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Mariano Nicasio Rodríguez de Ledesma

Biografía

Rodríguez de Ledesma, Mariano Nicasio. Zaragoza, 14.XII.1779 – Madrid, 28.III.1847. Compositor, cantante y director.

A la edad de cuatro años ingresó en la Escuela Pía de Zaragoza y en 1787 formó parte del Colegio de infantes de la iglesia de la Seo, donde se inició en materias como Música, Latín, Moral, Matemáticas y Filosofía.

Durante ocho años fue infantillo de coro, granjeándose el aprecio del maestro de la Seo, Francisco Javier García Fajer, quien, ante la vacante producida en la plaza de contralto, propuso a Rodríguez de Ledesma, “pues en el día tiene famosa voz de tiple y se le bajará regularmente a la de contralto, que es del todo diestro y serviría para tañer el órgano, violón, contrabajo, y que no está en edad de continuar infante”. Sus profesores de Música fueron García Fajer y José Gil Palomar, maestro del Pilar.

Aunque obtuvo la plaza de maestro en Daroca (Zaragoza) en 1793, no la ocupó pues su intención era continuar sus estudios musicales. Por igual causa desestimó asimismo los magisterios de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), Borja (Zaragoza) y Santander en 1795.

A los diecisiete años consiguió la plaza de racionero de la Catedral de Zaragoza y a los dieciocho ganó por oposición el magisterio de capilla y la organistía de Vinaroz (Valencia), donde permaneció durante tres años.

En 1804 viajó a Sevilla con el fin de convertirse en tenor, maestro compositor y director de la compañía de ópera española. Al año siguiente se trasladó a Madrid, debutando el 26 de abril como primer tenor en el Teatro de la Cruz con una tonadilla de Blas de Laserna, compositor-director de dicho teatro, y al que sustituyó posteriormente como director. Por otra parte, asistió a clases de Anatomía en la Facultad de Medicina debido a su interés en la fisiología de la voz, y al poco tiempo fue nombrado (13 de septiembre de 1806) tenor supernumerario de la Real Capilla de Madrid.

En su libro El maestro Rodríguez de Ledesma y sus Lamentaciones de Semana Santa, Rafel Mitjana afirmó que entre 1805 y 1806 dirigió la que al parecer fue la primera interpretación del Réquiem de Mozart en España. Con motivo de la invasión francesa, en diciembre de 1808, Ledesma se destacó en la defensa de Madrid luchando como ayudante de campo bajo las órdenes del teniente general vizconde de Gant, confiscándole sus bienes el gobierno de José I “por haberse batido sin ser su carrera la de militar”, según lo expresaba la gaceta de dicho gobierno. Posteriormente residió en Cádiz, donde conoció al poeta Francisco de Laiglesia y Darrac, cuyos textos sirvieron de base para componer varias de sus canciones. Allí compuso dos himnos patrióticos, de los que sólo se ha conservado el texto: en 1810 El día de la nación española o El dos de mayo, con texto de Laiglesia y Darrac y en 1812 En tan infausto día, con texto de Juan Nicasio Gallego.

Posteriormente viajó a Londres, donde, en opinión de Tomás Garrido, especialista e intérprete de la obra del compositor aragonés, “alcanzó gran notoriedad como músico y maestro de canto; en ese año de 1813 fue designado por el príncipe de Gales (el futuro Jorge IV) maestro de perfección en el canto de la princesa Carlota, que estuvo dos años recluida en el castillo de Windsor por negarse a contraer un matrimonio de conveniencia. También a partir de ese año Rodríguez de Ledesma participó activamente en los conciertos de la Philarmonic Society; sin embargo, en contra de lo que se ha creído, no formó parte de dicha sociedad ni como fundador ni como miembro asociado [...] como se ve por el repertorio interpretado, estuvo desde el principio de su carrera en contacto con la mejor música europea del momento, lo que se reflejaría en la calidad de sus composiciones”. Durante su estancia londinense, publicó varias canciones en castellano y arietas en italiano. El prestigio musical de Ledesma se acrecentó durante aquellos años, como lo demuestra nuevamente la publicación en Leipzig y Berlín de Seis canciones españolas, con acompañamiento de pianoforte o harpa, dedicadas a las damas españolas amantes de la música, con su correspondiente traducción alemana como Sechs Spanische Lieder; además, la editorial Breitkopf und Härtel publicó entre l814 y 1816 varias obras instrumentales: VI Walses para piano así como Bolero favori du divertissement Espagnol: Le Troubadour; Zapateado, danse espagnole y Divertissement martial livre 1 y 2, para flauta y piano. En Londres publicó asimismo en la editorial Monzani & Hill Divertissement martial livre 1 y varias canciones en italiano.

