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Juan de Ochoa Mendez

Biografía

Ochoa Méndez, Juan de. Córdoba, 27.XII.1554 baut. – 1606 post. Maestro de cantería, arquitecto.

Juan de Ochoa fue el arquitecto más importante de Córdoba en la segunda mitad del siglo xvi, siendo un fuerte competidor de Hernán Ruiz III. Fue maestro mayor de la ciudad desde 1589 y colaboró con el Cabildo catedralicio, siendo maestro mayor de las obras del obispado a partir de 1591. De fuerte personalidad, su obra supone la consagración del manierismo en Córdoba y su provincia.

Fue bautizado en la parroquia del Sagrario de Córdoba el día 27 de diciembre; sus padres fueron Martín de Ochoa y Ana Méndez. Sus inicios en la profesión fueron en el taller paterno, ya que Martín de Ochoa era un afamado maestro que gozó de cierto prestigio en la ciudad, aunque es muy probable que su formación arquitectónica la completara junto a Hernán Ruiz III, con quien se iniciaría en el campo de la ingeniería hidráulica, llegando a ser un cotizado maestro. Su primera obra conocida data de 1571, momento en que realizó un pozo con su noria a Pedro de Valencia en la huerta de la Cercadilla, según las condiciones dadas por Hernán Ruiz III.

Algunos años después, el 22 de junio de 1574, hizo el examen de alarife ante Diego Ruiz del Castillo y Pedro Cruz.

Su primer trabajo arquitectónico lo ejecutó al servicio de Luis Gome de Figueroa, con quien concertó el 23 de mayo de 1576 la portada principal del Palacio de Viana, donde realizó una de las obras más valientes del manierismo. Algún tiempo después, en 1578, contrató, junto con Hernán Ruiz III, hacer la obra de los batanes que el Convento de Jesús María tenía en el río, y, poco después, contrató la traída de aguas de Écija (Sevilla). Los encargos eran cada vez más importantes, encargándosele en 1583 la maestría de la Casa Lonja de Sevilla, en la que su intervención se redujo a la explanación del terreno antes de la llegada de Juan de Minjares. Este mismo año Luis Gome de Figueroa le encargó la ejecución de la capilla Mayor del Convento de Santa Isabel de los Ángeles para que le sirviera de enterramiento, obra que concertó por 600 ducados. En ella estuvo trabajando hasta 1587, levantando hasta la cornisa; Ochoa organizó un espacio sobre planta cuadrada, abierto con arco toral y decorado con un retablo arquitectónico; llaman la atención los relieves de San Bartolomé, San Luis obispo, San Sebastián y San Roque que ornamentan las paredes laterales y que están realizados dentro de la más pura estética manierista; el mismo espíritu se evidencia en la portada del convento donde se puede apreciar la libertad con que Ochoa dispone los elementos arquitectónicos. Por estos mismos años debió realizar, en opinión de Villar Movellán, la casa de los Venegas de Henestrosa, actual Gobierno Militar.

Mientras atendía estas obras arquitectónicas no dejó de trabajar en el campo de la ingeniería hidráulica y, así, en 1588 redactó las condiciones según las cuales Andrés Negro se comprometía a atajar el agua de los batanes del Alcázar en la Albolafia y el 20 de mayo contrató, junto con Alonso Díaz y Pedro de Molina, hacer la azuda del molino de Martos. Trabajó Juan de Ochoa para el Ayuntamiento, ejecutando, en 1586, como obra más significativa, el edificio de la Cárcel y Casa del Corregidor que preside la plaza de la Corredera. Sus obras fueron valoradas, ya que en 1589 se le nombró maestro mayor de la ciudad.

Su relación con el Cabildo catedralicio y con el obispado fue inmejorable, prefiriendo sus servicios a los de Hernán Ruiz III. Los encargos se fueron sucediendo de tal manera que, el 17 de julio de 1585, el obispo Pazos contrató con Juan de Ochoa la hechura de un lucernario sobre las tres naves que precede el espacio central del Sagrario de la Catedral de Córdoba, y en 1589 redactó las condiciones con las que se tenía que ejecutar el chapitel de la torre de la Catedral de Córdoba, obra que ejecutaría Francisco de Herrera. Mientras trabajaba en estas obras, construyó entre 1588 y 1590 el campanario de San Juan Bautista de Hinojosa del Duque.

