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Diego de Pontac

Biografía

Pontac, Diego de. Huesca, c. 1602 – Madrid, 1.X.1654. Compositor y maestro de capilla.

Una de las principales fuentes para conocer la vida de Diego de Pontac es el Discurso del Maestro Pontac remitido al racionero Manuel Correa, documento autobiográfico impreso que se encuentra en la actualidad en la Biblioteca Nacional de Lisboa. La copia de dicho discurso se puede consultar en los llamados Papeles Barbieri de la Biblioteca Nacional (ms. 14069) y en la publicación de los mismos a cargo del portugués Vasconcellos (1900) y en época más reciente de Emilio Casares (1996). En el Discurso, fechado el 22 de junio de 1633, afirma Pontac que tiene treinta años, por lo que es de suponer que nació en torno a la segunda mitad de 1602 o en la primera de 1603. En opinión de Pilar Ramos, es más probable la primera fecha, ya que también asegura que al obtener el magisterio del Hospital Real de Zaragoza contaba con diecisiete años y la oposición tuvo lugar en 1619. No se refiere Pontac a su lugar de nacimiento: mientras que Hudson se inclinaba por Zaragoza, López-Calo afirmó que nació en Loarre, dato que ha sido repetido por un buen número de investigadores, pero Jambou demostró su procedencia oscense al descubrir el testamento de Pontac. En la actualidad, además del testamento, otros dos documentos corroboran que Pontac nació en Huesca: el expediente de limpieza de sangre y, por otro lado, la carta de naturaleza, requerida para poder acceder a una ración en Granada, localizada por Jambou en el Archivo Histórico Nacional.

De Loarre sí era originaria su familia paterna mientras que la materna procedía de Huesca.

Pontac afirma en su Discurso que se trasladó a Zaragoza con sus padres, ciudad en la que ingresó en calidad de seise, formándose en el canto y contrapunto con Pujol, Berge y Ruimonte, teniendo acceso de esta manera a dos importantes tradiciones musicales: la catalana a través de Pujol y la franco-flamenca gracias a sus estudios con Ruimonte. A la temprana edad de diecisiete años obtuvo el magisterio del Hospital Real de Nuestra Señora de Gracia Zaragoza, siendo uno de los compositores más jóvenes en lograr un puesto de tal naturaleza y responsabilidad. Según Calahorra, la citada capilla constaba de maestro, organista, y cuatro cantores, siendo Pontac su último maestro de capilla conocido, aunque la mencionada capilla siguió funcionando hasta finales del siglo XVII.

Abandonó Zaragoza en fecha desconocida con destino a Madrid, con el propósito de perfeccionar sus estudios musicales con Mateo Romero (Maestro Capitán) y Nicolás Dupont, miembros de la rama flamenca de la Real Capilla. Para Pilar Ramos, “la enseñanza del primero fue tan importante que, cuando el rey João IV de Portugal encargó que se le enviasen todas las obras del fallecido maestro Capitán, al no localizar sus manuscritos, le enviaron obras de su discípulo, Diego de Pontac”. En todo caso, la estancia en Madrid no debió de ser muy duradera, ya que en noviembre de 1622 opositó al magisterio de capilla de Plasencia, que no obtuvo. En dicha oposición intervino como examinador Diego Bruceña, maestro de capilla de la Catedral de Zamora, y a ella concurrieron, además de Pontac, Diego de Grados, sustituto de maestro de capilla de la Catedral de Sevilla, Manuel Rodríguez Galván, maestro de capilla de la Catedral de Badajoz, Juan de Riscos, maestro de capilla de Ugeda, y Jerónimo de León, maestro de capilla de Medina del Campo. Finalmente fue el maestro de Grados quien llevó la plaza.

Sí ganó, por el contrario, la plaza de maestro de la Catedral de Salamanca en sustitución de Sebastián Vivanco; sin embargo, y a diferencia de otros maestros, como es el caso del propio Vivanco, Pontac no simultaneó el magisterio catedralicio con la Cátedra universitaria de Música, función esta última desempeñada por Roque Martínez. Según Barbieri no consta en las actas salmantinas cuándo accedió al cargo de maestro de capilla, pero ya figura el 1 de octubre de 1622 con su propio nombre, cesando el 13 de agosto de 1627 por haber tomado posesión del magisterio en la Catedral de Granada. En cualquier caso, sustituir a los veinte años a una personalidad como Vivanco, da muestra de la excelente preparación musical de Diego de Pontac. Llama la atención de todas maneras que no se haya conservado ninguna obra suya en el archivo de música de la Catedral salmantina.

