Benavides y Aragón, Luis Francisco de. Marqués de Solera (IV). Madrid, 25.IV.1665 – Pamplona (Navarra), 2.VII.1706. Religioso y virrey de Navarra.
Segundogénito de Francisco de Benavides Dávila y Corella, IX conde de Santisteban del Puerto, XII del Risco, IX de Cocentaina, X marqués de las Navas, y de su esposa Francisca de Aragón y Sandoval Folch de Cardona, hija de los duques de Segorbe. Su padre, que le sobrevivió, fue capitán del Regimiento de la Guardia chamberga de Carlos II, capitán general de la costa de Granada (1672), virrey de Cerdeña (1673-1678), de Sicilia (1678-1687) y de Nápoles (1688-1696), consejero de Estado, mayordomo mayor de las reinas Mariana de Neuburgo y María Luisa de Saboya, Grande de España, comendador de Monreal y Trece de la Orden de Santiago. Aunque tuvo nueve hermanos varones, sin contar las mujeres, sólo alcanzaron la edad adulta dos de ellos: Diego (1663-1693) y Manuel de Benavides y Aragón (1682- 1743); el primero le antecedió en el marquesado de Solera, que portaban los herederos de la casa condal de Santisteban del Puerto; el segundo sería el heredero final de la casa, títulos y estados paternos.
Destinado a la carrera religiosa, ingresó en el colegio mayor de San Bartolomé, en Salamanca (el 13 de octubre de 1678), donde se licenció en sagrados Cánones (1682). En el entretanto obtuvo una canonjía en Toledo y después de arcediano de Alcaraz y abad de la iglesia de San Pedro y San Pablo, en Italia (Sicilia), donde su padre era virrey. Era ya consejero doctoral del Cabildo catedralicio de Palermo cuando su hermano mayor, el citado Diego de Benavides, halló la muerte al frente del tercio de Lombardía en la batalla de Orbassano (4 de octubre de 1693), disputada contra los franceses no lejos de Turín. Aquel hecho cambió radicalmente su vida, pues, dada la corta edad del menor de los hermanos, hubo de secularizarse para atender a la conservación de la casa de Santisteban, de la cual quedó heredero. En 1694, recibidas las pertinentes licencias, resignó el orden sacerdotal y contrajo matrimonio con Mariana de Borja, viuda de su hermano mayor, que la había desposado el año anterior a su muerte (1692). Mariana era hija de los duques de Gandía y cuarta en la línea sucesoria de su casa, pese a lo cual sucedería en ella a la muerte de su hermano Luis Ignacio de Borja (1740), estando ya casada —en terceras nupcias— con el duque de Béjar, al que también sobreviviría. Sin embargo, no alcanzó progenie en ninguno de sus matrimonios.
Los cónyuges se instalaron en la Corte, donde Luis Francisco fue designado gentilhombre de la cámara del Rey, con ejercicio. El mismo año, su Casa fue encumbrada a la grandeza de España y, el siguiente, su padre regresó de Nápoles para servir de mayordomo mayor de la Reina; es decir, jefe de su Real Casa. El cambio dinástico provocado por la muerte de Carlos II (1 de noviembre de 1700), no alteró sustancialmente la situación; poco después de su llegada a Madrid (14 de abril de 1701), Felipe V confirmó el puesto del hijo y, vacante la Casa de la Reina, nombró a su padre consejero de Estado. Ambos acompañaron al Monarca en su viaje a Aragón y Cataluña, hallándose en Figueras en la recepción y banquete nupcial de la nueva reina, María Luisa de Saboya (3 de noviembre de 1701), desposada previamente por poderes. El 19 de noviembre, el rey le nombró virrey y capitán general de Navarra “para que entre a exercerle en habiendo cumplido su trieno el marqués de San Vicente”, su antecesor en el cargo, cuyo gobierno se hallaba próximo a vencer. Sin embargo, hasta el 10 de marzo del año siguiente no partió de Barcelona hacia Pamplona. Cuando se despidió de su padre, que quedaba con el séquito real para acompañar a Felipe V en su viaje a Nápoles y Milán, ambos ignoraban que ya nunca volverían a verse.
