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Lorenzo de Santa Rosa

Biografía

Lorenzo de Santa Rosa. Lorenzo de Santa Teresa. ?, p. s. xviii – m. s. xviii. Arquitecto y fraile alcantarino franciscano (OFM).

Denominado indistintamente por la documentación como fray Lorenzo de Santa Rosa o de Santa Teresa, son escasos los datos que se conocen acerca de la vida u obra de este lego perteneciente a la Orden de San Pedro de Alcántara —una de las muchas reformas que tuvieron lugar en el seno de los franciscanos— antes de su llegada a Mondoñedo (Lugo) en 1727. Si bien, hay constancia de que a Galicia llegó proveniente del convento que la citada Congregación tenía en Villamañán (León) y que ya en aquél habría ejercido de maestro de obras con alguna realización de tono menor.

Como se indica, a partir de 1727 se documenta su presencia en Mondoñedo, ciudad a la que se habría trasladado para ponerse al frente de la construcción de un convento alcantarino, recientemente fundado.

Debe tenerse en cuenta que entonces Mondoñedo, además de sede episcopal, era capital de la provincia de su mismo nombre, rango que perderá en 1833 al reducirse el número de estas demarcaciones de siete a cuatro, y que la ciudad se hallaba en aquellos momentos inmersa en un auténtico proceso de renovación edilicia y urbana, auspiciada y financiada en su práctica totalidad por los distintos prelados que se sucedieron a lo largo del siglo xviii. Entre éstos, por su labor de mecenazgo, pero sobre todo por su relación con el biografiado, cabría mencionar a los obispos fray Juan Muñoz Salcedo (1705-1728) y fray Antonio Alejandro Sarmiento de Sotomayor (1728-1751); el primero de ellos por haber propiciado la fundación alcantarina en la ciudad, verificada en ese año de 1727, razón por la cual la Orden envió una comisión de religiosos con el objetivo de elegir los terrenos para la nueva casa y tomar posesión de los mismos, para lo que pareció conveniente contar con el asesoramiento del maestro fray Lorenzo de Santa Rosa; el vínculo con el segundo obispo mencionado es aún más estrecho, ya que además de que la construcción del citado convento se desarrolló enteramente durante su mandato, confió a continuación en el fraile para la dirección de buena parte de las obras por él emprendidas, como son el santuario de los Remedios, el palacio de Buen Aire o el puente de San Lázaro.

De la supervisión de la que sería su primera empresa en Mondoñedo, San Pedro de Alcántara, también conocido como convento del Rosal, se encargó entre 1729 y 1731, resultando una arquitectura sumamente sencilla, austera y humilde, casi se diría pobre, en consonancia con las mismas máximas que prescribía la Orden. Concluido así el grueso de la fábrica, fray Lorenzo permaneció en la nueva comunidad como maestro de obras, y pronto se hizo cargo de tareas arquitectónicamente más interesantes. Es el caso del santuario de los Remedios, una ermita fundada en la segunda mitad del siglo xvi, que, tras continuas reparaciones en las siguientes centurias a causa de los problemas de cimentación que sufría, fue ahora, por mandato del prelado Sarmiento de Sotomayor, demolida y nuevamente edificada. En cuanto al diseño del nuevo templo, aunque la tradición lo adjudica al propio obispo, lo cierto es que los distintos estudios, coinciden en que la autoría de los planos hay que atribuirla al lego alcantarino, al frente de las obras por lo menos en lo que fue su primera fase, desde 1733 a 1738, en la que se abordó la realización del cuerpo de la iglesia. De modestas proporciones, optó por una planta de cruz griega, con la sacristía anexa en la parte posterior y un pequeño pórtico de entrada delante; quizás lo más sobresaliente de su interior sea su transepto, convertido en octogonal a causa del achaflanamiento de los ángulos, así como la cúpula asentada sobre anchas pechinas, que lo cubre. Más difícil resulta adjudicar la autoría de la fachada, quizás por su tardía reedificación, pospuesta hasta 1754, fecha en la que había ya fallecido el obispo promotor, y en la que, por otra parte, se ha perdido la pista del biografiado; lo que parece claro es que buena parte de sus rasgos arquitectónicos, especialmente las torres cuadrangulares, de suave perfil redondeado, resultan ajenos o poco comunes en el barroco autóctono, emparentándose principalmente con ejemplos madrileños, por lo que tampoco sería de extrañar que su traza respondiese a las concepciones de un arquitecto foráneo, como era fray Lorenzo. Otra edificación, de signo bien distinto a la anterior, pero en la que igualmente demostraría sus dotes proyectivas, fue el palacio episcopal de Buen Aire en San Andrés de Masma y que nuevamente ha de relacionarse con el prelado Sarmiento de Sotomayor, quien decidió su construcción hacia 1735. Se trata de una residencia veraniega, no muy distante del núcleo mindoniense, en la que se pueden rastrear ecos de las villas renacentistas italianas; de su empaque volumétrico y de su sobria y cuidada factura, sin duda lo más notable es la fachada al jardín, en la que por la disposición en “U” de la segunda y tercera planta, se genera una terraza o solana, llamativamente asentada sobre una base porticada.

Se le atribuye también la construcción del puente de San Lázaro, a las afueras de la ciudad, y los más recientes estudios plantean la posibilidad de que a este mismo arquitecto se deban los diseños de la ya desaparecida cárcel eclesiástica o del hospital de San Pablo, en ambos casos empresas costeadas por Sarmiento de Sotomayor.

 

Obras de ~: Convento de San Pedro de Alcántara, Mondoñedo (Lugo), 1729-1731; Santuario de los Remedios, Mondoñedo (Lugo), 1733-1755; Palacio de Buen Aire, San Andrés de Masma (Lugo), 1735-1751; Hospital de San Pablo, 1750-1755 (atribución); Puente de San Lázaro, Mondoñedo (Lugo); Cárcel eclesiástica, Mondoñedo (Lugo) (atrib.).

 

Bibl.: E. Lence-Santar y Guitián, Mondoñedo: el Santuario de los Remedios, Mondoñedo, 1909; Mondoñedo: el convento de Alcántara, Mondoñedo, 1910; J. Couselo Bouzas, Galicia artística en el siglo xviii y primer tercio del xix, Santiago de Compostela, 1932, pág. 433; J. Trapero Pardo, Santuario de los Remedios, Lugo, 1946; A. Vigo Trasancos, “La ciudad de Mondoñedo en el siglo xviii. La renovación urbana de una antigua sede episcopal”, en Estudios Mindonienses, 15 (1999), págs. 519-553.

 

Irene Mera Álvarez