Spannocchi, Tiburzio, Siena (Italia), 18.X.1541 – Madrid, 4.XI.1606. Ingeniero de fortificación. Ingeniero Mayor de los Reinos de España.
Nació en una familia noble de Siena, donde se formó en poesía, música y geometría, Su maestro en el dibujo y probablemente en la arquitectura militar fue Bartolomeo Neroni. Estuvo al servicio del cardenal Delfino en Roma, y en 1571 comenzó a servir a las órdenes de Marco Antonio Colonna, general de las galeras pontificias en Levante, que desde 1577 fue virrey de Sicilia. Siempre al servicio de Colonna, que antes había sido visitador de las plazas de Nápoles, Spannocchi se ocupó de las fortificaciones de Brindisi, Otranto y Taranto. Su experiencia como ingeniero de fortificación, su calidad de noble, a la que se añadió desde junio de 1576 el ser caballero del hábito de San Juan con ocasión de una probable visita ese año a la fortificación de Malta, unido a su formación científica y a su capacidad para el dibujo le convirtieron en ingeniero de confianza de Colonna. En Sicilia realizó la Descripción de sus marinas, que se conserva manuscrita en la Biblioteca Nacional, y que constituye un atlas de extraordinaria belleza e interés científico.
Esta completa descripción de las costas de Sicilia la completó en España, lo que explica que haya parte del texto en italiano y parte en español, así como la fecha de 1596 que aparece en el manuscrito.
En 1580 llegó a España, aunque un documento de 1605 escribe que lleva veintisiete años en España, lo que adelantaría la fecha a 1578, pero quizá sea un error, puesto que de otros documentos se deduce con claridad la fecha de 1580. Muy alabado por sus dibujos, fue examinado en febrero de 1580 como ingeniero por Francisco de Ibarra y se le encontró falta de experiencia en la guerra. Ello le llevaría a acompañar al marqués de Santa Cruz en la Jornada de las Azores en 1583, proyectando en 1584 la fortificación de la Isla Tercera. Ya entonces fue alabado por sus conocimientos matemáticos, de cosmografía o de geografía, A su llegada, en 1580, fue enviado a Fuenterrabía, una de las fortificaciones a las que más trabajo dedicó.
En 1582 hizo una planta y descripción de Aranjuez por orden del Rey. En 1587 fue enviado a reconocer y trazar fortificaciones en Cádiz y Gibraltar, y al año siguiente fue a Pamplona para controlar la marcha de las obras de su ciudadela, sobre la que dio su parecer en 1589. Ese año fue enviado a reconocer las fortificaciones de Coimbra, Viana, Oporto, y las de la costa gallega, La Coruña, las rías de Vigo y Betanzos y el puerto de Ferrol, lo que le llevó cinco meses, hasta febrero de 1590 en que regresó a la Corte. En 1591 regresó a Cádiz, y desde 1592 se ocupó de todo lo referente a las fortificaciones de Aragón: fortificó la Aljafería de Zaragoza, trazó la ciudadela de Jaca —cuyo modelo reutilizó para un proyecto en Cremona (Lombardía) en 1596— y reconoció los pasos de los Pirineos para ponerlos en defensa. En 1595 dio proyectos para las fortificaciones de San Sebastián, Fuenterrabía, Guetaria, Pasajes, Higuer y Behovia. En 1597 dio el trazado para reconstruir Guetaria después del incendio. En 1598, en 1601, en 1604... se seguía ocupando de las fortificaciones de Guipúzcoa, Cádiz, Ibiza, Menorca, muelle de Málaga, etc., ya que desde el 15 de abril de 1601 era ingeniero mayor de los Reinos de España, lo que le hizo responsable de todas las fortificaciones de estos reinos, sus islas y fronteras. Se ocupó, asimismo, de remediar las periódicas inundaciones del río Guadalquivir en Sevilla, sobre lo que publicó su Parecer, que le muestra como un urbanista en el sentido más amplio del término. Como ingeniero inventó también un molino en 1602, pidiendo privilegio al Rey para que nadie más lo pudiera hacer. Con respecto a las fortificaciones americanas, en 1581 dio trazas para los fuertes que se iban a hacer en el estrecho de Magallanes y en 1588 fue uno de los ingenieros que aprobó el proyecto de fortificación para el Caribe propuesto por Bautista Antonelli. En 1595 revisó las trazas de Antonelli para La Habana, con gran disgusto de éste, ya que en 1601 se decidió seguir la traza de Spannocchi para acabar el Morro, y sabemos que dio trazas para las fortificaciones de Cartagena de Indias, en concreto para el fuerte de la Punta del Judío, pese a desconocer el terreno, lo que dio lugar a quejas por parte de sus constructores.
Sus informes y relaciones, muchas veces con dibujos explicativos mezclados en el texto, acompañaban a unas trazas y a unos dibujos del territorio tan extraordinarios, que no es extraño que en 1602 Felipe III le encargase poner en libros todas las fortificaciones de la Monarquía. Eso explica el tamaño y la cuidada belleza de muchos de los que todavía hoy se conservan, realizados con la exactitud científica que permitía el instrumento que usaba, y que Cristóbal de Rojas reproduce en su tratado. Poco antes de morir se le consideraba tan necesario en España, que no se le dio la licencia que pedía de seis meses para ir a Roma, solicitada en noviembre de 1605, para besar los pies del nuevo papa Paulo V, pariente suyo. Unos meses después moría en Madrid. Ese mismo año el Consejo de Guerra afirmaba que Spannocchi era “el más ejemplar hombre que se ha conocido de su profesión”.
Obras de ~: Discorso al Re Catt., per l’Impressa d’Ingliterra. Del Cavalier fra Tiburcio Spannocchi, ms. 979 en Biblioteca Nacional de España (BNE) (trad. al español en el ms. 1750, f. 418, en BNE); Descripción de las Marinas de todo el Reino de Sicilia. Con otras importantes declaraciones notadas por el Caballero Tiburcio Spanoqui del Ábito de San Juan Gentilhombre de la Casa de su Majestad. Dirigido al Príncipe Don Felipe Nuestro Señor en el año de MDXCVI, ms. 788 en BNE; Parecer que dio el Comendador Tiburcio Spanoqui Cavallero del Abito de San Juan, ingeniero mayor de su Majestad y Gentilhombre de su Casa. A la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla, sobre los Reparos que convienen para la inundación del Rio Guadalquivir, Sevilla, Francisco Pérez, 1604.
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Alicia Cámara Muñoz
