Apostolicae de 1421. Realizada la elección por el sistema del escrutinio, la mayoría absoluta (veintiséis votos) se inclinó por el candidato del Monarca, mientras que sólo dos lo hicieron por el maestrescuela Juan Álvarez de Toledo. Tras pedírselo dos veces, el elegido aceptó la elección.

Hubo, sin embargo, un competidor de Martínez de Contreras que aspiraba a la diócesis primada y no pertenecía a la Iglesia de Toledo. Se trataba de Lope de Mendoza, arzobispo de Santiago de Compostela, que entabló contra él en Roma un pleito de nulidad ante una comisión de cardenales designada por Martín V. En su alegato aducía tres razones fundamentales contra el electo de Toledo: que era un hombre de condición plebeya, que había mantenido su adhesión en secreto al antipapa Pedro de Luna y lucharía para que el reino de Castilla volviese a su obediencia y finalmente que el electo había sido impuesto por el Rey y por su privado Álvaro de Luna, y, por tanto, había sido elegido en condiciones de falta de libertad. El denunciante se postulaba a sí mismo para Toledo. Juan Martínez Contreras acudió a Roma, junto un miembro del cabildo y un embajador regio, donde fue confirmado por el papa en julio 1423.

Desde ese momento fue un notable colaborador del poder regio. En junio de 1423 se incorporó al Concilio de Siena (ya trasladado desde Pavía), pasando a ser el presidente de la natio hispana en lugar de Juan de Cervantes. El concilio se prolongó hasta la primavera del año siguiente, donde fue firme defensor de los intereses de su rey y de la natio frente a Inglaterra.

Aún sirvió como embajador en otra ocasión, entre 1430 y 1431. Actuó, junto a Juan Hurtado de Mendoza, como cabeza de la delegación castellana en las negociaciones de Ágreda-Tarazona. Aunque su condición de arzobispo primado provocó un conflicto eclesiástico al intentar entrar en Tarazona con la cruz alzada, seguiría encabezando esa misión hasta su fallecimiento.

También sirvió al monarca en otros ámbitos. Desde su nombramiento episcopal fue miembro del Consejo Real, donde se mantuvo hasta su muerte. Desde ahí participó activamente en algunos de los grandes hechos políticos y jurídicos de los años veinte del siglo XV: el perdón general de 1427, el arresto de Fernán Alonso de Robres. Su posición debió ser vista como imparcial, pues cuando los infantes se hicieron con el poder no fue expulsado del Consejo. El punto culminante lo alcanzaría en 1429 cuando, al entrar el rey en Aragón con el ejército en la fugaz guerra de ese año, él quedó en Sigüenza al frente del Consejo.

Martínez de Contreras fue un arzobispo que realizó una importante obra pastoral en su diócesis. La documentación del Archivo Capitular lo muestra muy solícito en cuatro puntos principales: en la defensa de la primacía y su nueva confirmación por los Papas posteriores al Cisma, así como su vindicación frente al arzobispo de Zaragoza y otros oponentes; en el impulso dado a la construcción de la catedral, estimulando la recaudación de fondos y la libertad de tránsito para los carruajes que transportaran los materiales; en la promoción de la vida religiosa autorizando a fray Martín de Vargas y Miguel de Cuenca, monjes del Císter, para construir el monasterio reformado de Montesión en el paraje llamado de Benhalavia; en la promoción de la devoción eucarística enriqueciendo con indulgencias la fiesta del Corpus Christi y la introducción en la vida popular de las costumbres de rezar ciertas oraciones a las campanadas del alzar de la misa mayor y del Ave María.

En 1430, junto al deán y al cabildo, cedió tres capillas en la girola de la catedral para que en ellas se construyera la capilla de Santiago destinada a panteón familiar del condestable Álvaro de Luna, que fue obra de los arquitectos Álvar Martínez y Hanequín de Bruselas (1430-1449).

El arzobispo dictó su testamento en el mismo día en que murió en Alcalá de Henares, y se conserva duplicado en el Archivo catedralicio, en el que hizo donación de todos sus bienes al Cabildo, salvo ciertas cantidades para las dotes de sus sobrinas. Está enterrado en una sepultura con estatua yacente en el muro izquierdo de la Capilla de San Ildefonso.

 

Bibl.: C. Eubel, Hierarchia Católica Medii Aevi, vol. I, Padova, 1960 (reimpr.), pág. 487; V. Beltrán de Heredia, Bulario de la Universidad de Salamanca, t. I, Salamanca, Universidad, 1966, pág. 154; J. F. Rivera Recio, Los arzobispos de Toledo en la Baja Edad Media (s. XII-XV), Toledo, Diputación Provincial, 1969, págs. 107-111; Ó. Villarroel González, “Las intervenciones regias en las elecciones episcopales en el reinado de Juan II de Castilla (1406-1454): el caso de los arzobispos de Toledo”, en Anuario de Estudios Medievales, 31, 1 (2001), págs. 147-190; Ó. Villarroel González, Las relaciones entre la monarquía y el arzobispado de Toledo en época de Juan II de Castilla, Toledo, Ayuntamiento de Toledo, 2003; Ó. Villarroel González, “Juan Martínez Contreras: el ascenso de un clérigo menor y el servicio regio”, en H. Vasconcelos Vilar y M.-J. Branco (eds.), Ecclesiastics and political State Building in the Iberian Monarchies, 13th-15th centuries, Lisboa Publicações do Cidehus, 2016, págs. 183-201.

 

Ramón Gonzálvez Ruiz y Óscar Villarroel González

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