Blasco López, Eulogio. Cáceres, 9.VI.1890 – 28.I.1960. Escultor, pintor, repujador.
Polifacético artista cacereño, educado desde los seis años en el Colegio Nacional de Sordomudos de Madrid, donde manifiesta ya su vocación artística. Estudia en la Escuela de Artes y Oficios y en la Escuela de San Fernando, donde en los cursos 1908-1909 y 1909-1910 obtiene importantes premios. Instalado en Madrid, actúa como copista del Prado, frecuenta el Círculo de Bellas Artes y asiste a las tertulias de artistas sordomudos, trabando una especial amistad con los hermanos Zubiaurre. Tras un año en Barcelona perfeccionando su formación como repujador y un viaje a Portugal en 1920, trabaja como grabador en la Casa de la Moneda, hasta que en 1924 regresa a Cáceres. De esta primera etapa cabe destacar su participación en el Primer Salón de Otoño (dieciséis obras), su individual de 1920 en el Salón Arte Moderno de Madrid, con una gran aceptación crítica, y la celebrada en el Círculo de Bellas Artes en 1924.
Los buenos resultados de sus exposiciones extremeñas en 1927 y sus contactos en la Exposición Internacional de Artistas Silenciosos (1928) y la Exposición Ibero-Americana de Sevilla (1929) posibilitan un prolongado viaje en 1930 por diversas ciudades europeas —Génova, Trieste, Florencia, Venecia, Zagreb, Roma y Niza—, rico en conocimientos y experiencias. A su regreso trabaja unos años en las industrias y comercio Inglada de Barcelona, en labores de metalistería y vidrio.
En 1935 se establece definitivamente en Cáceres, donde la demanda del público le va a orientar hacia trabajos de carácter semiartesanal. Su proyección nacional se resiente a partir de esas fechas, y se aísla un tanto en su peculiar estudio, abigarrado de objetos, recuerdos y obras artísticas, pero no abandona tampoco facetas más creativas y continúa exponiendo con asiduidad; aún hay que consignar galardones importantes en el Concurso Nacional de Artes Decorativas (1935) y el Concurso Nacional de Grabado (1940). Primordial fue su labor docente desde 1940 y hasta sus últimos años en la Escuela de Artes y Oficios y de Maestría Industrial, como profesor de modelado, ejerciendo su magisterio sobre diversos artistas, entre los que destaca Juan José Narbón.
Como pintor, Blasco atraviesa una primera fase simbolista, muy personal, en paralelo a sus dibujos y relieves, donde algunas de sus obras se evocan como fantasías; también cultivó las vistas urbanas, e incluso el cartel, pero su faceta más conocida es la pintura costumbrista, con muchachas cacereñas de atuendo típico en su entorno habitual, valioso testimonio de una época, aunque técnicamente acusan cierto planismo y una sencilla composición. Es más valiente y suelto en sus dibujos, y destaca en las labores de grabado y repujado en relieve sobre plancha metálica y cuero, una parcela peculiar y muy extensa en su producción, en la que alterna alegorías a veces enigmáticas con elementos más decorativos. En la escultura Blasco desarrolla su lenguaje más personal en el primer cuarto de siglo; reitera claves simbolistas y trascendentes, con figuras reflexivas, a veces melancólicas, y elementos singulares como los gigantescos toros; medallas, retratos y tipos regionales, con alguna incursión en el género religioso, completan su producción.
Obras de ~: Escultura: Autorretrato, c. 1914-1915; El alma de la música, c. 1913-1914; Exvoto, 1914; Alegoría de la pintura, c. 1914-1920; La muerte del vencedor, c. 1914-1920; Pasión del arte, 1920; Fantasía, c. 1915-1925; A la fiesta, 1928.
Pintura: Fantasía musical, 1927; Mujeres cosiendo, 1928.
Bibl.: S. Lago, “Tres escultores jóvenes”, en La Esfera (Madrid), 84 (7 de agosto de 1915); J. Francés, “El repujador Eulogio Blasco”, en El año artístico 1924, Madrid, Mundo Latino, 1925, pág. 432; T. Martín Gil, “Notas de arte extremeño.
Eulogio Blasco”, en Hurdes (1926), págs. 176-178; T. Martín Gil, “Artistas de Extremadura. Eulogio Blasco”, en El Monasterio de Guadalupe, octubre de 1926, págs. 311- 314; V. Vara, “Artistas de Extremadura. Eulogio Blasco, el artista mudo primer artífice de la escultura realista”, en La Libertad, febrero de 1929; M. E. Criado Romero, “Eulogio Blasco, El Mudo, gran repujador, pintor y escultor extremeño”, en La Unión Ilustrada (1931); V. Gutiérrez Macías, “Eulogio Blasco”, en Alcántara, XV, n.º 133 (1960), págs. 53- 56; A. Rubio Rojas, “Eulogio Blasco, pintor de Cáceres”, en VV. AA., Actas del V Congreso de Estudios Extremeños, vol. IV, Badajoz, Institución Cultural Pedro de Valencia, 1976, págs. 83-125; F. García Morales, “Mi amistad con Eulogio Blasco, El Mudo”, en Galería Voz de Extremadura (GVE), 1 (mayo de 1979); F. García Morales, “Eulogio Blasco, El Mudo, un polifacético de las artes plásticas”, y A. Rubio Rojas, “Eulogio Blasco, El Mudo”, en GVE, 2 (diciembre de 1979); J. Regidor y D. González, “Hace 20 años que El Mudo dejó de hablar”, en Hoy, febrero de 1980; J. J. Narbón Terrón y F. Pedraja Muñoz, Costumbristas Extremeños, catálogo de exposición, Cáceres, Diputación Provincial, 1983; M. M. Lozano Bartolozzi et al., Plástica extremeña, Badajoz, Caja de Badajoz, 1990, págs. 252-253; M. Bazán de Huerta, “Blasco López, Eulogio”, en F. J. Mayans Joffre (dir.), Gran Enciclopedia Extremeña, vol. II, Mérida, Ediciones Extremeñas, 1990, págs. 146-147; M. Bazán de Huerta, Eulogio Blasco. Cáceres, 1890-1960, Cáceres, Institución Cultural El Brocense, 1991.
Moisés Bazán de Huerta