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Pedro Colón de Larreátegui

Biografía

Colón de Larreátegui, Pedro. Madrid, 24.II.1649 – 15.V.1719. Oidor de la Chancillería de Granada, regente de Audiencia, consejero del Consejo de Órdenes Militares, del Consejo Real de Castilla y del Consejo de Guerra.

Hijo de Martín Larreátegui, consejero de Castilla, y de Josefa Paz Colón Toledo. Casó en 1704 con Teresa Jacinta Ocio Mendoza, hija de Alonso Ocio Mendoza, caballero de Calatrava. Recibió merced de hábito de caballero de la orden de Alcántara en 1677.

En 1702 se le concedió la administración de las encomiendas de La Clavería y La Magdalena, ambas en la misma orden de Alcántara. Varios de sus hermanos siguieron su misma trayectoria en el ámbito de la justicia: Diego Manuel murió muy joven cuando era alcalde del crimen de Valladolid, y Francisco Antonio fue consejero de Castilla entre 1699 y 1701.

Miembro de una extensa dinastía de juristas que tendría continuidad a lo largo de todo el siglo xviii, Pedro Colón de Larreátegui fue en 1671 colegial del colegio Mayor del Arzobispo de Salamanca, en cuya universidad sería catedrático de Cursatoria de Cánones en 1684, de Decretos en 1688 y de Vísperas de Cánones en el mismo año. Al año siguiente abandonó la universidad para iniciar su carrera judicial como juez de la Audiencia de Sevilla, pasando luego en mayo de 1694 a oidor de la Chancillería de Granada.

En 1697 cambió la carrera judicial por la de “varas” al ser nombrado corregidor de Murcia y Cartagena, cargo que juró en manos del obispo de esta última ciudad en 1698. Sin embargo, su paso por los corregimientos iba a ser tan efímero como que en julio de 1698 tornó a la carrera judicial para servir una plaza de la Sala de Alcaldes de Casa y Corte. Situado ya en Madrid muy pronto iba a alcanzar las más altas magistraturas de la monarquía. En marzo de 1702 fue nombrado consejero del Consejo de Órdenes Militares aunque no lo debió ejercer, pues al mes siguiente obtuvo plaza de consejero en el Consejo de Indias. Como la mayor parte de quienes ejercían en los tribunales de justicia, su máxima aspiración estuvo en conseguir un puesto en el mismo Consejo en que había laborado su padre, en el Consejo de Castilla, objetivo que consiguió en febrero de 1703 al ser nombrado fiscal. Asentado ya en el Consejo, en septiembre de 1703 consiguió los honores de consejero, en enero de 1704 una plaza de consejero supernumerario sin pasar por la terna de la Cámara de Castilla y, finalmente, un puesto de consejero camarista en junio de 1707 en compensación a haber aceptado la presidencia de la Audiencia de Valencia cuando la instauración de aquel tribunal tras la toma de las tropas borbónicas. Durante su etapa valenciana tuvo enfrentamientos con los mandos militares y con Macanaz.

Según Álvarez y Baena, cuando Felipe V mandó pasar los Consejos a Burgos se quedó en Madrid por orden del Rey para informarle de cuanto pasaba en la Corte durante su ausencia. En abril de 1714, tras la nueva planta de los Consejos, fue nombrado consejero togado del Consejo de Guerra y en junio de 1715 retornó a su puesto de consejero del Consejo de Castilla, cargo que ocupó hasta su muerte en mayo de 1719.

 

Bibl.: J. Fayard, Los ministros del Consejo Real de Castilla (1621-1788). Informes biográficos, Madrid, Hidalguía-Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Salazar y Castro, 1982, pág. 108; M. A. López Gómez, “Los fiscales del Consejo Real”, en Hidalguía (1990), págs. 81-114; F. Andújar Castillo, Consejo y Consejeros de Guerra en el siglo xviii, Granada, Universidad, 1996.

 

Francisco Andújar Castillo

 

 

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