Esteve Subirana, Antoni. Manresa (Barcelona), 1902 – Barcelona, 1979. Farmacéutico, empresario y académico.
Farmacéutico por vocación y por tradición, el doctor Antoni Esteve Subirana fundó en 1929 los laboratorios farmacéuticos que llevan su nombre. El grupo Esteve es actualmente una multinacional familiar que ocupa el segundo puesto entre los laboratorios de capital español. Esteve Subirana concluyó brillantemente los estudios de Farmacia en la Universitat de Barcelona en 1924. La muerte prematura de su padre le obligó a ponerse al frente de la farmacia que su familia había regentado en Manresa desde 1787.
Muy interesado por los últimos avances de la industria farmacéutica europea, entonces representados por la síntesis química, el joven Esteve montó un pequeño laboratorio contiguo a la farmacia. En 1929 logró obtener la vitamina D por irradiación. Su comercialización le animó a proseguir su investigación en el campo de los antisifilíticos y a fundar la razón social Laboratorios del doctor Esteve, S.A. Pero la guerra española, que Esteve pasó al frente de la empresa, primero, y en Francia después, interrumpió su actividad. Hasta 1944, año en que los Laboratorios del doctor Esteve, S.A, trasladados a Barcelona, sintetizan y comercializan la primera sulfamida, el Leucotiazol. A pesar del ambiente cerrado y hostil de la larga posguerra española, el doctor Esteve logró mantener una importante red de contactos internacionales, tanto en el ámbito científico como en el industrial. En 1948, por ejemplo, el doctor Alexander Fleming, visitó al farmacéutico catalán. Un año más tarde, el doctor Esteve organizó y presidió, en la ciudad condal, el Congreso Internacional de Química Industrial. Y, ya en los años cincuenta, Esteve se asocia con la firma belga Janssen con el fin de obtener varias licencias de fabricación y facilitar su salida al mercado europeo. Para entonces, la investigación de Esteve había logrado resultados importantes en el área de los homeostáticos, hecho que permitirá a la compañía exportar el Antihemorrágico 101. Durante los últimos veinticinco años de su vida, el doctor Esteve, cuyo estado de salud era delicado, contó con el apoyo de su hijo Josep Esteve Soler (1930), farmacéutico como él y principal artífice de la expansión e internacionalización del grupo Esteve. A la empresa familiar se incorporarían también Montserrat (1943) y Joan (1944) Esteve Soler. Esteve transmitió a sus hijos la vocación científica y empresarial, una concepción simbiótica de la familia y la empresa y una visión del mundo que resume el lema “Dios, familia y Cataluña”. Esteve publicó a lo largo de su vida numerosos trabajos científicos. Estuvo vinculado a varias instituciones académicas del ámbito de la salud y presidió el Institut d’Estudis Catalans y la Reial Acadèmia de Farmàcia de Catalunya. Cuando murió, en 1979, los laboratorios se habían transformado en un grupo industrial verticalmente integrado, habían logrado comercializar el primer principio activo propio, el dobesilato cálcico, y eran líderes en el mercado farmacéutico español. Desde entonces, Esteve ha experimentado uno de los procesos de globalización más notables de las empresas familiares españolas. Para ello ha establecido varias alianzas estratégicas con socios internacionales, americanos sobre todo, y ha creado una red comercial e industrial que incluye plantas en Europa, México y China. En 2005 se ha consumado la segunda transición generacional, que ha llevado a dos nietos del doctor Esteve, Antoni (1958) y Albert (1959), a asumir las funciones ejecutivas del grupo. La Fundación del doctor Esteve se creó en el marco de la celebración del centenario de su nacimiento en 2003.
Bibl.: F. Paredes Salido, “Antonio Esteve Subirana. Laboratorios Esteve: un proyecto de futuro”, s. f., en www.esteve.org; S. Churruca, Entrevista, 19.XII.2000, en www.diariomedico.com/foros/191200.html; Centenario AES 11.II.2003, en www.diariomedico.com/edicion/noticia/0,2458,237041,00.html; J. Esteve, “La investigación como vector competitivo de la industria farmacéutica nacional”, 2005, en www.diariomedico.com.
Nuria Puig Raposo
