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Sebastián de Matienzo

Biografía

Matienzo, Sebastián de. Sebastián de Alvarado y Alvear. Burgos, 1588 – Pamplona (Navarra), 20.III.1644. Jesuita (SI), profesor de Humanidades, traductor, retórico y poeta.

Supuesto miembro de una ilustre familia burgalesa, afincada en el valle de Carranza, y semillero, según Martínez Añíbarro, de “notables miembros para la corte de reyes, la Iglesia y las artes”, pasó la mayor parte de su vida en Pamplona. En 1605, sin haber alcanzado la mayoría de edad, ingresó en la Compañía de Jesús, haciendo los votos perpetuos dieciséis años más tarde. De su formación personal y académica no se conservan datos efectivos, si bien se adivina una temprana afición a las ciencias humanas y, en particular, al estudio de los clásicos latinos. Tal se infiere, al menos, del conjunto de sus obras, de su faceta de traductor y, especialmente, de la labor docente que desarrolló durante más de treinta años, en colegios jesuíticos como el de Vergara, el de Villa García y, especialmente, el de Pamplona. Menéndez Pelayo, por su parte, lo identifica con el preceptor del marqués del Espinar, hijo de Carlos Coloma, quien fuera conocido por sus traducciones de Tácito y, sobre todo, por el retrato que, como general de las armas reales, le dedicó Velázquez en La Rendición de Breda. A Coloma, precisamente, le dedica Matienzo su Heroyda ovidiana, quizá su obra más importante y, sin duda, la más controvertida.

Contemporáneo de Baltasar Gracián, Matienzo aparece mencionado por su nombre, y ensalzado como “nuestro grande amigo”, en el Discurso IX de Agudeza y arte de ingenio (1648), donde se le elogia por sus comentarios a una de las epístolas de Ovidio, aquella centrada en el abandono de Dido por parte de Eneas. De la amistad entre ambos escritores, no obstante, no quedan más indicios que esta cita. La misma, aun así, contribuiría a despejar la autoría de la recién mentada Heroyda, la cual, hasta principios del siglo XX, se creía obra de un tal Sebastián de Alvarado y Alvear, también procedente de Burgos y presunto artífice de unos comentarios a La Aquileida de Estacio Papinio. Fue Uriarte quien, basándose en dicha cita y, especialmente, en el “Aviso al lector” que el padre Diego de Velasco colocara al frente de otra glosa de Matienzo dedicada a La Eneida, logró por fin constatar que no era sino el jesuita el que se ocultaba tras dicho nombre. Antes de dicha verificación, ya Gallardo había expresado sus reservas en torno a la existencia de Alvarado, mas tanto Menéndez Pelayo como Martínez Añíbarro le habían restado crédito a tal reparo, alegando, este último, que se trataba de un apellido muy común en la zona de Burgos.

Nancy Palmer Wardropper, quien volviera sobre el tema de la autoría hace pocos años, dice, a propósito de la Heroyda, que “toca unos temas sensibles para la época”, lo cual ayudaría a explicar su publicación en Francia y la ocultación del autor bajo un nombre falso. En cualquier caso, el principal interés que tal obra conserva en la actualidad estriba en motivos muy diferentes: en las numerosas citas a autores españoles —hasta un total de ciento setenta— que pueblan sus páginas; autores que, además de escribir en castellano, eran rigurosos contemporáneos de Matienzo. Luis de Góngora, Mira de Amescua, los Argensola, Garcilaso y, sobre todo, Lope, se erigen, entre muchos otros, en criterio de autoridad para secundar las afirmaciones del jesuita, delatando el carácter decididamente reivindicativo de la empresa. A propósito de dicho aspecto, comenta el propio Lope, en su Laurel de Apolo (1630), que “obligados” deberían sentirse “los ingenios españoles”, ya que “de su pluma [la de Matienzo/ Alvarado] honrados, / Todos parecen en su espejo soles”.

No se tiene constancia, a pesar de todo, de que existiera relación personal alguna entre Matienzo y el Fénix de los Ingenios.

Por lo que se refiere al resto de la producción de Matienzo, va en una línea de erudición similar, si bien se encuentra redactada íntegramente en latín. Por un lado, están las ya aludidas Commentationes a la epopeya de Virgilio, publicadas tras la muerte del autor en Lyon; por otro, el tratado Syntagma rhetoricum, firmado con el seudónimo de “Sebastianus Burgensis” y centrado en los diferentes géneros de la retórica y en los tipos de progimnasmas (o ejercicios preparatorios); y por último, unos enigmáticos Commentaria in Epistolam I. Ouidij, citados por los bibliógrafos de la Compañía, supuestamente impresos en Pamplona en 1630, cuyo contenido y paradero son, pese a todo, desconocidos. Wardropper, basándose, más que nada, en su título, los supone una traducción al latín de la Heroyda, desechando, con ello, la posibilidad de que se tratase de un comentario en torno a otra epístola ovidiana.

