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Fernando de Ceballos y Mier

Biografía

Ceballos y Mier, Fernando de. Espera (Cádiz), 9.IX.1732 − Santiponce (Sevilla), 1.III.1802. Jerónimo (OSH), teólogo, apologista, jurista, prior.

Fueron sus padres Manuel González de Ceballos, natural de Alseza (Burgos), e Ignacia Pérez de Mier, del mismo Espeja, de humilde condición pero honrados y virtuosos. Fue el penúltimo de once hermanos, y el mismo día que nació fue bautizado en la parroquia de Santa María de Gracia. Inició sus estudios en su pueblo y, conociendo su buena disposición para las letras, lo enviaron a Sevilla, al cuidado de su hermano mayor, beneficiado de la parroquia de Santa Ana, de Triana, para que cursara en el Colegio de Santo Tomás.

En estos años fue curado milagrosamente de un grave accidente que lo puso a las puertas de la muerte.

Continuó sus estudios de Artes y Teología además de Derecho Canónico y Civil, de tal forma que, a los veintidós años (1754), era doctor en Teología, Jurisprudencia y Cánones. Inclinado al estado eclesiástico, con unas capellanías que le dio el cardenal Solís, se ordenó de menores. Quedando vacante la plaza de magistral de la metropolitana y primada Iglesia de Sevilla se presentó a concurso en 1755 y, a pesar de haber merecido los aplausos del cabildo, conociendo que la prebenda estaba ya concedida antes del certamen y desengañado de estos manejos, en cuanto salió de la oposición se dirigió al monasterio jerónimo de San Isidoro del Campo (Santiponce, Sevilla) para solicitar el ingreso. Fue recibido el 27 de marzo de 1758. Al poco tiempo (1759) lo enviaron al colegio de Nuestra Señora de Guadalupe que dicha Orden tenía en Salamanca, pero, viendo sus superiores que no necesitaba de nuevos cursos y lecciones, quedó allí de maestro sin necesidad de oposiciones.

Volvió a su monasterio y fue continuo el afán con que se dio al estudio y a la frecuente meditación; eran innumerables las consultas de todo género que contestaba, y diaria la correspondencia que mantenía con quienes solicitaban su dictamen en materias arduas o le pedían su consejo en casos difíciles. Contra la norma ordinaria de la Orden Jerónima, a los diez años de hábito lo eligieron prior (1768-1771).

En este trienio, y en otro para el que fue elegido algunos años después (1789-1792), hizo grandes obras en el monasterio, que —según escribe un testigo ocular— “si no las viéramos no las creeríamos”. Sus deseos y realizaciones en lo espiritual y temporal fueron siempre grandes, como lo demostró en estos años de priorato, así como en el del Colegio de San Jerónimo Jesús, de Ávila (1771-1774), y como visitador general de Castilla (1792), de tal modo que mereció de su Orden las exenciones y los honores de los ex generales.

Tuvo siempre fama de austero y riguroso en mantener la observancia.

Fue además infatigable debelador de la doctrina católica, mereciendo ya en su tiempo el nombre de “martillo de los impíos”. Al decir de Menéndez y Pelayo, “su vida fue una continua y laboriosa [...] contra el enciclopedismo en todas sus fases, bajo todas sus máscaras, así en sus principios como en sus más remotas derivaciones y consecuencias sociales, que él vio con claridad semiprofética, y denunció con generoso brío, sin que le arredrasen prohibiciones y censuras laicas, ni destierros y atropellos cesaristas”. Lafarga le considera “el más distinguido de los apologistas españoles”.

Bien lo demostró en sus numerosos escritos, cuyos originales manuscritos en su mayor parte se conservan actualmente en la biblioteca del monasterio de Santa María del Parral (Segovia). En vida del padre Ceballos sólo se publicó La falsa filosofía, crimen de Estado, y esto a pesar de las grandes dificultades que encontró, pues se levantó contra él una gran borrasca promovida por Voltaire y los filósofos de su escuela, que instigaban a los ministros de la Corte para que lo impidieran. Todo esto le produjo grandes amarguras y sinsabores, que afectaron notablemente a su salud.