Cuando Fernando VII reasumió el trono, declaró en 1815 vacante la plaza de tenor que poseía Rodríguez de Ledesma “por no dar señales de vida”. Sin embargo, Ledesma regresó a Madrid en noviembre de aquel año y reclamó en dos ocasiones su plaza de la Real Capilla, negándole su petición con la excusa de que dicha plaza estaba ya cubierta; a cambio, se le nombró “profesor de música de su Real Cámara en clase de voz” con 12.000 reales. Nuevas peticiones en el sentido de ejercer como primer contralto y profesor de música de la reina fueron asimismo desestimadas. En 1817 Rodríguez de Ledesma optó a la plaza maestro supernumerario de la Real Capilla, en competencia con Ducassi, maestro de la Encarnación; en el dictamen se informó que “Ledesma aunque es notoria la habilidad en su profesión, dudan si su composición para el canto eclesiástico (que necesita penetrar el sentido y la expresión de la letra) será conforme a lo que la liturgia exige, y si podrá disonar a los presbíteros cantores el ser regidos en los destinos de sus plazas por un profesor que sirvió algunos años en el teatro”. Aunque Fernando VII no accedió en un primer momento a su solicitud, a los pocos meses fue nombrado maestro supernumerario sin remuneración. El 4 de enero de 1818 obtuvo la plaza de tercer contralto y aquel mismo año el infante don Francisco de Paula le contrató como profesor de canto de su esposa la infanta Luisa Carlota, a quien más tarde dedicó la Colección de quarenta ejercicios o estudios progresivos de vocalización.

En 1819 compuso una de sus obras más emblemáticas, el Oficio y misa de difuntos con motivo de las honras fúnebres de la reina María Isabel de Braganza, segunda esposa de Fernando VII; este hecho luctuoso fue motivo también de la composición de Canción fúnebre a la grata memoria de la reyna doña María Isabel de Braganza con acompañamiento de fortepiano.

En agosto de 1819, a raíz de una indisposición de Carlos Marinelli, solicitó hacerse cargo de las funciones de la Real Cámara: “Ensayar las voces, arreglar las piezas concertantes, y determinar el orden de las obras de música vocal que se ejecutan”, atendiéndose la solicitud “por ser un sujeto de acreditado mérito en su profesión”. Aquel mismo año participó en las celebraciones en honor de las víctimas del 2 de mayo “acompañado por 71 profesores vocales e instrumentales de los mejores que se conocen en esta corte. Se tocará una Misa de réquiem del maestro Ledesma y en los intermedios sinfonías arregladas a las circunstancias”.

En 1821 se interpretaron durante la función religiosa de Reyes sus Responsorios de maitines para 4 voces solistas, coro y orquesta, y fue nombrado por el rey miembro de la Academia Nacional de Ciencias y Bellas Artes. En febrero de 1822 asumió la plaza de tenor “en atención a la falta de voces que hay en esta cuerda, y por ser esta su voz natural”.

En junio de 1822 solicitó permiso de un año para trasladarse a Londres por asuntos propios: “Abandoné en Inglaterra algunos intereses, habiéndolos dejado al cuidado de un comisionado, pero no habiendo correspondido éste a la confianza que en él había depositado, y siendo necesario, para no sufrir una pérdida que sería mucho más sensible en las circunstancias actuales, pasar a Londres con el objeto de hacer el arreglo final de lo que me pertenece”. Transcurrido el año, el compositor no regresó a Madrid, bien porque no había resuelto sus problemas o por temor a la represión desatada por Fernando VII tras el Trienio Liberal; el Monarca dictó en noviembre de 1823 una orden separándolo de sus destinos en Palacio “por adicto al sistema constitucional”. Instalado de nuevo en la capital británica, sobresalió como una de las personalidades más relevantes del exilio liberal español en Inglaterra, acrecentándose su ya sólido prestigio, como lo demuestra su nombramiento en agosto de 1826 como profesor de Canto la Royal Academy of Music.

