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Pedro Sánchez de Luque

Biografía

Sánchez de Luque, Pedro. Córdoba, 5.X.1567 – 5.X.1640. Platero.

Las primeras referencias a este platero proceden de la erudición local, y se centran básicamente en aspectos biográficos; sin embargo se mantienen aún muchas incógnitas sobre la trayectoria del maestro, y la producción que se ha conservado carece de un estudio de conjunto, lo que permitiría un mejor conocimiento de su estética. Hijo del también platero Alonso Sánchez, vino al mundo el 5 de octubre de 1567; probablemente se iniciaría en el oficio en el taller paterno, pero lo único cierto sobre esta primera etapa de su vida es su matrimonio en 1593 con Francisca de la Fuente. No hay pruebas de su examen gremial, pero sí consta su ingreso en la congregación el 25 de junio de 1598, lo que invita a pensar en la realización del oportuno examen.

No obstante, la primera obra documentada corresponde a 1596, año en el que se comprometió a realizar un cáliz para la parroquia de Montemayor. En 1604 se documenta la ejecución de una lámpara para una capilla privada en la misma parroquial, hoy perdida, como sucede también con un cetro, un cáliz y una custodia que contrató en 1610, destinados a la iglesia de la villa de Pedroche. Dos años más tarde, en 1612, se le designó para el cargo de marcador y fiel contraste de la ciudad, lo que compaginó con su labor como artífice.

La mayor parte de las obras que se le conocen se fechan entre 1624 y 1634, si bien no todas ellas se conservan, como sucede con el Arca eucarística de la Catedral, concertada en 1624 y desaparecida durante la invasión francesa. No obstante, la Catedral guarda dos piezas singulares de este maestro, la reforma que hizo en 1616 a la custodia de asiento, labrada un siglo antes por Enrique de Arfe, y la hermosa Cruz procesional que el obispo fray Diego Mardones regaló a la Catedral cordobesa en 1625, obra que a la muerte del prelado aún no había sido abonada al platero en su totalidad.

Entre 1625 y 1626 se documentan las piezas que realizó para la localidad sevillana de Estepa, que no han sido identificadas, y sobre todo la gran custodia de asiento para la parroquia de la Asunción y Ángeles de Cabra, que al parecer seguía el modelo de otra creada por el propio artífice para Pedroche, y ya desaparecida.

En la década de 1630 el platero volvió a contraer matrimonio y, aunque siguió trabajando, disminuyó algo el ritmo de encargos. De este período se conservan la pareja de atriles de la Catedral de Córdoba y diversas piezas, tanto profanas como sagradas, que no han llegado hasta nosotros. En 1640 el platero redactó su testamento, y falleció el 5 de octubre del mismo año.

A juzgar por la obra conservada, la estética de Sánchez de Luque se mueve entre los epígonos manieristas y los comienzos del barroco; en sus obras hay todavía una fuerte presencia arquitectónica, pero a la misma vez se aprecia ya un mayor gusto por lo decorativo, palpable en el incremento del uso de los propios elementos arquitectónicos, convertidos así en ornamento. Algunos de sus recursos más frecuentes, como los botones de esmalte, las costillas y el nudo de pera, aparecen ya en el Cáliz de la parroquia de Montemayor (1596), su obra más temprana entre las conservadas.

La reforma de la custodia de Arfe (1616), realizada por Sánchez de Luque, consistió, entre otras cosas, en el incremento de altura, el añadido de algunas figuras y en el uso de botones de esmalte. En la cruz procesional del obispo Mardones (1625), se observa ya un trabajo más personal y maduro; los brazos de la cruz terminan en óvalos figurados que rematan con perillones, al modo de lo que se hacía por esos años en otras zonas hispanas, pero la macolla muestra abundantes tornapuntas, gallones, molduras, hornacinas con figuras, elementos que dan a esta pieza un aire más abigarrado que el que puede desprenderse de otras piezas coetáneas.

