Ledesma, Pedro de. Sevilla, c. 1460 – 2.I.1516. Piloto destacado en los primeros viajes, acompañó a Colón en el tercero y cuarto viajes y fue como piloto en el viaje de Pinzón y Solís al Yucatán.
Era natural de Sevilla y pudo nacer en torno a 1460.
Entre sus características externas destacaba su aspecto de “hombre fiero, de cuerpo muy grande y la voz gruesa”, además de ser pendenciero, pero muy hábil en su oficio de piloto.
Para Alicia B. Gould, la mejor conocedora de los tripulantes colombinos, no formó parte de la tripulación del primer viaje descubridor del Nuevo Mundo, aunque algunos lo hayan sostenido.
En 1498, el piloto Pedro de Ledesma acompañó a Cristóbal Colón reconociendo la punta de la Galea, entrando por la Boca del Dragón para ir en busca de la isla La Española, según declaró él mismo en el interrogatorio del fiscal del año 1513.
Durante el verano del año 1500, Ledesma presenció en Sevilla el regreso de las expediciones de Lepe (julio) y de Pinzón (finales de septiembre).
El 11 de mayo de 1502 dejaba el puerto de Cádiz formando parte de la tripulación del cuarto viaje colombino “por capitán e piloto de la nao Vizcaína”, como declaró él mismo.
Pedro de Ledesma fue un informante destacado de Las Casas sobre el cuarto viaje colombino. En las cercanías de Veragua le contó que “salieron a los navíos ochenta canoas con mucho oro, y que no quiso el Almirante recibir alguna cosa. Su hijo del Almirante, Hernando Colón, que allí andaba, puesto que niño de trece años, no hace mención de ochenta canoas, pero pudo ser que viniesen ochenta: una vez diez y otras veinte y así llegasen a ochenta; y es de creer que mejor cuenta ternía desto el piloto dicho (Ledesma), que era de cuarenta y cinco y más años, que no el niño de trece (Hernando Colón)”.
Durante este cuarto viaje llevó a cabo una acción valiente en la costa de Belén a favor de unos marineros en peligro de quedar aislados en una isleta en el mar. Por su información e influencia fueron rescatados.
En Jamaica, al regreso del cuarto viaje colombino, Pedro de Ledesma se unió al grupo de los rebeldes encabezados por los Porras contra los Colón. Tras el enfrentamiento llevado a cabo el 17 de mayo de 1504, salió tan malherido que fue un milagro que no muriese.
La descripción que ha dejado Las Casas sobre este capítulo de Ledesma merece ser relatado: tenía una herida “en la cabeza que se le parescían los sesos; otra en el hombro, que, como perdiz lo tenían descoyuntado y le colgaba del astilla todo el brazo, y la una pantorrilla, a raíz del güeso, desde la corva, cortada y colgando hasta el tobillo, y el un pie, como quien le pusiera una suela o chinela, cortado desde el calcañar hasta los dedos; y así caído en el suelo, llegaban los indios del pueblo a él y con palillos abríanle las heridas para ver las llagas que hacían las espadas, y cuando le molestaban decía: “pues si me levanto”, y con sólo aquello botaban a huir como asombrados; y no era maravilla, porque era un hombre fiero y de cuerpo muy grande y la voz gruesa”. Durante dos días estuvo sin ser rescatado, ni recibir una gota de agua, lo que fue milagro que sobreviviese. Ni el cirujano que lo cuidó se lo podía explicar. Como no había trementina sólo se le pudo curar con aceite. Finalmente, “con todas escapó, y yo le vide después desto en Sevilla, sano como si no hubiera padecido nada; pero no muchos días pasados desque yo le vide, oí decir que lo habían muerto a cuchilladas”.
En 1508, Pedro de Ledesma formó parte del viaje descubridor que protagonizaron Vicente Yáñez Pinzón y Juan Díaz de Solís hacia el Yucatán o Especiería.
Para ese viaje, el Rey ordenó a los oficiales de la Contratación, el 28 de marzo, que nombrasen dos pilotos de respeto, uno de los cuales sería Pedro de Ledesma.
No se conoce en qué navío viajó, aunque probablemente fuera en el de Juan Díaz de Solís.
Este viaje pretendía navegar “a la parte del Norte fazia el Occidente”, es decir, había que seguir descubriendo a partir del límite donde se había quedado el cuarto viaje colombino, a partir de las actuales costas de Nicaragua y Honduras. Pocas personas reunían condiciones tan favorables como las de Pedro de Ledesma, pues, además de experimentado piloto, navegó con Colón en el cuarto viaje, es decir, por donde tenían que navegar ahora. Sería el encargado de conducir la armada de Pinzón y Solís hacia las tierras centroamericanas, a partir de donde lo había dejado Colón, y en busca del ansiado estrecho que comunicaría con el Maluco.
