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Dionisio Sánchez Aguilera

Biografía

Sánchez Aguilera, Dionisio. Sevilla, 1730 – Ferrol (La Coruña), 1811. Ingeniero militar.

De origen sevillano, en 1755 ingresó como cadete en el Regimiento de Infantería de Lombardía y siete años más tarde se graduó como delineador del cuerpo de Ingenieros (16 de febrero de 1762), siendo destinado a la plaza de Cádiz el 16 de diciembre de ese año.

El 26 de febrero de 1763 fue destinado a Extremadura, donde el 24 de diciembre de 1764 realizó el Plano y perfiles del camino que se proyecta hacer a la bajada y subida al puente sobre el río Almonte, entre la ciudad de Trujillo y el lugar de Jaraicejo.

A partir de 1768, y ya con el cargo de teniente e ingeniero extraordinario, se constata su presencia en Ferrol, donde trabajó bajo las órdenes del también ingeniero Francisco Llobet. En la ciudad departamental fue ascendiendo en su carrera militar, nombrado capitán e ingeniero ordinario el 18 de junio de 1769; al año siguiente fue elevado al rango de teniente coronel (los oficiales de Ingenieros y Artillería podían ascender en tres escalas distintas: una, la del Ejército, grado o Infantería, por elección, y otra en el Cuerpo, generalmente por antigüedad), y designado sargento mayor de la plaza. Como ingeniero militar, de cuya actividad se conserva un buen número de planos delineados y firmados por él, sin duda lo más reseñable es la ejecución del recinto fortificado de la ciudad, de la que se hizo cargo hacia finales de septiembre de 1769 y que le ocupó hasta 1774, siguiendo el plan que meses antes había ideado Llobet. El proyecto consistía en un extenso cinturón defensivo, con tramos de dificultoso trazado por las condiciones y vastedad del terreno, que además habría de conjugar un ajustadísimo presupuesto con la eficacia militar, limitaciones todas que se verían reflejadas en el proceso de ejecución, y desgraciadamente en el resultado final, que no es otro que el de un amurallamiento pobre y relativamente endeble si se tiene en cuenta la relevancia del enclave estratégico y militar que trataba de proteger. No obstante, cabe destacar en la labor de Sánchez Aguilera hábiles y originales soluciones, como la del muelle y puerta de Fontelonga, datado entre 1770 y 1772, que hoy ha perdido la estructura en forma de T que se adentraba en las aguas —el muelle propiamente dicho—, pero que aún conserva la puerta y la larga caja rectangular para los accesos, con rampa central y escaleras en los extremos; bastante dificultoso resultó también el tramo de fortificación de la zona del Astillero Real, para lo cual se buscaría la colaboración del ingeniero de Marina Francisco Gautier, con el que proyectó el citado cierre defensivo.

Sin embargo, el grueso de las obras por las que en mayor medida será recordado el ingeniero no es de carácter militar, sino civil, pues de este orden eran las necesidades del nuevo Ferrol dieciochesco, que entonces estaba en pleno proceso constructivo. De esta forma, y a falta de un arquitecto municipal, estas funciones fueron asumidas por Sánchez Aguilera, que se ocupó de obras asistenciales y representativas, pero también de otras de tono menor como el arreglo de fuentes. Aunque de entre todas ellas, sin duda el mayor reconocimiento lo obtendrá por su labor en el Hospital de Caridad, no sólo por la proyección y construcción del edificio, sino, especialmente, por la importante contribución a su creación y mantenimiento. De hecho, el que había sido antiguo Hospital de Peregrinos en la Edad Media se hallaba en el último cuarto del siglo xviii en absoluta decadencia; así, en 1780, Sánchez Aguilera, con el empeño de restaurar la institución, tras solicitar el correspondiente permiso municipal, creó la Congregación de la Caridad, cuyas constituciones fueron probadas por Real Cédula en 1782, con lo que se convierte en su Hermano Mayor, cargo que desempeñará hasta su muerte. Él mismo diseñó los planos para el nuevo hospital, cuyas obras se iniciaron en 1783; a comienzos de la siguiente década proyectó también su capilla, una cruz latina de factura bien sencilla, al igual que su fachada neoclásica.

