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Miguel Feijóo de Sosa

Biografía

Feijoo de Sosa, Miguel. Arequipa (Perú), 3.VI.1718 – Lima (Perú), 1.X.1791. Ilustrado, corregidor de Trujillo, contador mayor del Tribunal de Cuentas.

Fueron sus padres Manuel Feijoo de Sosa, natural de Madrid y corregidor de Sicasica en la Audiencia de Charcas, y Juana de Iraola y Ledesma, nacida en Lima. Estudió Filosofía, Teología, Cánones y Leyes en el colegio de San Martín regentado por la Orden Jesuita. Uno de sus maestros fue José Perfecto de Salas, quien años más tarde al ser nombrado asesor general del virrey Manuel de Amat y Junient sería su valedor ante este gobernante. Estudió Cánones y Derecho en la Universidad de San Marcos y se doctoró en la primera especialidad.

En 1744 fue nombrado por el virrey marqués de Villagarcía corregidor de la provincia de Quispicanchis en Cuzco. Ese mismo año se casó con María Micaela Josefa Antonio de Olavide y Jáuregui, hermana del ilustrado limeño Pablo de Olavide. Tuvieron un único hijo al que bautizaron como Manuel José y que falleció siendo niño. En 1755 María Micaela también murió y sus restos fueron enterrados en la iglesia de la Merced. El mandato de Miguel Feijoo como máxima autoridad en Quispicanchis finalizó en 1750 y fue absuelto de todos los cargos en el juicio de residencia que se le siguió. Retornó a Lima y opositó en diversas ocasiones a la cátedra de prima de Cánones en la Universidad de San Marcos, pero sólo obtuvo un breve interinato en 1755.

El 28 de junio de 1757 el virrey conde de Superunda le confirió el título de corregidor, justicia mayor y teniente general de la provincia de Trujillo en sustitución del general Martín de Aranda y de la Torre.

Trujillo era una de las ciudades más importantes del virreinato peruano por ser el lugar en donde residían las familias más acaudaladas de la costa norte peruana y por su papel de intermediario mercantil entre Panamá y Lima. El hecho más trascendental que tuvo que enfrentar durante su mandato fue el terremoto del 2 de septiembre de 1759 que afectó las principales edificaciones dedicadas al culto religioso de esa ciudad. Feijoo se implicó en los primeros trabajos dedicados a la reconstrucción de la ciudad. Su gestión concluyó el 7 de febrero de 1760 y fue relevado por el general José Antonio Hurtado y Sandoval. Fue absuelto en el juicio de residencia que le practicó Juan de Sotomayor.

En diciembre de 1761 culminó la redacción de su obra más conocida, la Relación descriptiva de la ciudad y provincia de Trujillo del Perú, que ofreció a Carlos III. Esta obra es considerada una de las piezas literarias clave de la Ilustración peruana. Su autor la comenzó a escribir en 1759 cuando aún era corregidor en dicha ciudad. El deseo de Feijoo fue que su escrito se publicase en España y para lograr ese objetivo remitió un ejemplar al representante por el Perú en la Corte, Manuel de Isurieta y Querejazu, con el propósito de que éste gestionase la licencia real para su publicación. La instancia de edición fue presentada para censura en el Consejo de Indias el 30 de junio de 1763. El dictamen del fiscal Manuel Pablo de Salcedo fue favorable a su edición en atención a la exactitud de sus noticias y su utilidad pública. También emitió un juicio totalmente favorable el cosmógrafo mayor del reino, el jesuita Christian Rieger. La obra se editó a fines de 1763 en la imprenta madrileña del Consejo de Indias situada en la esquina de las calles del Clavel y de la Reina. Con relación al contenido de esta obra se puede resumir como una pormenorizada descripción del estado demográfico, administrativo, económico y moral de la provincia trujillana. Para redactarla Feijoo se valió de informaciones extraídas del ayuntamiento, de los libros del cabildo eclesiástico, de las crónicas, de las memorias de los virreyes y de los repertorios de la legislación indiana. En sus páginas se incluyeron diversos temas, destacando entre ellos los relacionados con la realidad agraria, la estructura geológica y astronómica para explicar los terremotos, las causas de las lluvias torrenciales y las costumbres de su población. Por último, la Relación incluyó un par de planos de la ciudad y un mapa arqueológico del reino preinca de Chimor.