Para concluir, no queda más que reseñar la faceta de traductor de Matienzo, advertida ya en sus comentarios pero que cobra especial relieve en su versión en castellano de la obra Hortulus Marianus, del también jesuita Francisco de la Cruz. También existen algunos poemas dispersos, escritos en latín y localizados en recopilaciones tan heterogéneas como la “Fundación” de la ciudad leonesa de Astorga o la “Relación” de festejos celebrados por la Compañía con motivo de la canonización de san Ignacio de Loyola y san Francisco Javier, cuyo interés, pese a todo, difícilmente rebasa lo anecdótico. En cuanto a la supuesta paráfrasis de La Aquileida anunciada en la Heroyda, no se conocen más noticias.

 

Obras de ~: Syntagma rhetoricum siue De oration rhetorice et artificiose texenda: ex Aristotelis, Ciceronis & Quintiliani praeceptis praecipue depromptu & concinnatum, Pamplona, ex officina Carola a Labayen, 1616; [Poemas], en F. de Monforte y Herrera, Relacion de las fiestas que ha hecho el Colegio Imperial de la Compañia de Iesus de Madrid en la canonizacion de San Ignacio de Loyola, y S. Francisco Xauier, Madrid, Luis Sánchez, 1622 (Real Academia Española, sig. 31-A-72 y 17-VI-19); (seud.), Heroyda ouidiana. Dido a Eneas: con parafrasis española y morales reparos ilustrada, Burdeos, en casa de Guillermo Millanges, 1628; Aprobación de Campendio histórico de diversos escritos, de Jacinto de Aguilar y Prado, Pamplona, 1629; Aprobación de Libro de las cinco excelencias del español, de Diego Felipe Xuarez, Pamplona, 1629; Commentaria in Epistolam I. Ouidij [Pamplona] [1630]; [Poema en los prolegómenos de], P. de Junco, Fundacion, nombres, y armas de la ciudad de Astorga, Pamplona, Martín de Labàyen, 1635 (ed. facs. León, Ediciones Leonesas [1983]); Aprobación de Triumpho de Navarra y vittoria de Fuenterrauia, Pamplona, 1638; Francisco de la Cruz, Iardin de María o Practica de deuociones varias con la Beatissima Virgen, trad. de ~, Salamanca, Diego de Cossío, 1655; R. P. Sebastiani de Matienzo Burgensis Societatis Iesu, Commentationes Selectae Ethicae Politicae, in P. Virgilii Maronis Aeneiden, Lyon, Sumpt. Horatii Boissat & Georgii Remeus, 1662.

 

Bibl.: P. de Ribadeneyra, P. Alegambe y N. S otvello, Bibliotheca scriptorum societatis Jesu, Roma, ex Typographia Iacobi Antoniij de Lazzaris Veresij, 1676, pág. 736; N. Antonio, Biblioteca Hispana Nova, t. II, Madrid, Joaquín de Ibarra, Viuda y Herederos de Joaquín de Ibarra, 1783, págs. 305 y 310 (Madrid, Fundación Universitaria, 1999); B. J. Gallardo, Ensayo de una Biblioteca Española de libros raros y curiosos, formado con los apuntamientos de don Bartolomé José Gallardo, coordinados y aumentados por M. R. Zarco del Valle y Sancho Rayón, t. I, Madrid, Imprenta y Estereotipia de M. Rivadeneyra, 1863-1889, cols. 163-164 (ed. facs. Madrid, Gredos, 1968); A. de Backer, Bibliotheque des écrivains de la Compagnie de Jesus, t. II, Liège, Gradmont-Donders, 1872, pág. 1149; M. Martínez Añíbarro y Rives, Intento de un diccionario biográfico y bibliográfico de autores de la provincia de Burgos, Madrid, Manuel Tello, 1889, pág. 351; C. S ommervogel (SI), Biblioteque de la Compagnie de Jesus, t. V, Bruxelles, Imprimerie Polleunis et Ceuterick, 1894, pág. 719; J. E. Uriarte, Catálogo razonado de obras anónimas y seudónimas de autores de la Compañía de Jesús pertenecientes a la antigua iglesia española, t. III, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1906, págs. 221-222; A. P érez Goyena (SI), Ensayo de bibliografía navarra desde la creación de la imprenta en Pamplona hasta el año 1910, t. II, Burgos, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1949; M. Menéndez Pelayo, Biblioteca de traductores españoles, t. I, Santander, CSIC, 1952-1953, págs. 77-80; J. Rico Verdú, La retórica española de los siglos XVI y XVII, Madrid, CSIC, 1973, págs. 157-158; Simón Díaz, Bibliografía de la Literatura Hispánica, XIV, Madrid, CSIC, 1984, pág. 404; J. N . P almer Wardropper, “Sebastián de Matienzo y su Heroyda ovidiana”, en J. Amor y Vázquez et al. (coords.), Actas del VIII Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, t. II, Madrid, Ediciones Istmo, 1986, págs. 711-718; R. González Cañal, “Dido y Eneas en la poesía española del Siglo de Oro”, en Criticón, 44 (1988), págs. 25-54; A. Blecua, “Sebastián de Alvarado y Alvear, el P. Matienzo y Baltasar Gracián”, en E. Artaza et al. (coords.), Estudios de filología y retórica en homenaje a Luisa López Grigera, Bilbao, Universidad de Deusto, 2000, págs. 77-127.

 

Miguel Carrera Garrido

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