La ejecución de la capilla de San Marcos, Santa Ana y San Juan Bautista fue concertada con Juan de Ochoa, el 25 de marzo de 1596, con los hermanos Andrés y Cristóbal de Mesa y Cortés. Es una obra arquitectónica de gran belleza en la que el maestro utiliza una bóveda baída decorada con casetones para cubrir el espacio y en el exterior desarrolla una portada con unos elementos tradicionales trabajados de una forma completamente libre.

Su gran obra sería acabar la Catedral de Córdoba, concierto que firmó el 9 de febrero de 1599 y por el que se comprometía a realizar el cimborrio; un año después, el 19 de septiembre de 1600 se comprometía a realizar la decoración del cimborrio y coro. Sólo se conservan estos dos contratos de Juan de Ochoa con la fábrica de la Catedral de Córdoba, si bien hay que indicar que en su testamento, otorgado el 1 de octubre de 1606, expuso todo lo que se le debía de las obras de la catedral, y su intervención fue mucho más amplia, ya que ejecutó, además de lo dicho, “el arco del testero cornisa arriba, los postigos y arcos del antecoro, los pedestales y bancos de la iglesia, los jaspes y piedra dura del altar mayor, postigos y gradas y los tejados de las capillas laterales hacia el medio día”. Mientras trabajaba en las obras de la catedral, en julio de 1599, dio las condiciones para labrar dos fuentes pequeñas para el patio de los Naranjos, las cuales realizaría Martín Ruiz Ordóñez y el 17 de noviembre de 1601 redactó las condiciones con las que se tenían que construir dos sepulturas en el presbiterio y que ejecutarían Pedro y Miguel del Portillo.

El 10 de enero de 1604 contrató acabar la capilla Mayor de Santaella, conforme a la traza, modelo y condiciones que él había dado. Algún tiempo después, el 13 de marzo de 1606, dio un censo a su cuñado Rodrigo Alonso Clavijo para vender unos censos que eran propiedad de su mujer. Poco después moría, desconociéndose en qué lugar ocurrió.

Su estilo revela una impronta manierista derivada de la obra de Hernán Ruiz III, pero con una mayor tensión de los elementos constructivos. Sus atrevimientos constructivos fueron los más sugestivos de la Córdoba de finales del quinientos, pues sin ellos no se pueden entender la arquitectura del protobarroco en Córdoba.

 

Obras de ~: Portada principal, Palacio de Viana, Córdoba, 1576; Capilla mayor, Convento de Santa Isabel de los Ángeles, Córdoba, 1583-1587; Lucenario, Capilla del Sagrario, Catedral, Córdoba, 1585; Cárcel y Casa del Corregidor, Plaza de la Corredera, Córdoba, 1586; Casa de los Venegas de Henestrosa (actual Gobierno Militar), Córdoba, c. 1589; Campanario, Parroquia de San Juan Bautista, Hinojosa del Duque (Córdoba), 1588-1590; Capilla de San Marcos, Santa Ana y San Juan Bautista, Catedral, Córdoba, 1596; Bóveda del Crucero, arco del testero, postigos y arcos del antecoro, Catedral, Córdoba, 1599-1606.

 

Bibl.: R. Ramírez de Arellano, Diccionario biográfico de artistas de la provincia de Córdoba, Documentos inéditos para la Historia de España, t. CVII. Madrid, Imprenta de José Perales y Martínez, 1893; “Artistas Exhumados”, en Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, XI-XII (1903-1904); J. Valverde Madrid, “Juan de Ochoa, el arquitecto de la Catedral cordobesa”, en Omeya (Córdoba), n.º 14 (enero de 1970), M. Méndez Zubiría, “La Casa Lonja de Sevilla”, en Aparejadores (Sevilla), n.º 4 (1981); A. Villar Movellán, “La arquitectura del quinientos”, en VV. AA., Córdoba y su provincia, Sevilla, Ediciones Gever, 1985; Á. Aroca Lara, “La Escultura Cordobesa del Seiscientos”, en Antonio del Castillo y su época, Córdoba, Diputación Provincial, Área de Cultura, 1986; A. Villar Movellán, “Arquitectura en Andalucía occidental”, en VV. AA., El Arte del Renacimiento. Urbanismo y arquitectura, t. IV, Sevilla, Ediciones Gever, 1990; M. Nieto Cumplido, La Catedral de Córdoba, Córdoba, Publicaciones Cajasur, 1998.

 

María Ángeles Raya Raya

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