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Sebastián de Soto Cortés

Biografía

Soto Cortés, Sebastián de. Labra (Asturias), 25.IV.1833 – 17.V.1915. Bibliófilo, coleccionista y anticuario.

Sebastián de Soto Cortés era hijo de Felipe de Soto Posada y de la segunda esposa de éste, María Cortés Llanos. Su cuna le permitió recibir una educación esmerada. Probablemente realizó sus estudios de primeras letras en su concejo natal. Cursó estudios de segunda enseñanza en Oviedo entre los años 1845 y 1849, año en que obtuvo el grado de Bachiller en Filosofía. Tras un año preparatorio, inició los estudios de Jurisprudencia en Oviedo, realizando en dicha ciudad el primer curso (1850-51), y parte del segundo (1851-52), estudios en los que se licenció en 1857 por la Universidad de Valladolid, adonde se había trasladado con sus padres. Aunque no tuvo dificultad para concluir sus estudios, no sintió demasiado interés por el mundo académico. Después de la muerte de su padre, cuando Sebastián contaba con treinta y un años, compaginó una vida de hidalgo culto y rico con la dedicación que precisaba el extenso y cuantioso patrimonio familiar heredado.

Fue diputado provincial entre 1860 y 1863, como representante de Cangas de Onís. En la Diputación correspondiente a los años 1884-1886 también fue diputado, aunque en esta ocasión representaba a Llanes. Había sido nombrado el 1 de agosto de 1886, en sustitución de Ramón Faes y Bernaldo de Quirós, pero no llegó a tomar posesión del cargo y renunció al mismo. En la Diputación correspondiente a los años 1886-1888, Ramón Faes continuaba siendo diputado por Llanes, aunque en situación de suspenso, y Sebastián de Soto fue nombrado interino, pero tampoco tomó posesión y renunció el 16 de mayo de 1887. Aunque tuvo algún protagonismo en la vida política del Principado de Asturias, la actividad pública no atrajo especialmente su atención.

Mayor fue su interés en cuestiones artísticas y arqueológicas. El 18 de mayo de 1877 fue propuesto como miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia por Amador de los Ríos, Fort y Lafuente, en la que fue vocal hasta su muerte. También fue vocal de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia de Oviedo, como correspondiente por Posada de Llanes.

El rico patrimonio heredado, que no dejó de administrar y aumentar a lo largo de su vida, le permitió dedicarse a disfrutar del ocio. Fue hombre de intensa vida social y gustos escogidos, gran viajero y un verdadero apasionado de los caballos y del mundo de los toros, pero, sobre todo, un amante de los libros, de la arqueología y de las antigüedades, que coleccionó hasta su muerte, ocurrida el 17 de mayo de 1915. Murió sin hijos y sin hacer testamento.

Había heredado de su padre una gran colección bibliográfica, que acrecentó a lo largo de su vida con libros que respondían a sus pasiones e intereses: esgrima, caza, hípica, cetrería, gineta y albaitería, así como arte, arqueología, pintura, arquitectura, música, historia, guías de museos y ciudades... A su muerte, la biblioteca de Sebastián de Soto Cortés era la mejor de Asturias y una de las más destacadas de España en cuanto a la singularidad y la rareza de sus fondos, gran parte de la cual se conserva hoy en la Biblioteca de la Universidad de Oviedo. Lo mismo ocurre con su colección de arqueología, que, señaladamente en lo relativo a la Prehistoria, se halla en el Museo Arqueológico de Asturias, en Oviedo.

 

Bibl.: R. Rodríguez Álvarez, Dos bibliófilos asturianos del siglo XIX: Felipe de Soto Posada y Sebastián de Soto Cortés. Discurso de ingreso como miembro de número permanente del Real Instituto de Estudios Asturianos..., Oviedo, Real Instituto de Estudios Asturianos, 2002.

 

Ramón Rodríguez Álvarez