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Marcos García de Mora

Biografía

García de Mora, Marcos. Bachiller Marquillos de Mazarambroz. Alcalá de Henares (Madrid), f. s. xivp. s. xv – Toledo, 1449. Ideólogo anticonverso de la rebelión toledana de 1449.

Según el testimonio contenido en el Memorial publicado en 1449, del cual es autor el bachiller Marcos García de Mora, no nació ni en Toledo ni en la ciudad de esta provincia de la cual toma su apellido. Tampoco era natural de Mazarambroz, de donde le hacen originario sus enemigos, sino de Alcalá de Henares, donde nació en el seno de una familia de hidalgos y de cristianos viejos. Sin embargo, tanto esta procedencia privilegiada como su lugar de nacimiento son cuestionados por el obispo de Cuenca, Lope de Barrientos, en su llamado Tratado pro conversos, el cual alude a su “villano linaje de la aldea de Maçarambroç” al tiempo que le recomienda que se volviera a “cabar, arar, e sarmentar, e trabajar en los semejantes trabajos, así como sus padres y abuelos y linajes ficieron”.

En el momento en que se producen los sucesos ocurridos en Toledo en 1449, en los que tuvo un protagonismo destacado, el bachiller advierte también que es vecino de la ciudad complutense, al igual que su padre, donde parece que éste todavía residía: “[...] que soy veçino e natural de la dicha ciudad [Alcalá de Henares] e hijo de un hombre honrrado e hidalgo ciudadano e veçino della”. Por otra parte, el hecho de que el bachiller aluda a este familiar como si estuviera vivo cuando escribía estas páginas permite aventurar que quizás García de Mora era un hombre todavía relativamente joven cuando se produjo el levantamiento de los toledanos.

A principios de 1449, Álvaro de Luna solicitó un empréstito extraordinario de 1.000.000 de maravedís a la ciudad de Toledo para hacer frente a la rebelión de la oligarquía nobiliaria, una exigencia determinada por los gastos derivados de una guerra civil que, con cortos períodos de tregua, asolaba al reino de Castilla desde hacía casi treinta años. Como señala Eloy Benito Ruano, sin duda el máximo especialista en estos acontecimientos, la eficacia y el celo de los recaudadores, en su mayor parte cristianos nuevos, dio lugar a que el 26 de enero de 1449 se produjera una explosión popular de violencia contra los conversos. Este motín, en el cual, como señala Round, también debieron influir elementos de carácter milenarista, derivó en una protesta contra el gobierno de Álvaro de Luna e, incluso más adelante, contra el propio Juan II al ponerse al frente de la misma Pero Sarmiento, repostero mayor y alcalde del alcázar toledano. Probablemente, cuando comenzaron los acontecimientos, Marcos García de Mora no se encontraba en Toledo, pues él mismo dice en su Memorial que no vivía en la ciudad del Tajo, aunque poco después acudió al servicio de Pero Sarmiento como consejero jurídico tras ser llamado en el mes de junio de 1449, una vez rechazado el asedio de las tropas reales dirigidas por Álvaro de Luna, y poco antes de llamar al príncipe don Enrique. Así lo refiere el propio bachiller cuando dice que “[...] estando ausente fui llamado y traído por la voluntad de Dios a la muy noble y muy leal ciudad de Toledo”.

Dada su condición de bachiller y su cercanía al dirigente de la rebelión, se le reconoce como el inspirador, si no también como el autor, de la llamada Sentencia-Estatuto de Pero Sarmiento, un documento que recoge a la perfección el sentimiento antijudío existente en el reino y que constituye uno de los primeros ejemplos de lo que serán los posteriores estatutos de limpieza de sangre. Promulgada el 5 de junio de 1449, la Sentencia acusaba a los conversos de judaizar y de aprovechar sus cargos para agraviar a los cristianos viejos, al tiempo que prohibía a los cristianos nuevos desempeñar cargo alguno en la ciudad. La reacción en contra de la Sentencia fue generalizada, siendo condenado con vehemencia su carácter segregacionista por el rey Juan II y el papa Nicolás V, este último en una bula de 24 de septiembre de 1449 que excomulgaba a los rebeldes. A este rechazo se sumaron inmediatamente los escritos de Alonso de Cartagena, Lope de Barrientos y, sobre todo, de Fernán Díez de Toledo, relator del Consejo Real contra cuya Instrucción dirigida al obispo de Cuenca escribió Marcos García de Mora su Memorial. Toda esta contestación doctrinal a la Sentencia-Estatuto se produjo en el verano de 1449, cuando Sarmiento, acompañado entre otros personajes por el bachiller García de Mora, había instaurado en Toledo un régimen de terror tras haber entregado la ciudad al futuro Enrique IV, a la sazón enfrentado a su padre y al condestable.

