Ossera y Estella, José Miguel de. Zaragoza, ú. t. s. xvii – ?, s. xviii. Médico.
En el año 1672 fue Ossera el protagonista del grave enfrentamiento habido entre el Colegio de Médicos y Cirujanos de Zaragoza y la Universidad: varios miembros del colegio, que habían sido convocados como examinadores en su graduación, no se presentaron, desobedeciendo las órdenes del rector, por lo que fueron apresados. Entre ellos estaba Matías de Llera que había aceptado previamente ser su padrino.
Sobre las causas de dicho enfrentamiento diversos autores han afirmado que el bachiller Ossera no poseía los dos años de práctica que el Colegio de Médicos exigía para obtener los grados de licenciado y doctor, pero, consultados los Libros de Gestis de la universidad, parece que el problema era otro, puesto que el colegio nunca afirmó que esa práctica no se hubiera realizado.
En el Archivo de la Corona de Aragón existe un registro del año 1666 en que la Reina gobernadora pedía informes sobre el memorial que Ossera presentó mostrando los obstáculos que el Colegio de Médicos y Cirujanos de Zaragoza le ponían para no admitirle al examen de ingreso, aduciendo que era francés, cuando él ya había demostrado que no lo era. Es posible que el verdadero motivo del conflicto pudiera ser este último, ya que el colegio zaragozano por esos años era remiso a permitir que los médicos de origen extranjero pudieran ejercer su profesión en la ciudad. En 1670 se había producido ya un problema semejante en el caso del licenciado José Antonio Bolea, médico residente en Zaragoza y natural de Leciñena, como evidencia el expediente abierto a instancias de este último para solicitar que su supuesto origen francés no le impidiese entrar a formar parte del colegio.
Sea como fuere, lo cierto es que Ossera, apoyado por la universidad y por el gobierno de la ciudad, pudo graduarse de licenciado y doctor, aunque el pleito entre la universidad y el colegio se prolongó hasta 1684. En dicho año se firmó una nueva concordia entre ambas instituciones que, de una parte, reconocía el protagonismo de los examinadores del colegio en la aprobación de la práctica de la medicina y, de otra, acordaba que el lugar de este examen fuera el claustro de la universidad.
Ossera siguió relacionado con Zaragoza al menos hasta 1676, pues en ese año, a instancia suya y de su mujer, se hizo un proceso de inventario contra bienes en poder del médico José Cerezo, domiciliado en la parroquia de San Felipe; llama la atención que litigara precisamente contra Cerezo que había sido uno de los pocos examinadores que acudieron a su graduación. Por los años 1685 y 1686 consta como limosnero de la Catedral de Tarazona, de cuya ciudad quizá era natural.
La carrera profesional de Ossera fue brillante, en 1686 ya era médico de cámara del Rey y pasó a Nueva España con el séquito de Melchor Portocarrero Laso de la Vega, virrey de México, conde de Monclava. En 1690, ya era protomédico general del Perú y de la Armada del Mar del Sur y ese mismo año escribió Al físico cristiano, dedicado al rey Carlos II, con la finalidad de ilustrar al médico joven en las obligaciones que contrae por su profesión con el enfermo, la ciencia y sus compañeros, animándole a vencer las penalidades que el ejercicio de la medicina lleva consigo.
Obras de ~: Al físico cristiano: parte primera, libro de la entrada a su noble ejercicio, Lima, por Luís de Lyra, 1690.
Bibl.: A. Chinchilla, Anales históricos de la Medicina en general, vol. III, Valencia, Imprenta de D. Mateu Cervera, 1846, pág. 8; A. Hernández Morejón, Historia Bibliográfica de la Medicina Española, vol. VI, Madrid, Viuda de Jordán e hijos, 1850, pág. 178; M. Jiménez Catalán, Memorias para la historia de la Universidad Literaria de Zaragoza, Zaragoza, Tipografía La Académica, 1926, págs. 449-450; A. Fernández Doctor, Documentos para la historia de las profesiones sanitarias: El Colegio de Médicos y cirujanos de Zaragoza (siglo xv-xviii), Zaragoza, Colegio Oficial de Médicos, 1996, págs. 135-136.
Asunción Fernández Doctor