Nació en Valladolid en el segundo tercio del siglo XIX. Titulado como maestro de obras por la Escuela de Bellas Artes de la Academia Provincial de Valladolid, aparece instalado en El Ferrol desde comienzos de la década de los años setenta. A partir del año 1874 pasó a ocupar el puesto de Consultor de la Comisión de Obras Públicas del ayuntamiento ferrolano, en una de las frecuentes argucias a las que recurrían aquellos ayuntamientos que no deseaban cubrir la vacante de arquitecto municipal, encomendando sus tareas a unos maestros de obras que, como en este caso, legalmente no podían desempeñar dicho cargo. Con excepción del breve paréntesis en que la plaza de arquitecto municipal recayó en el toledano Patricio de Bolomburu (1879-1880), Riva de Soto llevó, en la práctica, el proyecto y la dirección de todas las obras municipales de El Ferrol hasta su jubilación, en el año 1900. Realizó proyectos urbanísticos como la remodelación de plazas y alineación de calles, diseñó el primer mercado de abastos (1891), constituido por dos pabellones de hierro, dirigió la terminación de las obras del Teatro Jofre (1892), además de construcciones provisionales como la plaza de toros levantada en el verano de 1890. En la arquitectura privada, sus viviendas se inscriben dentro de un estilo ecléctico de inspiración francesa, caracterizado por la decoración barroquizante y la potenciación de nuevos materiales como el hierro fundido, especialmente en los miradores acristalados, o la piedra artificial para la decoración de sobredinteles y piezas de clave. [...]