Feijoo experimentó la mejor etapa de su trayectoria burocrática e intelectual durante el gobierno del virrey Manuel de Amat y Junient (1761-1776). El asesor de éste, José Perfecto de Salas, le recomendó a este gobernante para que asumiese la conducción de la reforma de los ramos más estratégicos de la real Hacienda. Fue así cómo Amat le comisionó la reorganización del estanco de tabacos del virreinato que comprendía ocho administraciones generales (Lima, Arequipa, Huancavelica, Trujillo, Cuzco, La Paz, Cochabamba y Potosí). El 13 de diciembre de 1763 fue nombrado director general del Tribunal de Cuentas y contador general del Estanco del Tabaco. Feijoo logró su propósito de actualizar la contabilidad general de la renta del tabaco y además publicó una memoria en la que señalaba los pasos para perfeccionar su funcionamiento.

Se desempeñó en este puesto hasta el 20 de marzo de 1775 cuando se jubiló.

Otros encargos que el virrey Amat le confió fue realizar una investigación de las cuentas fiscales del Tribunal de la Santa Cruzada, proponer la reforma del ramo de Lanzas y Medias Annatas, confeccionar un método y reglas para el funcionamiento del Tribunal mayor y Audiencia real de Cuentas, fiscalizar las cuentas pendientes de la caja real de Potosí remitidas al Consejo de Indias y, por último, examinar las cuentas elevadas por el Tribunal del Consulado de Lima relacionadas con la recaudación de los derechos de avería, derrama y consulado igualmente enviadas al Consejo de Indias. Todos estos encargos fueron eficazmente solucionados por Feijoo y generaron una serie de documentos contables valiosos para el conocimiento de la historia económica de este período.

La obra de contenido económico más importante escrita por Feijoo durante la época en que gobernó el virrey Amat se tituló Nuevo Gazofilacio Real, obra redactada en dos años y que concluyó el 10 de febrero de 1771. Este documento constituye un pormenorizado informe estadístico de los gastos anuales que reportó todo el personal de la administración virreinal y de los bienes y servicios que se cargaban a la real Hacienda. Esta información había sido requerida al virrey en 1769 por parte del ministro de Marina e Indias, el bailío Julián de Arriaga. Para componer esta obra Feijoo tuvo que recabar toda la información contable que le fue proporcionada por los oficiales de las diecisiete cajas reales del virreinato, incluidas las de la capitanía general de Chile. Este escrito permanece inédito.

Por orden directa del virrey, Feijoo fue un actor clave en la coyuntura de expulsión y extrañamiento de los jesuitas del territorio peruano decretado el 9 de septiembre de 1767. Ese día en compañía de varios comisionados del Gobierno se presentó en el noviciado de los jesuitas y les cursó la orden de expulsión así como su nombramiento como administrador de los bienes confiscados. En septiembre de 1769 fue nombrado miembro de la junta extraordinaria de almonedas cuya función fue administrar y liquidar las propiedades incautadas a los jesuitas.

Otro aspecto relevante de su perfil biográfico fue su actuación filantrópica, implicándose por medio de colectas públicas en la construcción del hospicio para indigentes en Lima. También abogó por la mejora de la situación de los esclavos negros. Su iniciativa de que los propietarios abonasen un real diario para la manutención de sus esclavos que por su avanzada edad dejasen de trabajar y requiriesen ser acogidos en los hospicios de indigentes, fue aprobada por el Gobierno mediante decreto firmado el 29 de julio de 1771.

La historiografía le ha atribuido la redacción de la mayor parte de la memoria de gobierno del virrey Amat, pieza política esta compuesta en 1776 para ser entregada a su sucesor, Manuel Guirior. La parte de esta relación oficial dedicada al balance económico reproduce casi en su totalidad el contenido del Nuevo Gazofilacio Real. La implicación de Feijoo en su confección además se confirma porque éste alcanzó a redactar un “Prólogo que se ha puesto en esta copia conducente a su mayor ilustración e inteligencia” que se añadió con posterioridad al ejemplar conservado en la Biblioteca Nacional de Madrid.

Se sospecha que el mismo estuvo dirigido al visitador general José Antonio de Areche. En 1812 este texto fue reproducido en los Monumentos Literarios del Perú por el editor Guillermo del Río. El “Prólogo” es una síntesis del pensamiento político y económico de Feijoo forjado a partir de su larga trayectoria como contador mayor del reino. El autor no sólo se muestra interesado en proporcionar una idea sobre el estado moral y político del Perú sino también en hacer traslucir sus dolencias y enfermedades.

Destaca en su reflexión un incipiente indigenismo al recordar que todas las adversidades desde la conquista han recaído en los indios. Critica la explotación que recae sobre ellos a través de las mitas en las minas, el trabajo forzado en los obrajes y el reparto forzoso que fomentan los corregidores en las comunidades indígenas. A continuación señala que el verdadero fomento del reino pasa por la intensificación del comercio interno y externo y no por la extracción de metales. Por último, propone como piezas fundamentales para el renacimiento peruano el aumento de la población y el fomento de un comercio cuyo excedente redundase en beneficio del país.