Álvarez Baena, su primer biógrafo, afirma que “fue adorado de sus súbditos por el admirable conjunto de prendas de que estaba adornado, juntando en el gobierno la rectitud y justicia con la piedad; mas duró poco, pues asaltándole un accidente, le quitó la vida el día 2 de julio del año 1706”. La correspondencia preservada sobre su acción de gobierno se centra fundamentalmente en aspectos militares; sobre todo, en la resolución de los problemas derivados por el tránsito ininterrumpido de tropas francesas a través del territorio navarro, que revela su talento minucioso y previsor. Otra parte importante refiere la leva y equipamiento de los tres tercios navarros aprobados en las Cortes de Sangüesa (21 de junio de 1705), que hubo de enviar apresuradamente al reino de Valencia para intentar sofocar su rebelión. En su penúltima carta, fechada en Pamplona el 17 de junio de 1706 y dirigida al ministro Grimaldi, refiere que “una indisposición me embaraza en éste Palacio [...]” (Archivo Histórico Nacional, Estado, 286). Durante un tiempo, retomaron los avisos a la Corte el pagador real José de Soraburu o el castellano y gobernador de Pamplona, marqués de Góngora. El 24 de junio, aparentemente recuperado, el marqués anunció a Grimaldi la llegada a la plaza del duque de Noailles, hecho que se había producido cuatro días antes. Poco después debió de sufrir una aguda recaída porque, desde entonces, fue la Diputación de Navarra la que asumió la correspondencia con la Corte. El de 3 julio, dicho órgano colegiado daba cuenta de la muerte del virrey.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, secc. Estado, Correspondencia del virrey marqués de Solera con la Corte, años 1703-1706, legs. 286, 297, 310 y 315; secc. Nobleza, Osuna, Carta de Fr. Miguel Álvarez de Toledo al Duque de Gandia, en la que elogia la conducta del Marqués de Solera, Madrid, 6 de julio de 1702, leg. 206 n.º 24; Archivo General Militar (Segovia), secc. primera, Exps. de generales, jefes, oficiales y asimilados (Solera, marqués de la), Merced al Marqués de Solera del empleo de Virrey y Capitán general del Reyno de Navarra, Barcelona, 19 de noviembre de 1701.
D. V. de Vidania, Memorial de la Casa de Benavides, Napoli, Domingo Antonio Parrino y Miguel Luis Mucio, 1696, págs. 484-485; A. de Ubilla y Medina, Sucession de el Rey D. Phelipe V nuestro señor en la corona de España; diario de sus viajes desde Versailles a Madrid; el que executo para su felix casamiento; jornada a Napoles, a Milan y a sus exercitos; sucessos de la campaña y su buelta a Madrid, Madrid, Juan García Infanzón, 1704; J. de Rojas y Contreras, marqués de Alventós, Historia del Colegio Viejo de San Bartolomé, Mayor de la célebre Universidad de Salamanca, vol. III, Madrid, Andrés Ortega, 1766-1770, pág. 19; J. A. Álvarez y Baena, Hijos de Madrid, ilustres en santidad, dignidades, armas, ciencias y artes, vol. III, Madrid, Benito Cano, 1789, pág. 424; F. J. Sánchez Martín, “Juramentos de la dinastía borbónica ante las Cortes de Navarra”, en Eusko Ikaskuntza, Cuadernos de Derecho, 6 (1989), págs. 397-402; A. M. Carabias Torres, “Catálogo de colegiales del Colegio de San Bartolomé (siglo xvii)”, en Studia Historica. Historia Moderna, vol. VIII (1990), págs. 183-265.
Juan Luis Sánchez Martín