Una peculiaridad de Ledesma era su carácter difícil y lo dado que era a hablar de la gente. Aquellas viejas rencillas entre Ledesma y los Colón que surgieron durante el cuarto viaje no habían desaparecido, pues por abril de 1508, en Sevilla, el piloto iba difamando los descubrimientos colombinos, tal como cuenta Diego Méndez en carta a Diego Colón.
Después del 23 de marzo en que se ultimaron los detalles de la expedición y recibieron la capitulación correspondiente, marcharon en dirección a Sevilla a preparar la armada. Ésta se componía de dos navíos, La Magdalena, bajo el mando de Solís, y la San Benito, a cuyo frente iba Yáñez Pinzón. La tripulación la formaban unos sesenta hombres, o quizá alguno más. De los dos pilotos, se conoce uno: Pedro de Ledesma, que probablemente iba en el navío de Solís. Llevaba un sueldo de 24.000 maravedís. El objetivo final de la armada era buscar un estrecho y alcanzar las islas de la Especiería, como había prendido el cuarto viaje colombino.
A finales de junio de 1508, la expedición dejó Sevilla y se dirigió a las Canarias. Desde ahí, atravesó el Atlántico y se dirigió a Centroamérica. Según la capitulación de 1508, la ruta a seguir sería la siguiente: la flota se encaminaría hacia el cabo de Honduras y desde allí, costeando la tierra, se dirigiría hacia el lado occidental, tomando luego dirección norte, por la actual costa Este de Yucatán, hasta alcanzar los 23º N, según declaró el piloto Pedro de Ledesma en los Pleitos Colombinos.
De ahí regresaron a la isla La Española, en la que debieron informar de primera mano a Ovando y más tarde a Hernando Colón de tales descubrimientos y del fracaso sobre las previsiones descubridoras del estrecho.
Pedro de Ledesma regresó a la Península desde La Española en el navío de Vicente Yáñez Pinzón.
Arribaron a España a finales de agosto de 1509. Hacia el mes de noviembre, Pedro de Ledesma estaba en la Corte informando al Rey, y allí debió también de coincidir e informar igualmente a Hernando Colón.
En 1510 no dejó de hacer viajes comerciales a la isla La Española. En la carabela San Benito transportó velas y cabos de cuerdas.
El 20 de marzo de 1510, Pedro de Ledesma recibió una carta de pago del Rey dirigida a los oficiales de la Casa de la Contratación de las Indias para que se le pagase todo lo que se le debía del viaje que hizo con Pinzón y Solís.
El 7 de diciembre de 1511, Pedro de Ledesma fue nombrado piloto de la Casa de la Contratación con una quitación o sueldo anual de 24.000 maravedís. El 16 de julio de 1513 se le aumentaba 6.000 más.
El 8 de septiembre de 1512, el Rey concedía a Pedro de Ledesma, junto con Vicente Yáñez Pinzón y Lorenzo Pinelo, nuestros pilotos, una vivienda en los Alcázares, para que estén más cerca y más a mano.
Un Bartolomé Díaz, cómitre del Rey, vecino de la collación de San Lorenzo, del barrio sevillano de Triana, enriquecido y bien relacionado con las Indias, fuente de información de Las Casas, se enfrentó con el piloto Pedro de Ledesma en una reyerta. Después de darle Díaz una cuchillada, lo dejó tan malherido que falleció pocos días después, el 2 de enero de 1516, en Sevilla.
Bibl.: M. de la Puente y Olea, Los trabajos geográficos de la Casa de la Contratación. Sevilla, Escuela Tipográfica y Librería Salesianas, 1900; A. Ballesteros Beretta, Cristóbal Colón y el Descubrimiento de América, Barcelona-Buenos Aires, Salvat Editores, 1945, 2 vols.; E. Morison, Cristóbal Colón. El Almirante de la Mar Océano, Buenos Aires, Librería Hachette, 1945; M. Giménez Fernández, Bartolomé de Las Casas. Vol. I, El plan Cisneros-Las Casas para la reformación de las Indias, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-americanos, 1953; J. Pérez de Tudela, “Las Armadas de Indias y los orígenes de la política de colonización (1492-1505)”, en Revista de Indias, años XIV y XV, n.os 57-58, 59, 60 y 61-62 (1956); B. de las Casas, Historia de las Indias, ed. de J. Pérez de Tudela, Madrid, BAE, 1957, 2 vols.; G. Fernández de Oviedo, Historia general y natural de las Indias, ed. y est. prelim. de J. Pérez de Tudela, Madrid, BAE, 1959, 5 vols.; M. Giménez Fernández, Bartolomé de Las Casas. Vol. II, Política inicial de Carlos I en Indias, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-americanos, 1960; R. Ezquerra, “El viaje de Pinzón y Solís al Yucatán”, en Revista de Indias, n.os 119-122 (1970), págs. 217-238; J. Manzano y Manzano y A. M. Manzano Fernández-Heredia, Los Pinzones y el descubrimiento de América, Madrid, Cultura Hispánica, 1988, 3 vols.
Luis Arranz Márquez