La respuesta a esta literatura contraria a las disposiciones anticonversas de los rebeldes, como no podía ser menos corrió a cargo del bachiller Marcos García de Mora, a quien se refiere despectivamente el relator como “bachiller Marquillos de Mazarambroz”. El Memorial de García de Mora tiene como objetivo responder a la condena papal, justificar la Sentencia-Estatuto y la actuación de los rebeldes, al tiempo que reiterar su animadversión hacia los conversos. Se puede resumir la opinión de Eloy Benito sobre el Memorial diciendo que es un texto apresurado, de escasa enjundia jurídica y doctrinal, enorme vehemencia y no poca pedantería, en el cual su autor se enfrenta contra el Papa y el Rey, aunque sin dejar de proclamar su fidelidad a ambos. Esta actitud revela la indefensión y la extrema situación en la que se encontraba el bachiller tras su implicación en los hechos ocurridos. A lo largo de las páginas del Memorial, García de Mora se refiere con cierta frecuencia a sí mismo y a su actuación en los sucesos acaecidos en Toledo, aunque rechaza las acusaciones del relator, a quien denomina despectivamente “Mose Hamomo”, según las cuales sería él quien inspiró la rebelión y la toma de la ciudad.

También rechaza ser consejero y patricio de la ciudad, aunque no niega que escribió a favor de las medidas adoptadas, probablemente refiriéndose a la Sentencia-Estatuto, lo cual supone asumir la autoría de este documento. El resto de las referencias a su persona son, más que convencionales, propagandísticas, pues reitera una y otra vez su condición de cristiano viejo, su calidad de defensor de la fe y la justicia, así como su vehemencia anticonversa, en este caso verdaderamente feroz. Más previsible es el retrato que hace de sí mismo y su consideración de “legista e canonista famoso” a pesar de ser solamente bachiller y por la cual, según proclama, es conocido en muchas partes.

Sin embargo, más cercana a la realidad es su declaración de ser “apasionado de ira por celo de justiçia”, algo que coincide con el tono encendido de sus escritos y con su actuación durante su reducido período de vida pública.

En noviembre de 1449, el príncipe don Enrique regresó a Toledo con la intención de tomar posesión efectiva de la ciudad y restaurar el orden, acabando con los rebeldes. Según las crónicas, al poco tiempo de llegar, fue informado de la existencia de una conspiración encaminada a entregar la ciudad a Juan II, en la cual estaría implicado el bachiller Marcos García de Mora, entre otros líderes de la revuelta, deseosos de congraciarse con el Rey y temerosos del sesgo que tomaban los acontecimientos. La reacción del príncipe y de Pero Sarmiento fue rápida y rigurosa, pues sin más dilación el primero mandó convocar el Ayuntamiento y prender a aquéllos que no asistieron en la certeza de que formaban parte de la conjura. Entre ellos se encontraba el ya conocido como “bachiller Marquillos”, quien, conocedor de la ferocidad que caracterizaba a Sarmiento, decidió entregarse al príncipe en la confianza de poder salvar la vida. No sólo no fue así, sino que su fin, como el de Fernando de Ávila, uno de sus compañeros de cautiverio, debió de ser terrible, como se desprende de la Crónica de Juan II, la cual dice que “fueron arrastrados e justiciados muy cruelmente”, sin duda el mismo día de su captura.

 

Obras de ~: Memorial del Bachiller Marcos García de Mora, defendiendo a Toledo contra los judíos y contra Álvaro de Luna, y otros documentos sobre el mismo asunto, s. f. (Biblioteca Nacional de España, sign. MSS/2041) (“[Sentencia-Estatuto de Pero Sarmiento]” y “Memorial”, ed. en E. Benito Ruano, Los orígenes del problema converso, Barcelona, El Albir, 1976, págs. 85-92 y págs. 103-132, respect.).

 

Bibl.: Crónica de Juan II, s. f. (Biblioteca Nacional de España, sign. 9445) [refundición J. de M. Carriazo, con el tít. Crónica del Halconero de Juan II, Madrid, 1946; Madrid, 1953 (col. Biblioteca de Autores Españoles, vol. 68)]; E. Benito Ruano, Toledo en el siglo xv, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1961; N. Round, “La rebelión toledana de 1449”, en Archivum. Revista de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo, XVI (1966), págs. 385-446; E. Benito Ruano, Los orígenes del problema converso, op. cit., espec., págs. 13-85 y 93-133; L. Suárez Fernández, Judíos españoles en la Edad Media, Madrid, Rialp, 1980; J. M. Monsalvo Antón, Teoría y evolución de un conflicto social. El antisemitismo en la Corona de Castilla en la Baja Edad Media, Madrid, Siglo XXI, 1985.

 

Fernando Castillo Cáceres

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