Uno de los períodos más prolíficos en cuanto a proyección edilicia y mejoras urbanas en estas últimas décadas del siglo xviii tuvo lugar durante la alcaldía de Eugenio Manuel Álvarez Caballero (1783-1787), quien confió al ingeniero sevillano los proyectos más ambiciosos que trató de llevar a cabo bajo su regimiento, como la construcción de un edificio para Consistorio, la más representativa edificación de la ciudad y de la autoridad municipal, y la Escuela de Gramática. Del plan para el nuevo Ayuntamiento, encargado en 1786 a Sánchez Aguilera, consta que pensaba ubicarse en el frente septentrional de una de las dos plazas simétricas que organizaban el entramado cartesiano del recién creado barrio de la Magdalena, y que aglutinaría también dependencias para Cárcel Pública, Archivo del Escribano, Audiencia, Peso Real y Casa para el Corregidor; pero en lo que se refiere a su morfología, las informaciones de que se dispone se limitan a que posiblemente fuese porticado en su planta baja, tratándose presumiblemente de una edificación de considerable empaque. Finalmente el proyecto, aunque aprobado por el Concejo el 4 de noviembre de 1786, no fue llevado a cabo por la marcha a Madrid de Eugenio Manuel Álvarez Caballero y el consiguiente cambio en el gobierno municipal. En cuanto a la Escuela de Gramática, esta vez fue la escasez presupuestaria la que mermaría el original proyecto del ingeniero, que quedaría reducido a un pabellón horizontal, de poca relevancia artística en su diseño, pero notable dentro de la tipología de las instituciones educativas de esta categoría.

Ascendido en 1802 a coronel de Infantería, se retiró del servicio activo seis años más tarde. Siendo ya un anciano de setenta y nueve años, le sobrevino quizás uno de los momentos más amargos de su vida, pues, acusado de afrancesado en 1809, hubo de pasar un breve período en prisión, aunque fue finalmente exonerado de toda culpa junto a los demás imputados. En absoluto ensombreció este episodio la memoria de Sánchez Aguilera, especialmente en lo que se refiere a su labor filantrópica con la obra del Hospital, y así se conservan varios retratos suyos, entre los que destaca el lienzo del pintor neoclásico Agustín Robles Castro, que se guarda en el Hospital de Caridad, o el busto del artista vigués Ramón Buch y Buet de 1892, este último rector de una plaza y dedicado por la municipalidad.

 

Obras de ~: Obras de fortificación, Ferrol, 1769-1774; Hospital de Caridad, Ferrol, 1782; Acondicionamiento artístico monumental de la fuente de San Roque, Ferrol, 1784 (atrib.); Proyecto de Casas Consistoriales y Cárcel, Ferrol, 1786; Reforma de la fuente de Insua, Ferrol, 1789; Capilla del Hospital de Caridad, Ferrol, 1792; Escuela de Gramática, Ferrol, s. f.

 

Bibl.: J. Montero Aróstegui, Historia y descripción de la ciudad y departamento naval de Ferrol, Madrid, Beltrán y Viñas, 1859; A. Vigo Trasancos, “Evolución urbanística del barrio de la Magdalena”, en S. Tarragó, A. Vigo y J. A. R. Villasante, El barrio de la Magdalena del Ferrol, Vigo, Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG), 1980, págs. 28- 47; Congregación de Hermanos del Santo Hospital de Caridad, Historia del Santo Hospital de Caridad Ferrolano, La Coruña, Caja de Ahorros de Galicia, 1983; J. A. Rodríguez- Villasante Prieto, Historia y tipología arquitectónica de las defensas de Galicia, La Coruña, Do Castro, 1984, págs. 126-128; J. R. Soraluce Blond, Castillos y fortificaciones de Galicia. La arquitectura militar en los siglos xvi-xviii, La Coruña, Fundación Pedro Barrié de la Maza, 1985, págs. 131-136; A. Vigo Trasancos, Arquitectura y urbanismo en el Ferrol del siglo xviii, Santiago de Compostela, COAG, 1985; J. García-Alcañiz Yuste, Arquitectura del Neoclásico en Galicia, La Coruña, Fundación Pedro Barrié de la Maza, 1989; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; M. G. Cano Révora, Cádiz y el Real Cuerpo de Ingenieros Militares (1697-1847). Utilidad y Firmeza, Cádiz, Universidad, 1994; P. J. González Rodríguez, La escultura pública de Ferrol, El Ferrol, Concello, 1995, pág. 180; La pinacoteca del Santo Hospital de Caridad de Ferrol, catálogo de exposición, Ferrol, Concello, 1995; A. Vigo Trasancos, “El arquitecto benedictino Fray Plácido Caamiña y su proyecto de Casas Consistoriales y Cárceles para la ciudad de Ferrol (1791)”, en Cuadernos de Estudios Gallegos, t. XLII, 107 (1995), págs. 276-280.

 

Irene Mera Álvarez

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