Según su Discurso, Pontac no se trasladó a Granada desde Salamanca, sino que antes pasó por el Monasterio de la Encarnación de Madrid, donde permaneció durante unas pocas semanas del verano de 1627, a tenor de las fechas de abandono de Salamanca y toma de posesión en Granada. El Cabildo granadino, tras el fallecimiento del maestro Luis de Aranda, ofertó la plaza al maestro de la Capilla Real y al maestro de Salamanca, Diego de Pontac. A éste se le escribió “diciendo la noticia que el Cabildo ha tenido de su habilidad y destreza”, elogios que demuestran el prestigio que había alcanzado en Salamanca pero finalmente se le examinó en solitario el 27 de julio de aquel año ante “el Cabildo y muchas personas eminentes en el arte que para este efecto fueron convidadas, y todos a una voz han dicho que el dicho Pontac es muy capaz y eminente”, por lo que fue elegido como maestro “con el mismo salario y condiciones con que lo tenía Luis de Aranda, su antecesor”. Para Pilar Ramos, es posible que en el tribunal de oposición estuviese Carlos Patiño, por entonces maestro de capilla del Salvador, quien se había ofrecido a la Catedral para ocupar el magisterio vacante o para examinar a los opositores. Con el transcurrir del tiempo, Patiño se convertiría en maestro de la Real Capilla de Madrid y Pontac vicemaestro de la misma. Los primeros años granadinos se vieron ensombrecidos por el altercado ocurrido en junio de 1629, cuando Pontac abofeteó a un cantor sacerdote, situación que causó su expulsión, pero para que ésta fuera efectiva, se precisaba la autorización final del arzobispo, el cardenal Spínola, quien no se mostró de acuerdo con la medida, a pesar de las presiones de los canónigos a favor de la expulsión del compositor aragonés. Ello dio lugar a un prolongado pleito que se extendió durante diez meses, finalizando con la readmisión de Pontac. A lo largo de los diecisiete años de estancia en Granada (el magisterio más prolongado de todos los que Pontac desempeñó) intentó tres veces, sin éxito, trasladarse a otras catedrales (Jaén, Córdoba y Santiago) entre septiembre de 1637 y enero de 1638, pero sólo obtuvo licencia para opositar en la ciudad de Jaén —donde ganó José de Escobedo— y probablemente no llegó a realizar las otras dos oposiciones.

En 1644 había quedado vacante el magisterio de capilla de Santiago de Compostela y el Cabildo gallego decidió no recurrir al sistema de oposición pública, sino elegir “el que mejor le pareciere”. Pontac se presentó en persona y fue elegido maestro con un sueldo más elevado y gozando además de la categoría de canónigo, aunque sin voz ni voto, todo lo cual significaba un sustancial avance en comparación con su situación en Granada. Entre otras actividades, el cabildo de Santiago ordenó a Pontac que reclutara seises en Castilla y otros lugares a lo largo de tres meses. Su estancia en Granada se prolongó durante tres años (1644-1647) y se ignora dónde residió entre octubre de 1647 (fecha en que abandonó la Catedral de Santiago, aunque a los efectos legales siguió siendo su maestro hasta septiembre del año siguiente) y septiembre de 1649, cuando optó al magisterio de la Seo de Zaragoza.

En 1649 había quedado vacante el magisterio de la Seo zaragozana por fallecimiento de Sebastián Romeo.

El tribunal de la oposición estaba formado por el organista José Jiménez, Urbán de Vargas, maestro de capilla de Nuestra Señora del Pilar, y Francisco Salazar.

Las candidatos, además de Pontac, fueron Sebatián Alfonso, maestro de Huesca, y Gracián Babán, que finalmente no participó. Después de cinco días de intensas pruebas, Pontac fue nombrado maestro de la Seo el 2 de septiembre de 1649 por sus “conocidas ventajas en el magisterio y destreza”, tal como recoge Calahorra. Además de las actividades propias de su cargo en la Seo, Pontac fue comisionado para actuar como miembro del tribunal que juzgó al magisterio de capilla de la Catedral de Pamplona. Sin embargo, tal como había ocurrido anteriormente, la estancia en Zaragoza fue más bien breve, pues apenas llegó al año, tal como lo señalan las actas de la Seo: “vacóse el Magisterio de Capilla que tenía el Maestro Pontac por haberse sabido que se fue a Valencia a pretender el Magisterio de aquella iglesia” (8 de julio de 1659) y antes de cumplirse un mes, el magisterio ya estaba ocupado por el padre Manuel Correa, que a la sazón ocupaba igual cargo en la Catedral de Sigüenza. A pesar de su breve paso por Zaragoza, se conservan en la actualidad las dos únicas obras en castellano que quedan de Pontac y que fueron publicadas por Antonio Ezquerro.