Bajo el gobierno de Manuel Guirior la actuación económica de Feijoo cesó al jubilarse como director del Tribunal de Cuentas en junio de 1776. Sin embargo, su reaparición pública se iba a producir en 1778 cuando aquel virrey solicitó a varias personalidades su opinión sobre los repartos de mercancías que realizaban los corregidores en los pueblos de indios.

Feijoo redactó un extenso dictamen en el que criticó la actuación de los corregidores por vender a los indios una serie de bienes innecesarios y con sobreprecio.

Propuso como solución que se prohibiesen los repartimientos de mercancías y que a los corregidores se les fijase sueldos fijos extrayendo de diversos ramos la cantidad necesaria para dotar sus puestos de modo decoroso. Feijoo advirtió que de no corregirse a tiempo esta actividad muy pronto se despedazarían las provincias y se aniquilaría a los indios. Este escrito fue cuestionado por Alonso Carrió de la Vandera, el autor de El Lazarillo de Ciegos Caminantes, en un informe elevado al virrey en 1778. No obstante esta crítica, el informe de Feijoo fue premonitorio, ya que fue redactado dos años antes de que estallase en el Cuzco la gran rebelión de Tupac Amaru II que, entre otras causas, atacó el sistema del reparto ejercido por los corregidores como justificante de su lucha.

Los últimos años en la vida de Feijoo muestran un continuo declive de su salud y un paulatino retiro de la actividad pública. En 1783 el virrey Jáuregui le encargó que redactase la censura de los tratados Verdad vindicada y teológicamente definida del fraile dominico Juan Osorio y Disertación sobre la Concepción de Nuestra Señora de Ignacio de Castro. Por último, el virrey Gil de Taboada y Lemos en 1790 solicitó su parecer en torno a la reforma de la renta de tabacos y sobre la posibilidad de utilizar el tabaco de la región de Chachapoyas para torcer cigarros puros del tipo de los de La Habana. Falleció en Lima a los setenta y tres años.

 

Obras de ~: Relación descriptiva de la ciudad y provincia de Trujillo del Perú, con noticias exactas de su estado político según el Real orden dirigido al Excelentísimo Señor Virrey Conde de Superonda escrito por el doctor don Miguel Feijoo, corregidor (que fue) de dicha ciudad, y contador mayor del Tribunal y Audiencia Real de Cuentas del Perú, que la dedica al Rey Ntro. Señor, en Madrid, en la Imprenta del Real y Supremo Consejo de las Indias, año de 1763; “Prólogo respectivo a la ilustración de la relación de gobierno del excelentísimo señor virrey D. Manuel de Amat, por el D. D. Miguel Feijoo de Sosa”, en G. del Río, Monumentos literarios del Perú, Lima, Imprenta de los huérfanos, 1812, págs. 15-40; “Dictamen de Feijoo de Sosa sobre los repartimientos (1778)”, en L. A. Eguiguren (ed.), Guerra separatista. Crónica de Melchor de Paz, t. II, Lima, 1952, págs. 329-357.

 

Bibl.: V. Rodríguez Casado y F. Pérez Embid (eds.), Memoria de gobierno del virrey Amat, Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1947; A. Moreno Cebrián, El corregidor de indios y la economía peruana en el siglo xviii, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1977; P. Macera, “Las breas coloniales del Perú”, en Trabajos de Historia (Lima, INC), t. III, págs. 229-274; J. J. Hernández Palomo, “el ‘Estado general de la Real Hacienda’ de Perú, Chile y Río de la Plata de Alfonso Rodríguez Ovalle”, en Historiografía y Bibliografía Americanistas (Sevilla), vol. XXII (1978), págs. 3-58; G. Lohmann Villena; “La biblioteca de un peruano de la ilustración: el contador Miguel Feijoo de Sosa”, en Revista de Indias (Madrid), n.º 174 (1984), págs. 367-384; “Miguel Feijoo de Sosa: el hombre y su obra”, en M. Feijoo de Sosa, Relación descriptiva de la ciudad y provincia de Trujillo del Perú, Lima, Fondo del Libro del Banco Industrial del Perú, 1984, págs. 13-80; R. Escobedo Mansilla, Control fiscal en el virreinato peruano. El Tribunal de Cuentas, Madrid, Editorial Alhambra, 1986.

 

Víctor Peralta Ruiz

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