El mismo sentido arquitectónico se aprecia también en la Custodia procesional (1621-1626) realizada para la Asunción y Ángeles de Cabra, cuyo aspecto original se ve alterado por el basamento bulboso añadido en la década de 1770 por el platero Damián de Castro. A Luque pertenecen los dos cuerpos rematados en cúpula, de plata en su color y dorada, en los que emplea columnas con fuste estriado, entablamentos que se adornan con botones de esmalte, gallones y costillas, así como elementos figurativos diversos repartidos por la obra. Se ha relacionado con él un cáliz de la parroquial de Bujalance (1631), donde se ha empleado ornamento semejante, sin embargo, la carencia de marcas y algunas divergencias estéticas, inducen a poner en duda la atribución.

También se han conservado obras de Sánchez de Luque en el terreno de la platería profana; se consideran suyas las marcas que aparecen en el jarro de pico de la parroquia de Santa María de Écija, y en el jarro de pico del Convento de Santa María de Gracia de Córdoba. Ambos se ajustan al tipo andaluz, con asa de cinco invertido, pico vertedor con mascarón masculino y costillas en el tercio inferior; suyos son igualmente, los candeleros del Colegio de la Piedad de Córdoba, lisos y con astil muy segmentado. Estos trabajos se han fechado en el primer tercio del siglo xvii.

A la última etapa de su producción corresponde la pareja de atriles de la Catedral cordobesa, donados en 1632 por el racionero Antonio Murillo; presentan dos grandes relieves, uno de la conversión de san Pablo y el otro del triunfo de Santiago, embutidos en una cartela de cueros recortados. Los faldones llevan también relieves con escenas de la vida de Cristo y figuras, mientras que los reversos y los laterales se cubren con profusa decoración vegetal y figuras alegóricas.

 

Obras de ~: Cáliz, Parroquia de Montemayor (Córdoba), 1598; Jarro de pico y bandeja, Convento de Santa María de Gracia, Córdoba, c. 1600; Jarro de pico, Parroquia de Santa María, Écija (Sevilla), c. 1600-1610; Pareja de Atriles, Catedral, Córdoba, 1632; Reforma de la custodia de Arfe, Catedral, Córdoba, 1616; Cruz procesional del obispo Mardones, Catedral. Córdoba, 1625; Candeleros, Colegio de la Piedad, Córdoba, 1600-1625.

 

Bibl.: R. Aguilar Priego y J. Valverde Madrid, “El platero cordobés Pedro Sánchez de Luque”, en Boletín de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes (BRACO) (Córdoba), n.º 85 (1963), págs. 15-25; D. Ortiz Juárez, Exposición de orfebrería cordobesa. Catálogo, Córdoba, Diputación Provincial, 1973, pág. 118; Punzones de platería cordobesa, Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1980, pág. 79; “La platería cordobesa durante el siglo xvii”, en Antonio del Castillo y su época, Córdoba, Diputación Provincial, 1986, págs. 235-239. M. Nieto y F. Moreno, Eucharistica cordubensis, catálogo de exposición, Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1993, págs. 36 y 145; J. M. Cruz Valdovinos, “Platería”, en Historia de las artes aplicadas e industriales en España, Madrid, Cátedra, 1994, pág. 122; G. García León, “Orfebrería en Écija. Siglos xvi-xvii”, en Écija. Luis Vélez de Guevara y su época, catálogo de exposición, Écija, Ayuntamiento, 1994, págs. 73-74; M.ª T. Dabrio González, “El arte de la platería”, en El convento de dominicas del Corpus Christi de Córdoba, Córdoba, Cajasur, Publicaciones de la Obra Social y Cultural, 1997, págs. 272-274; J. M. Cruz Valdovinos, “Platería”, en Artes decorativas II, en J. Pijoán (dir.), Summa artis: historia general del Arte, t. XLV**, Madrid, Espasa Calpe, 2000, pág. 608; M. J. Sanz Serrano, La custodia procesional. Enrique de Arfe y su escuela, Córdoba, Cajasur, Publicaciones de la Obra Social y Cultural, 2000, págs. 43-44; G. García León, El arte de la platería en Écija. Siglos xv-xix, Sevilla, Diputación Provincial, 2001, pág. 256; T. Dabrio González, “La custodia procesional en Córdoba”, en Laboratorio de Arte (Sevilla, Publicaciones de la Universidad), n.º 17 (2004).

 

María Teresa Dabrio González

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