Con motivo del fallecimiento de Francisco Navarro en agosto de 1650, se convocaron oposiciones al magisterio de capilla de Valencia. El tribunal estaba compuesto por su presidente, Jerónimo de la Torre, por Pablo Segarra y Jerónimo Comes, acólito de la Catedral. En esta ocasión, además de Pontac, se presentaron Francisco Morales, de Onteniente, y Marcelo Settimio, maestro de Segorbe. El maestro aragonés volvió a alzarse con la plaza, siendo elegido el 4 de agosto de 1650. Entre los infantillos que Pontac tuvo bajo su responsabilidad en Valencia, se encontraba Lluís Vicenc Gargallo, destinado a convertirse en el futuro en uno de los más destacados compositores del barroco español. Pilar Ramos sugiere la hipótesis que Gargallo siguiese recibiendo lecciones de Pontac “después de finales del año 1651 o principios de 1652, fechas en las que Gargallo dejó su puesto de infante en la catedral valenciana”. Pontac fue sustituido en Valencia en noviembre de ese mismo año por Urbán de Vargas, maestro de capilla de la Catedral de Burgos.

El siguiente destino del “viajero” compositor era de nuevo Madrid y la Real Capilla.

En 1653 ocupaba el magisterio real Carlos Patiño, el cual debió de conocer a Pontac al menos desde 1627, cuando ambos compositores coincidieron en Granada, tal como se ha visto anteriormente. Desde que en 1629 abandonara su puesto el último vicemaestro, Antonio Vas, el maestro de la Capilla Real era asimismo responsable de los cantorcicos, que desde 1639 se incrementaron hasta once. Así pues, Patiño desempeñaba los cargos de maestro, vicemaestro y rector del Colegio de Cantorcicos. Cuando Patiño dimitió de esta última institución, se vio la necesidad de buscar un vicemaestro, y fue elegido Diego de Pontac. Sin embargo, el compositor aragonés falleció al poco tiempo de tomar posesión de su nuevo puesto en la Real Capilla, hecho luctuoso que acaeció el 1 de octubre de 1654.

Por lo que se refiere a su obra musical, la mayor parte de su producción conservada es de carácter sacro y se enmarca en la denominada prima prattica asociada al estilo renacentista, todavía presente en la música española de la primera mitad del siglo XVII.

La única pieza compuesta en seconda prattica es justamente la única obra escrita en castellano íntegramente: el romance La más tirana osadía. Para Pilar Ramos “Pontac era un compositor bilingüe, como debía serlo cualquier buen músico de su época”.

 

Obras de ~: Misas: Missa Beatus Laurentius, a 4 voces, 1631; Missa Beatus vir, a 8 voces, Monasterio de Montserrat; Missa Cardinalis Spinola, a 6 voces, 1631; Missa de feria, a 4 voces, 1631; Missa In exitu Israel de Aegypto, a 4 voces, 1631; Missa Quam pulchri sunt, a 4 voces, 1631; Missa Tribus miraculis, a 4 voces, 1631; Missa Veni, dilecte mi, a 8 voces, Monasterio del Escorial.

Salmos: Beatus vir, a 8 voces, Archivo de las Catedrales de Zaragoza; Circumdederunt me dolores mortis, a 6 voces, 1631; Cum invocarem, a 8 voces, Monasterio del Escorial; Cum invocarem, a 12 voces, Monasterio de El Escorial; Cum invocarem, a 8 voces, Archivo de las Catedrales de Zaragoza; Dixit Dominus, a 8 voces, Monasterio de El Escorial; In te, Domine, speravi, a 10 voces, Monasterio de El Escorial; Laetatus sum, a 8 voces, Archivo de las Catedrales de Zaragoza; Lauda Jerusalem, Archivo de las Catedrales de Zaragoza; Laudate Dominum, a 8 voces, Catedral de Valencia; Miserere mei Deus, a 6 voces, Monasterio de El Escorial.

