Fernández de Valdenebro, Nuño. Castilla, s. xiii – ?, 1302 ant. Noble y ricohombre castellano.
Hijo de Fernando Álvarez de Lara, señor de Valdenebro, y de Teresa Rodríguez de Villalobos. Este nieto del conde Álvaro Núñez de Lara I inició su vida pública después de fallecer su padre, del que apenas han quedado noticias. Del mismo modo, no se sabe su fecha exacta de nacimiento, aunque las primeras referencias que de él se tienen corresponden al repartimiento de Jerez de 1268, probablemente por ser ya mayor de edad y por corresponderle las atenciones que se le hubieran dispensado a su difunto progenitor.
En cualquier caso, recibió en donadío una alquería en el término de Alcalá de los Gazules, a la que otorgó el nombre de su señorío familiar: Valdenebro.
No perduró mucho en sus manos, pues se sabe que el noble se la devolvió a Alfonso X para incrementar la dotación de la nueva Orden Militar de Santa María de España. Sin embargo, no fue ésta su acción más destacada. Se sabe que acompañó a su tío Rodrigo Álvarez de Alcalá y a su pariente, Nuño González de Lara I, durante la rebelión nobiliaria de 1272-1273, tomando parte activa en las negociaciones de Almagro.
Estos contactos familiares posibilitaron su matrimonio con Inés Íñiguez de Mendoza, hija de otro de los nobles conjurados, y su colaboración con Nuño González explica que éste le nombrara su merino en Castilla la Vieja, según consta por un documento de 1275.
Ésta fue la única disensión con el Monarca, pues, pacificados los nobles, volvió a la obediencia regia.
En premio a su fidelidad y, acaso, considerando su experiencia, recibió de Alfonso X la merindad mayor de Castilla (1276), la condición de vasallo regio y la ricahombría. Sin embargo, no está clara su inicial actitud en los duros momentos de la guerra civil contra el futuro Sancho IV. No se decidió abiertamente por Alfonso hasta 1283, cuando solicitó al infante que le permitiera marchar a Portugal y, desde allí, acudir a la Corte alfonsí. Así lo hizo, a tiempo para incorporarse a las tropas que marcharon contra Mérida, ciudad que se había sumado a la rebelión. A su lado se halló también Juan Fernández, hijo del deán de Santiago y yerno suyo, pues había desposado con Juana Núñez de Valdenebro, heredera del señorío familiar.
Sancho IV, al acceder al trono, demostró su comprensión hacia aquellos nobles que se habían mantenido fieles a su padre, acogiéndolos en su Corte. Valdenebro falleció antes de 1302, y fue sepultado en el monasterio sevillano de San Pablo, pero su hija Juana logró de Fernando IV la autorización para trasladar el cadáver a la villa de Valdenebro.
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Antonio Sánchez de Mora