Puente y Primo de Rivera, Fernando de la. Cádiz, 28.VIII.1808 – Madrid, 12.III.1867. Obispo de Salamanca, arzobispo de Burgos, cardenal de la iglesia de Santa María de la Paz.
De noble familia, quedó huérfano antes de los doce años. Estudió en un colegio inglés donde se formaban los hijos de las familias católicas nobles de aquella nación.
Vuelto a España, continuó su carrera en la Universidad de Sevilla. En 1832 se ordenó sacerdote, en 1839 se doctoró en Teología y seguidamente enseñó esta asignatura por espacio de seis años. También enseñó Lengua Inglesa en la misma Universidad.
Fue párroco de San Miguel, de Sevilla, durante seis años, hasta que en 1847 fue nombrado auditor del Tribunal de la Rota de Madrid. Fue preconizado obispo de Salamanca el 27 de septiembre de 1852, recibiendo la consagración episcopal en Madrid el 19 de diciembre de manos del nuncio Brunelli. Restauró espiritualmente la diócesis después del largo período de la desamortización y las guerras civiles que habían precedido.
Visitó las parroquias, abrió concurso general, estableció el jubileo de las XL Horas, las conferencias y ejercicios espirituales del clero, recordó al mismo la obligación de predicar los domingos y días festivos, de fomentar los sacramentos y de facilitarlos a los fieles.
Cultivó con intensidad la predicación, fundó el Boletín Eclesiástico del Obispado, dio nuevos estatutos al Cabildo de la Catedral y terminó el arreglo parroquial, que no se llevó a la práctica por las circunstancias políticas.
Consiguió que el Seminario de Salamanca fuera declarado uno de los cuatro centrales de España y emprendió su reedificación material y formal. Juntamente con el arzobispo de Santiago, Manuel García Cuesta, asistió en representación del episcopado español a la solemne proclamación del dogma de la Inmaculada por Pío IX en Roma. Por ello fue honrado con el título de prelado asistente al solio pontificio.
El 25 de septiembre de 1857 fue preconizado arzobispo de Burgos y en el consistorio del 27 de septiembre de 1861 fue creado cardenal. En el mismo día el Papa le envió el birrete cardenalicio y más tarde, cuando asistió a la solemne canonización de los mártires del Japón (1862), le asignó en título la iglesia de Santa María de la Paz.
La Reina lo escogió en 1864 como director de la enseñanza moral y religiosa del príncipe Alfonso, pero el Gobierno de O’Donnell lo relevó del cargo por haber elevado a la Reina una exposición contra el reconocimiento de Víctor Manuel II como rey de Italia.
Antes de que transcurriera un año, fue repuesto por el último Gobierno del general Narváez. En el gobierno de la diócesis mostró sus dotes de organizador y pastor. Fundó asimismo el Boletín Eclesiástico del Arzobispado, formó una estadística de su clero, dedicó una preferente atención a su formación, incitándolo al cumplimiento de sus deberes pastorales y a su santificación personal. Estableció las conferencias morales del clero y exhortó a los párrocos a que predicasen por sí mismos en lugar de limitarse a la lectura de algún sermonario. La implantación y fomento de las Hermandades Sacramentales fue uno de los principales instrumentos empleados para intensificar la vida espiritual de su diócesis, cuya visita pastoral emprendió y llevó a cabo en poco más de año y medio. Había pueblos que no habían visto a su prelado en cincuenta y cinco años y otros durante más de un siglo. Escribió numerosas pastorales y circulares en los boletines eclesiásticos de Salamanca y Burgos.
Bibl.: J. A. Vicente Bajo, Episcopologio salmantino, Salamanca, Imprenta de Calatrava, 1901, págs. 227-230; R. Ritzler y P. Séfrin, Hierarchia catholica, Padua, Il Messaggero di S. Antonio, 1979, págs. 15-16, 58, 163 y 491; J. M. Cuenca Toribio y S. Miranda García, “Notas para el pontificado burgalés de Fernando de la Puente y Primo de Rivera (1858-1867). Estudio sobre la restauración religiosa isabelina”, en Semana de Historia Eclesiástica de España Contemporánea, El Escorial, Biblioteca La Ciudad de Dios, 1979, págs. 221-321; F. Díaz de Cerio, Regesto de la correspondencia de los obispos de España en el siglo xix con los nuncios, según el fondo de la Nunciatura de Madrid en el Archivo Vaticano (1791- 1903), vol. III, Città del Vaticano, Archivio Vaticano, 1984, págs. 115-124; V. Cárcel Ortí, “Los nombramientos de obispos en España durante el pontificado de Pío IX. Primera parte: 1846-1855”, en Analecta Sacra Tarraconensia (AST), 72 (1999), págs. 319-488; “Los nombramientos de obispos en España durante el pontificado de Pío IX. Segunda parte: 1857-1868”, en AST, 73 (2000), págs. 213-389.
Vicente Cárcel Ortí