Según Tomás Garrido “en Londres tuvo oportunidad de conocer la obra de C. M. von Weber y el nuevo movimiento romántico que estaba surgiendo en Europa, que dejó una profunda huella en sus grandes composiciones sinfónico-corales posteriores, donde culminará el estilo emprendido tiempo atrás en esta nueva estética romántica [...] son años estos, también, de numerosos conciertos en beneficio de los exiliados liberales españoles y de la apoteósica presentación en Londres en junio de 1825, antes de su viaje a América, de Manuel García y su hija María Malibrán, amigos del músico aragonés”. Otros músicos españoles, como es el caso de Gomis y de Masarnau, también tuvieron contactos con Rodríguez de Ledesma. La British Library conserva la mayor parte de las obras compiuestas durante este período: arietta, ariette, arietts, canzonetta y notturno, todas en italiano a una y varias voces con acompañamiento de piano.

En una reseña biográfica sobre este compositor publicada en La Gaceta Musical (Madrid, 16-20 de junio de 1856) se dice que “en 1827 hizo un viaje de recreo a Sajonia, estuvo en Dresde, en donde fue invitado y rogado para que admitiese la plaza de maestro compositor, que por fallecimiento dejaba el célebre Weber”, datos que no se han podido comprobar.

En 1829 fue propuesto por Rossini, a la sazón inspector general del Conservatorio de París, para dirigir la clase de Vocalización pero no aceptó la plaza pues disfrutaba de una sólida situación en Londres.

De aquella etapa londinense data la Colección de quarenta ejercicios o estudios progresivos de vocalización con algunas observaciones sobre el canto y la parte orgánica y material de la voz, obra que fue publicada en torno a 1827-1828 en París por Launer, Richaut y Schlesinger en edición bilingüe español-francés y hacia 1831 en Londres por S. Chapell en edición bilingüe inglésfrancés.

En abril de 1830 pretendió presentarse a las oposiciones de maestro de la Real Capilla, pero su solicitud fue rechazada por estar ausente de España. En 1834 participó en una nueva convocatoria a la plaza de maestro de la Real Capilla pero las ganó Francisco Andreví. El 7 de junio de 1834 se dirigió a la Reina regente exponiendo sus méritos y solicitándole que se digne a “reponerle en los destinos que tuvo la honra de desempeñar en la Real Capilla y Cámara” pero su petición no fue atendida.

El 30 de agosto de 1835 compuso otra de sus obras más significativas, la Misa grande en Re menor, para 4 solistas, coro y orquesta, y fue nombrado adicto facultativo del Conservatorio de Música y Declamación de Madrid. Al año siguiente, con motivo del cese de Andreví como maestro de la Real Capilla, Rodríguez de Ledesma fue nombrado el 7 de junio, sin pruebas de oposición y debido a sus méritos, maestro director de música. Durante su magisterio al frente de la Real Capilla, tuvo que hacer frente a los numerosos recortes presupuestarios que la llevaron a una inevitable decadencia; sin embargo, correspondió a la época de mayor esplendor en la actividad creativa de Ledesma, que escribió no sólo música religiosa sino también conciertos y bailes de palacio; en 1837 compuso el Salmo 3° de la Nona para la Ascensión para cinco solistas, dos coros y orquesta, y durante el verano las Lamentaciones de Miércoles y Jueves Santo para cuatro solistas, coro y orquesta. Además desempeñó los cargos de maestro de los infantes e infantas Francisco de Paula y Luisa Carlota, vicepresidente de sección de música del Liceo Artístico y Literario de Madrid, y presidente del Comité Lírico de los Teatros de Madrid junto a Carnicer, Quijano Villalba, Reart, Gallego y Saldoni.

A partir de 1840 se agravaron sus problemas de salud, diagnosticándole el médico “debilidad nerviosa particularmente en el sistema digestivo”. En 1842 dio a conocer el Stabat Mater para 5 voces, coro y orquesta, y completó las Nonas de la Ascensión. Aquel mismo año culminó su ciclo de lamentaciones componiendo las pertenecientes al Viernes Santo, siendo ésta probablemente su última gran obra. En 1846, debido al agravamiento de su salud, fue sustituido en la Real Capilla por Hilarión Eslava, que ya ejercía de maestro supernumerario y en febrero se decretó su jubilación.

Su fallecimiento tuvo lugar el 28 de marzo de 1847.

Por último, y en relación a su obra musical, Tomás Garrido afirma que “Mariano Rodríguez de Ledesma puede ser considerado como el primer músico romántico español, el primero que conecta con el romanticismo que surge en Centroeuropa y el primero que cultiva en España su estética”.