Leer, escribir y orar fue el continuo empleo de su vida. Se le oía decir con frecuencia: “Dios ante todo: después de Dios, mis libros”. Enterrado en su monasterio, fue trasladado el 6 de noviembre de 1863 a la capilla de la Universidad de Sevilla.

 

Obras de ~: Pureza de la Concepción espiritual de España y exaltación de la Inmaculada Concepción de María Señora nuestra. Dos reflexiones que acerca del especial patronato declarado a esta Nación [...] en el devotissimo Mysterio de la Concepción en gracia de Nuestra Señora [...], Sevilla, Gerónymo de Castilla, 1762; Desagravios de las sagradas Imágenes de Jesu-Christo Crucificado. Sermón predicado [...] a la muy Venerable, y Real Esclavitud del Santíssimo Crucifixo de las Injurias [...] en la Iglesia de San Millán de Madrid [...], Sevilla, Imprenta Mayor de la Ciudad, 1770; La Falsa Filosofía, o el ateísmo, deísmo, materialismo y demás nuevas sectas convencidas de crimen de Estado contra los soberanos y sus regalías [...]. Se combaten sus máximas sediciosas y subversivas de toda sociedad y aún de la humanidad, Madrid, 1774-1775, 6 ts. (Lisboa, 1800-1881, 7 ts.); Discurso apologético por la devoción del Corazón de Jesús, Lisboa, 1800; Observaciones sobre la Reformación eclesiástica de Europa, Madrid, Viuda de Barco, 1812 (La Coruña, 1812; Sevilla, D. A. Izquierdo, 1858); Juicio final de Voltaire, con su historia civil y literaria y el resultado de su filosofía [...], Sevilla, 1856; La Sidonia Bética o Disertaciones acerca del Sitio de la colonia Asido [...], Sevilla, La Andalucía, 1864; Insania o las demencias de los filósofos, confundidas por la sabiduría de la Cruz, Madrid, Antonio Pérez Dubrull, 1878; La Itálica, Sevilla, Sociedad de Bibliófilos Andaluces, Imprenta de José M.ª Ariza, 1886 (ed. facs., [Córdoba], Almuzara, 2005).

 

Fuentes y bibl .: Libro de capellanías, anniversarios, memorias y hermandades de este Monasterio de San Isidro del Campo, 1751, fols. 210r.-214r. (ms. en el monasterio de Yuste).

F. de Ceballos, Insania o las demencias de los filósofos, confundidas por la sabiduría de la Cruz, Madrid, Antonio Pérez Dubrul, 1878, págs. 9-46; M. Menéndez y Pelayo, Historia de los Heterodoxos españoles, vol. VI, Madrid, Librería General de Victoriano Suárez, 1930, págs. 366 y 373-387; Historia de las ideas estéticas en España, vol. III, Madrid, Librería y Casa Editorial Hernando, 1940, págs. 133-134; F. Avellá Chafer, “Fray Fernando de Ceballos y la reforma eclesiástica”, en Studia Hieronymiana, vol. I, Madrid, 1973, págs. 739-764; F. Lafarga Maduell, Voltaire en España. Difusión y traducción de sus obras hasta 1835, Barcelona, Universidad, 1975; F. Avellá Chafer, “El P. Ceballos y su censura de l’Ane 2440”, en Archivo Hispalense, 61 (1978), págs. 51-75; L. Sánchez Agesta, El pensamiento político del Despotismo Ilustrado, Sevilla, Secretariado de Publicaciones de la Universidad, 1979, págs. 262- 265; J. Herrero, Los orígenes del pensamiento reaccionario español, Madrid, Alianza, 1988.

 

Ignacio de Madrid, OSH

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