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Miguel Ángel Uría

Biografía

Uría, Miguel Ángel de. ?, s. m. s. XVIII – p. m. s. XIX. Arquitecto municipal de Ferrol.

Formado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, tuvo la oportunidad de contar con maestros de la talla de Silvestre Pérez, que a lo largo del último cuarto del siglo xviii y primeros años del xix ejerció la docencia y ostentó un cargo tan decisivo como el de teniente director de Arquitectura, e igualmente debió de verse influido por los nuevos conceptos teóricos y las nuevas propuestas arquitectónicas difundidas por el entonces director general de la citada institución, Juan Pedro Arnal. Su trayectoria profesional en la práctica se inició, sin embargo, con bastante anterioridad a la consecución del título oficial, y lo hizo en el ámbito de la arquitectura industrial. Así, en 1787 acudió, acompañado por su padre, a la Real Fábrica de San Juan de Alcaraz (Castilla-La Mancha), siderurgia en la que proyectó cinco fábricas de hierro batido y dirigió las obras hasta 1791. En ese año se trasladó a Galicia con un cometido similar al anterior, esta vez para la compañía de comercio Vega de Ribadeo, para la que en la antigua comarca de Burón (Lugo), no sólo diseñó varias fábricas, sino también parte de la maquinaria, obras hidráulicas, un almacén y casa para el mayordomo, y un puente. Es probable que a través de esa misma compañía, que de nuevo requeriría sus servicios para una empresa semejante en Navia de Suarna (Lugo), Uría entrase en contacto con Antonio Raimundo Ibáñez, promotor de la Real Fábrica de Sargadelos (Lugo), y para el que trabajaría en diversas ocasiones, produciéndose la primera de estas intervenciones hacia los últimos años del siglo xviii o los primeros del xix, y que comprendió obras tales como una fábrica de hierro, dos hornos de calcinación o habitaciones para los operarios.

El 18 de abril de 1806 alcanzó oficialmente el grado de arquitecto académico otorgado por San Fernando y mediando escasamente un mes, el 17 de mayo, la Corporación ferrolana lo nombró “Primer Maestro de Obras de la Villa”. A través de este cargo, que ocupó hasta 1836, Uría tuvo la oportunidad de experimentar con toda la serie de tipologías arquitectónicas que una urbe ofrecía, ya fuera proyectando, dirigiendo o simplemente supervisando las obras que se llevaban a cabo, y desde luego, en aquéllas directamente diseñadas por él, se hizo plausible su sólida formación académica, constituyendo interesantes ejemplos del neoclasicismo ilustrado. Es el caso del cementerio municipal (1806), sumamente sencillo —rectangular, cercado, con cuatro osarios de cantería en las esquinas y una capilla en el centro—, pero que es en definitiva una tipología reciente, nacida bajo los criterios de la Ilustración. La capilla, único vestigio que se mantiene en pie del conjunto, se organiza en tres espacios secuenciados, pórtico, cuerpo de la iglesia y sacristía —hoy también desaparecida—, que al exterior se traducen en un escalonamiento de volúmenes, sin más concesiones decorativas que las referidas al elemento puramente arquitectónico y al indispensable decoro que le otorga el frente templario, todo ello con un vocabulario de austera sobriedad. El mismo porte adusto y recio se alega a la hora de atribuirle el diseño de la Puerta Nueva, construida en 1811 (cronología que evidencia una segura supervisión de la obra por parte del arquitecto municipal) y concebida como un arco de triunfo romano. Esta mirada arqueológica al pasado es un valor que también se manifiesta en la fuente de Churruca (1812), monumento funerario al héroe muerto en la batalla de Trafalgar, cuyo obelisco cilíndrico, coronado por una discreta urna cineraria, remite a modelos antiguos como podrían ser las columnas conmemorativas romanas.

Si hasta 1812 la actividad de Uría en Ferrol se registra de forma más o menos continuada, como demuestran las obras citadas —su producción más relevante— y otra serie de intervenciones propias de su cargo o de tono menor (diseños para la fuente de San Amaro, dirección de la obras de la Carretera Real de Ferrol a Baamonde, proyección de un retablo para la iglesia de Nuestra Señora del Socorro, conservación del templo de San Julián), lo cierto es que a partir de esta fecha y hasta 1836, es muy frecuente encontrar al arquitecto asumiendo encargos en otras villas y ciudades, más que en el propio Ferrol. Así, realizó varios proyectos en Mondoñedo (Lugo), como el de un cuartel militar para el hospicio de San Lázaro o el de un tabernáculo para el altar mayor de la Catedral; regresó al ámbito de la arquitectura industrial, con ampliaciones y fábricas de nueva planta para el complejo de Sargadelos (1808 y 1813), o levantando herrerías en la comarca de Valdeorras (Orense) y en el Caurel (Lugo). Probablemente la crisis en la que se vio sumida la ciudad de Ferrol a lo largo de toda la primera mitad del siglo xix, con la consecuente inactividad edilicia, fuera la causante de esta obligada dispersión geográfica a la que profesionalmente se ve sometido Uría, y son estas mismas circunstancias las que le llevan a presentarse a la plaza de arquitecto municipal de La Coruña en 1818, decidiéndose finalmente aquella corporación por otro de los concursantes, el también académico Melchor de Prado y Mariño.

 

Obras de ~: Fábricas de hierro batido, San Juan de Alcaraz (Ciudad Real), 1787; Fábrica de hierro, almacén y puente, Burón (Lugo), 1791; Fábrica de hierro, almacén y puente, Navia de Suarna (Lugo); Fábrica de hierro, Sargadelos (Lugo); Cementerio municipal, Ferrol (La Coruña), 1806; Diseño de la fuente de San Amaro, Ferrol, 1806; Proyecto de retablo, Nuestra Señora del Socorro, Ferrol; Ampliación de la fábrica de loza, Sargadelos, 1808; Puerta Nueva, Ferrol, 1811 (atrib.); Fuente de Churruca, 1812; Proyecto de cuartel militar en el hospicio de San Lázaro, diseño para una reforma interior de las Casas Consistoriales, proyecto de enlosado para la Plaza Mayor, Mondoñedo (Lugo), 1812; Fábrica de hierro colado, Sargadelos, 1813; Fábrica de hierro, Valdeorras (Orense), 1814-1815; Herrería y casa para Antonio Somoza Pardo, Caurel (Lugo); Proyecto de tabernáculo, Catedral de Mondoñedo (Lugo), 1817.

 

Bibl.: A. Vigo Trasancos, Arquitectura y urbanismo en el Ferrol del siglo xviii, Santiago, Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia, 1985, págs. 262-263; C. Sambricio, La arquitectura española de la Ilustración, Madrid, Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, 1986; B. Castelo Álvarez, Ferrol: Morfología urbana y arquitectura 1800-1936, tesis doctoral, Santiago de Compostela, Universidad, 1994, págs. 96-103; P. J. González Rodríguez, La escultura pública de Ferrol, Ferrol, Concello de Ferrol, 1995, págs. 31-40; J. A. Sánchez García, “La arquitectura contemporánea y sus opciones en la antigua provincia de Mondoñedo”, en Estudios Mindonienses, n.° 15 (1999), págs. 555-617; F. Pérez Rodríguez, “Noticia sobre tres arquitectos de la Ilustración gallega: Melchor de Prado y Mariño, Felipe Gianzo y Miguel Ángel de Uría”, en Brigantium, n.°14 (2003), págs. 327-340.

 

Irene Mera Álvarez