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Miguel Delgado

Biografía

Delgado, Miguel. ?, p. t. s. XV – Barcelona, 26.XI.1478. Abad cisterciense (OCist.), teólogo, jurista, historiador.

Nacido, al parecer, fuera del principado en el primer tercio del siglo XV, fue limosnero, título que correspondía a Poblet. Era monje de la casa de Alfonso el Magnánimo en Nápoles, y el Rey lo hizo abad comendatario perpetuo del pequeño monasterio benedictino de Sant Salvador de Breda. Fue elegido después abad de Poblet (1458-1478).

Hubo siempre, pese a los difíciles avatares políticos posteriores, una íntima amistad del abad con el rey Juan II. Por ello, es de difícil comprensión que, durante la guerra civil de éste con la Diputación del General del principado, se diese una fluctuación cuando menos sorprendente en la actuación abacial, que se inclinó por el lado catalán, aun cuando Delgado era uno de los más firmes defensores de las reivindicaciones de la Diputación frente al Monarca.

Cuando el grave problema con el príncipe Carlos de Viana, por ejemplo, se entrevistó dos veces, como miembro de la comisión, con su madrastra, la segunda esposa del Rey y madre de Fernando el Católico, Juana Enríquez, en mayo de 1461 en Vilafranca y en Barcelona en junio, y obtuvo de ella, como hábil diplomático, la firma de una concordia o unas capitulaciones. De hecho, Carlos, encerrado en prisión por su padre en diciembre de 1460, era liberado de su prisión el 1 de marzo siguiente, cuando ya Cataluña se había alzado en armas. Pero los hechos militares se inclinaron pronto del lado real: Juan II entraba a principios de junio de 1462 en Balaguer.

En ese momento se dio el giro copernicano del abad Delgado. Temiendo éste posiblemente por su importante señorío de Verdú, no lejos de allí, procuró que las tropas no entraran nunca en Tárrega, y accedió a obedecer los mandatos reales, colaboró personal y militarmente en el sitio de Omells de Na Gàia en 1467 y en 1469 suministró, desde Anglesola, unas acémilas con trigo para el aprovisionamiento de Girona.

Lógicamente, la posición del abad no debía de ser fácil frente a la comunidad dividida de Poblet.

Ausente desde 1462, nombró un vicario en la persona del padre Juan Agir, aunque ligado a la autoridad del consejo de ancianos de la casa. Es curioso que no nombrara al prior, padre Pedro Calbó, quizá demasiado atado a su gusto por las autoridades de Barcelona.

En cualquier caso, se sabe que, en 1463, el prior de Natzaret, fray Luis Ponç, era elegido miembro del Consejo del principado, y formó parte de una embajada ante Enrique IV de Castilla, enemigo declarado de Juan II.

Delgado, entretanto, había conseguido que, secuestradas las ricas rentas de Quart y Aldàia (un total de 21.000 sueldos) por el Rey en 1462, se ordenara al vicerregente del gobernador de Valencia, Pedro de Urrea, que le cediera 11.000 para su propio mantenimiento, y una vez pagados los gastos acostumbrados para mantener a los monjes de Sant Vicent y la gente de ese priorato y su hospital, fuera entregado el resto al baile, para ingresarlo en la caja real.

Tras reincorporarse a la casa en 1464, solicitó por dos veces, en 1473 y 1475, que se le exonerase del cargo, en razón de su edad y cansancio, cosa que, no obstante, la comunidad no aceptó. Curiosamente, la amistad real para con él no cambió nunca, y el príncipe Fernando escribía, en el mismo año 1475, que se hacía cargo de lo que había debido de sufrir el monasterio durante la larga guerra, decidida finalmente a favor del Rey (aunque no consta que se hiciera nada al respecto).

Elegido diputado eclesiástico, es decir, presidente de la Generalitat, en 1476, hubo de ausentarse de Poblet para residir en Natzaret, el priorato y casa procura de Poblet en Barcelona, y allí murió el 26 de noviembre de 1478, sólo dos meses antes de la muerte del propio Juan II, que fue enterrado con su esposa, pese a todo, en el panteón real de Poblet, como su hermano mayor Alfonso V, trasladado a Poblet desde el Maschio Angiovino de Nápoles dos siglos después de su muerte, y en tumba renacentista, de alabastro como el propio panteón. Rompió la costumbre Fernando el Católico, enterrado con Isabel en Granada. A Carlos V se le enterró en Yuste y Felipe II, que construyó el nuevo panteón del El Escorial, trasladó a él después los restos de su padre.

Poblet le debe al abad Delgado la construcción del sobreclaustro (que se arruinó después, salvo dos arcos cantoneros del lado sur, en razón de su poca solidez, y a raíz de un pequeño terremoto), y de la hermosa puerta dorada, acabada después por su sucesor, el leonés padre Juan Payo Coello (1480-1494). Figura su escudo de armas en ambas construcciones.

 

Bibl.: J. Finestres, Historia del Real Monasterio de Poblet, t. IV, Cervera, Manuel Ibarra, 1753-1756, págs. 24-25; J. Sobrequés Callicó, “L’actuació política de l’abat i del monestir de Poblet durant els primers anys de la guerra civil catalana (1460-1464)”, en I Col·loqui d’Història del Monaquisme català, Santes Creus, 1966, t. II, Santes Creus, 1969, págs. 297- 262; A. Altisent, Història de Poblet, Poblet, Abadía, 1974, págs. 373-374 y 404-412, passim.

 

Alejandro Masoliver, OCist.

 

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