 

Obras de ~: [La mayor parte de su producción musical se conserva en el Archivo del Palacio Real de Madrid y en la Biblioteca Nacional de Madrid.] Música vocal: Misas: Misa, 1816; Misa breve, 1818; Oficio y misa de difuntos, 1819; Misa grande, 1835; Misa, 1836; Misa, 1838; Misa de Cuaresma, 1844. Lamentaciones: Lamentaciones del Miércoles Santo, 183; Lamentaciones del Jueves Santo, 1837; Lamentaciones del Viernes Santo, 1843. Lecciones de difuntos: Parce mihi, 1819. Motetes: Oh admirable, 1836; Oh admirable, 1836. Salmos: Nona de la Ascensión. Secuencias: Stabat Mater.

Responsorios: Responsorios de Reyes, 1817; Benedictus, 1818; Salve, 1818; Benedictus, 1819; Completas, oficio, 1839; Libera me; Salve; Te Deum laudamus. Canciones: Amo te solo, te solo amai; Canción fúnebre a la grata memoria de la reyna doña Maria Isabel de Braganza, 1819; Canción a las víctimas del 2 de mayo, 1812; Ch’io mai vi possa, arieta; Cuartetino; Da quel sembiante appresi; Dove’il mio bene; El día de la nación española o El dos de mayo, 1810; El Pescador (Der Fischer); In te spero o Sposo amato; La felicita; La Nebbia; La persuasión; Las Señas de amor; Los cantos del trovador, 1809; Pensiero; Più non si trovano fra mille amami; Renovando la augusto memoria; Se mai turbo il tuo riposo; Seis canciones españolas (Sechs Spanische Lieder); Tardi s’avvede d’un tradimento; Three Italian Ariettes (Tre Ariette); Three Italian Arietts; Three Italian Notturnos; Tre ariette; Trova un sol mia bella Clori; Vorrei di te fidarmi.

Música instrumental: Orquesta: Obertura La Jeunesse, 1820; Tanda de rigodones y wals, 1840; Obertura en Mi mayor; Obertura en Re. Orquesta y solistas: Pieza obligada de contrabajo y orquesta, 1839; Pieza obligada de violoncello y orquesta, 1840; Brilla nel seno un ginbilo; Himno dedicado al duque de Wellington. Música de cámara: Bolero favori du divertissement Espagnol: Le Trouvadour; Divertimento marcial, 1815; Divertimento marcial, 1815); Zapateado, danza española, Piano: Seis valses.

 

Bibl.: M. Soriano Fuertes, Historia de la música española desde la venida de los fenicios hasta nuestros días, Barcelona, Narciso Ramírez, 1856; H. Eslava, Breve memoria histórica de la música religiosa en España, Madrid, L. Beltrán, 1860; A. Lozano González, La másica popular, religiosa y dramática en Zaragoza desde el siglo xvi hasta nuestros días, Zaragoza, Tipografía de J. Sanz y Navarro, 1895; R. Mitjana, El maestro Rodríguez de Ledesma y sus Lamentaciones de Semana Santa, Málaga, Imprenta de El Cronista, 1909; J. García Marcellán, Catálogo del archivo de música de la Real Capilla de Palacio, Madrid, Editora Nacional, 1938; VV. AA., Gran enciclopedia aragonesa, Zaragoza, Unión Aragonesa del Libro, 1980; J. Climent, Fondos musicales de la región valenciana, Valencia, Instituto de Musicología, 1984; C. Gómez Amat, Historia de la música española. 5. Siglo XIX, Madrid, Alianza, 1984; A. Salazar, Música en la sociedad europea. El siglo XIX, Madrid, Alianza, 1985; J. Brota, Diccionario biográfico Musical aragonés, Huesca, Artes Gráficas Alós, 1986; M. Rodríguez de Ledesma, Música religiosa de cámara, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1997; C. Alonso, La canción lírica española en el siglo XIX, Madrid, Instituto Complutense de Ciencias Musicales, 1998; M. Rodríguez de Ledesma: Oficio y misa de difuntos, ed. de T. Garrido, Madrid, Instituto Complutense de Ciencias Musicales, 1998; M. Rodríguez de Ledesma: Canciones, arietas y nocturnos para una, dos y tres voces con acompañamiento de piano, guitarra o arpa, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2001; M. Rodríguez de Ledesma: Obras para flauta y piano y piano solo, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2001; T. Garrido, “Rodríguez de Ledesma, Mariano”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana, vol. IX, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 2002; P. Capdepón, “La recepción de la música de Mozart en España desde finales del siglo XVIII hasta 1832”, en P. Capdepón y J. J. Pastor (eds.), Mozart en España: estudios y recepción musical, Vigo, Editorial Academia del Hispanismo, 2016, págs. 33-90.

 

Paulino Capdepón Verdú

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