Ayuda

Leonardo Rucabado Gómez

Biografía

Rucabado Gómez, Leonardo. Castro Urdiales (Cantabria), 25.II.1875 – 11.XI.1918. Arquitecto regionalista.

Se tituló como arquitecto en Barcelona, en 1900, donde asimiló las ideas de, entre otros, su maestro reconocido, Lluis Domenech i Montaner, quien, a través de su texto En busca de una arquitectura nacional (1878), ejerció una permanente fascinación sobre el pensamiento y práctica profesional posterior de Rucabado.

También obtuvo el título de ingeniero industrial (1905). A partir de 1911 fue profesor de la Escuela de Ingenieros Industriales de Bilbao.

Al terminar sus estudios de Arquitectura, gracias a la recomendación de su profesor Antonio Rovira i Rabassa, entró en contacto con el prestigioso arquitecto bilbaíno Severino Achúcarro, junto al que permaneció hasta la muerte de este último en 1906. La ciudad de Bilbao gozaba entonces de una importante actividad constructora, y la arquitectura de Achúcarro, la del joven Rucabado, se adaptaba bien al gusto dominante, un academicismo ecléctico de amplio espectro, dentro del cual, dados los vínculos comerciales de Bilbao con Inglaterra, se preferían las formas que denotaban el gusto por lo pintoresco, por la interpretación moderna del gótico. Esto era evidente sobre todo en los programas de las casas familiares, el más frecuentado por Rucabado a lo largo de toda su actividad profesional.

Posteriormente se referirá a esta mezcolanza de estilos históricos foráneos como “turbulenta corriente” en la que se vio envuelto en sus años juveniles.

La segunda y más importante fase de su obra se sitúa entre los años 1911 y 1918, año este último en que murió en plena etapa de creación artística, en defensa de lo que, desde comienzos de la década, había definido como nuevo estilo “regional montañés” en la arquitectura.

En la primera de las fechas, 1911, realizó su primera casa regionalista montañesa, para Manuel Díez Somonte, Villa Olivete, en Castro Urdiales. Es un punto de partida que quedará refrendado con su triunfo en el Salón de Arquitectura, celebrado en Madrid en 1911, convocado por la Sociedad Española de Amigos del Arte. En él fueron premiados sus trabajos de “Arquitectura Montañesa”, en cuya orientación artística venía trabajando en los últimos años. Destacaba en especial su Proyecto de Palacio para un Noble en la Montaña, con el que quería significar el estilo que, a su juicio, hubiera debido elegirse como el adecuado para el Palacio de la Magdalena (1908), la residencia real veraniega en Santander. La alternativa de Rucabado consistía en haber utilizado el lenguaje arquitectónico tradicional montañés, en contra de la propuesta de un palacio “a la inglesa”, que fue el realizado por los jóvenes arquitectos cántabros J. González Riancho y G. Bringas Vega.

El perfil de Leonardo Rucabado como arquitecto regionalista fue afianzándose conjugando el quehacer profesional, la tarea divulgadora y los reconocimientos públicos a su propuesta. En 1915, en colaboración con el arquitecto sevillano Aníbal Álvarez, presentó en el VI Congreso Nacional de Arquitectos, celebrado en San Sebastián, la ponencia “Orientaciones para el resurgimiento de una arquitectura nacional”, auténtico manifiesto de los defensores de la vía arquitectónica regionalista, muy discutida por los partidarios del estilo modernista. Dos años más tarde, en 1917, obtuvo la Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes, celebrada en Madrid, con sus trabajos presentados bajo el epígrafe “Intento de instauración de un estilo arquitectónico español con características de tradición regional de la provincia de Santander”. A todos los efectos, los proyectos premiados resumen lo mejor de su hacer arquitectónico regionalista: La Casuca (1915) y El Solaruco (1916), dos viviendas familiares en Santander, así como la Biblioteca y Museos Municipales de Santander (1917). Este último proyecto, junto con el de la casa de pisos en la plaza de Canalejas, n.º 3, de Madrid (1916), son sus dos últimas tentativas por trascender de lo regional a lo nacional tradicionalista en la arquitectura española del momento.

La fortuna del regionalismo arquitectónico, tras la desaparición de Rucabado, fue la historia de un declive, en parte debido a que ambos habían formado una potente imagen de identificación. Además, como señaló el crítico Torres Balbás a propósito de la casa de la plaza Canalejas de Madrid, no quedó resuelta nunca del todo, ni tampoco lo lograron sus seguidores —aglutinados en la llamada “escuela regionalista montañesa”—, la cuestión de cómo se podía adaptar el lenguaje historicista regional a las imperiosas necesidades de la arquitectura moderna.

 

Obras de ~: Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, Indauchu (Vizcaya), 1907; Casa para el Sr. Colina, Castro Urdiales (Cantabria), 1907; Casa para D.ª Nicolasa Martínez de las Rivas, Bilbao, 1908; Casa para D. Lucas Urquijo, Santurce (Vizcaya), 1908; vivienda familiar para D. Tomás Allende, Indauchu (Vizcaya), 1908 y 1910; Casa de viviendas en la Plaza Elíptica, Bilbao, 1909; Casa para D. Manuel Díez Somonte, “Villa Olivete”, Castro Urdiales (Cantabria), 1910; Proyecto de Palacio para un Noble en la Montaña, 1911; Casa para D. Manuel Morales, Noja (Cantabria), 1913; Casa para los Sres. del Sel, llamada “Sotileza”, Castro Urdiales (Cantabria), 1913; Hostería del Laurel, Bilbao, 1914; Ampliación y reforma de la casa de D.ª Obdulia Bonifaz, viuda de Alba, Noja (Cantabria), 1914; Casa para D. Luis Allende, Bilbao, 1914; Casa para D. José Argumosa, Torrelavega (Cantabria), 1915; Casa para D. Víctor Díez, “La Casuca”, Santander, 1915; Casa para D.ª Socorro Vidal, viuda de Rétola, “El Solaruco”, Santander, 1916; Casa de viviendas para D. Tomás Allende, “Credit Lyonnais”, Plaza de Canalejas, Madrid, 1916; Biblioteca y Museo Municipal, Santander, 1917; Asilo e Iglesia, Los Corrales de Buelna (Cantabria), 1917.

 

Bibl.: N. Basurto Ferro, “El arquitecto Leonardo Rucabado, 1875-1918”, en Homenaje a Leonardo Rucabado, Bilbao, Banco de Bilbao, 1982; R. Rodriguez Llera, Arquitectura regionalista y de lo pintoresco en Santander 1900-1950, Santander, Ediciones de Librería Estudio, 1988.

 

Ramón Rodríguez Llera