De noble familia, quedó huérfano antes de los doce años. Estudió en un colegio inglés donde se formaban los hijos de las familias católicas nobles de aquella nación.

Vuelto a España, continuó su carrera en la Universidad de Sevilla. En 1832 se ordenó sacerdote, en 1839 se doctoró en Teología y seguidamente enseñó esta asignatura por espacio de seis años. También enseñó Lengua Inglesa en la misma Universidad.

Fue párroco de San Miguel, de Sevilla, durante seis años, hasta que en 1847 fue nombrado auditor del Tribunal de la Rota de Madrid. Fue preconizado obispo de Salamanca el 27 de septiembre de 1852, recibiendo la consagración episcopal en Madrid el 19 de diciembre de manos del nuncio Brunelli. Restauró espiritualmente la diócesis después del largo período de la desamortización y las guerras civiles que habían precedido.

Visitó las parroquias, abrió concurso general, estableció el jubileo de las XL Horas, las conferencias y ejercicios espirituales del clero, recordó al mismo la obligación de predicar los domingos y días festivos, de fomentar los sacramentos y de facilitarlos a los fieles. [...]