Cánticos: Magnificat, a 8 voces, Archivo de las Catedrales de Zaragoza; Magnificat, a 11 voces, Monasterio del Escorial; Magnificat, Archivo de las Catedrales de Zaragoza; Nunc dimittis, a 8 voces, Monasterio de El Escorial; Nunc dimittis, a 12 voces, Monasterio de El Escorial.

Oficios: Officium Defunctorum, a 4 voces, 1631.

Antífonas: Asperges, a 4 voces, 1631; Factus est repente, a 8 voces, Catedral de Granada; In patientia vestra, a 4 voces, 1631; Vidi aquam, a 4 voces, 1631; Zachaee festinans descende, a 4 voces, 1631.

Comuniones: Christus resurgens ex mortuis, a 4 voces, 1631; Ioseph fili David, a 4 voces, 1631.

Graduales: Haec dies quam fecit Dominus, a 4 voces, 1631.

Motetes: Ioseph sponsus virginis Mariae, a 4 voces, 1631.

Ofertorios: Dextera Domini, a 4 voces, 1631.

Responsorios: Domine quando veneris, a 6 voces, 1631.

Obras en castellano: Jácara El valentón de los cielos, a 8 voces, Archivo de las Catedrales de Zaragoza; Romance La más tirana osadía, a 8 voces, Archivo de las Catedrales de Zaragoza.

Obras instrumentales: Dúo, 1631; Tercio, 1631.

Ediciones: en A. Ezquerro, El músico aragonés Diego de Pontac (1603-1654), maestro de capilla de la Seo de Zaragoza, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1991; P. Ramos, La música en la Catedral de Granada en la primera mitad del siglo XVII: Diego de Pontac, Granada, Diputación Provincial, 1994.

Escritos: Discurso del Maestro Pontac, autobiografía, Biblioteca Nacional de Lisboa.

 

Bibl.: Primeira parte do index da livraria de música do muyto alto e poderoso rey Dom Joao IV Nosso Senhor, por orden de sua Mag., 1649 (ed. de J. de Vasconcellos, Oporto, Impresa Portuguesa, 1874); H. Eslava, Lyra sacro-hispana, Madrid, Mariano Salazar, 1869; J. Ruiz de Lihory, La Música en Valencia, Valencia, 1903; J. Subirá, “Musics espanyols del segle XVII: Diego de Pontac”, en Revista Musical Catalana, n.º 31 (1934); J. Subirá, “Necrologías musicales madrileñas (años 1611-1808)”, en Anuario Musical, XIII (1958); J. López-Calo, “Músicos españoles del pasado. Escuela granadina: Diego de Pontac (I y II)”, en Tesoro sacro-musical, n.os 45 y 46 (1961 y 1962); P. Becquart, Musiciens néerlandais à la cour de Madrid. Philippe Rogier et son école (1560-1647), Bruxelles, Académie Royale de Belgique, 1967; P. Calahorra, La música en Zaragoza, siglos XVI-XVII, II. Polifonistas y ministriles, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1977; Historia de la Música en Aragón (siglos I-XVII), Zaragoza, Librería General, 1977; VV. AA., La música en el Barroco, Oviedo, Universidad, 1977; M. Querol, Villancicos polifónicos del siglo XVII, en Música barroca española, vol. III, Barcelona, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1982; J. López- Calo, Historia de la música española. 3. Siglo XVII, Madrid, Alianza Editorial, 1983; L. Jambou, “Documentos relativos a los músicos de la segunda mitad del siglo XVII de las Capillas Reales y Corte de Madrid, sacados de su archivo de protocolos”, en Revista de Musicología, vol. XII-2 (1989); A. Ezquerro, El músico aragonés Diego de Pontac (1603-1654), maestro de capilla de la Seo de Zaragoza, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1991; A. Ezquerro, “El músico aragonés Diego de Pontac (1603- 1654), maestro de capilla de La Seo de Zaragoza”, en Nassarre, VIII (1992), págs. 187-210; P. Ramos, La música en la Catedral de Granada en la primera mitad del siglo XVII: Diego de Pontac, Granada, Diputación Provincial, 1994; B. Hudson, “Pontac, Diego de”, en VV. AA., The New Grove Dictionary of Music and Musicians, London, Macmillan, 2001; P. Ramos, “Pontac, Diego de”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la música española e hispanoamericana, vol. VIII, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 2002; págs. 897-898.

 

Paulino Capdepón Verdú

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