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Francisco Antonio Colón de Larreátegui de Paz de la Serna

Biografía

Colón de Larreátegui de Paz de la Serna, Francisco Antonio. Madrid, 10.V.1646 ant. – 31.I.1701. Jurista, y consejero de Indias y de Castilla.

Bautizado en la parroquia de San Pedro el Real de Madrid, el 10 de mayo de 1646, estudió cánones en la Universidad de Salamanca y leyes en la de Valladolid.

En la Universidad salmanticense alcanzó los grados académicos de bachiller (el 26 de abril de 1662) y de licenciado en Derecho canónico. Ingresó en el Colegio Mayor de Santa Cruz, de la Universidad de Valladolid, en septiembre de 1668, donde permanecerá, como “huésped”, nada menos que hasta 1685. En esta segunda universidad, la pinciana, obtuvo también el grado de bachiller, en Derecho civil, el 27 de octubre de 1678. Este mismo año dio a la imprenta su única obra conocida, y, que se sepa, publicada, sobre la responsabilidad contractual por culpa: De praestatione culpae in contractibus. Varias fueron, a partir de entonces, ya que, con anterioridad, había leído de extraordinario, entre 1668 y 1678, las cátedras de leyes de la Universidad de Valladolid que regentó: de Instituta (19 de noviembre de 1678), de Código (28 de octubre de 1679), de Digesto Viejo (11 de diciembre de 1684). Fue nombrado provisor del obispado vallisoletano, por su ordinario diocesano, Diego de la Cueva Aldana, en septiembre de 1683. Tiempo antes, en 1672, Carlos II le había otorgado la merced de un hábito de la Orden de Santiago, cuyo título de concesión y de nombramiento le fue despachado, por el Consejo de Órdenes, el 31 de agosto de dicho año.

Su primer empleo al servicio del rey fue el de alcalde de hijosdalgo de la Real Chancillería de Valladolid, para el que se le designó mediante una Real Provisión de 16 de junio de 1685. Solicitó Francisco Antonio Colón de Larreátegui, ante el Real Acuerdo, el 8 de julio de 1685, tomar posesión de su plaza revestido del manto y de la beca del Mayor de Santa Cruz, del que, como se ha indicado, todavía era colegial huésped, como lo solían hacer otros colegiales.

Autorizado tal honor, y su disfrute durante cuatro meses, por el Acuerdo de la Chancillería, entró en posesión de su nuevo oficio el 24 de julio de 1685.

Tres años después fue ascendido a oidor de la misma Real Chancillería, de conformidad con una Real Provisión de nombramiento, de 18 de octubre de 1688, ocupando tal plaza de promoción el 25 de octubre de 1688. Hasta que otra Real Provisión, ahora de 21 de abril de 1693, despachó su título de alcalde de Casa y Corte. Para entrar en posesión de este empleo, lo que haría el 1 de julio, Francisco Antonio Colón se despidió del Acuerdo de la Chancillería castellana el 12 de junio de 1693. Su entrada como numerario, o ministro de número, en uno de los Reales y Supremos Consejos, que suponía la culminación de la carrera burocrática de todo letrado en el Antiguo Régimen, se produjo, primero, en el de Indias. En efecto, su designación como consejero de Indias se produjo a través de una Real Provisión de 16 de diciembre de 1697, tomando posesión de tan alto empleo tres días después. Apenas unos meses, sin embargo, pudo actuar como tal, puesto que, casi de inmediato, recibió su título de nombramiento de consejero de Castilla, por medio de otra Real Provisión, de 12 de enero de 1699. Durante un año, precisamente ese de 1699, como ministro consejero del Real de Castilla más moderno que era, ejerció como gobernador de la Sala de Alcaldes de Casa y Corte, además de desempeñar el cometido de asesor del Consejo de Guerra.

La muerte, empero, truncó tan brillante cursus honorum, en los inciertos inicios de un nuevo reinado, que apenas se atisbaba, y de una nueva dinastía, la que representaba Felipe V, ya que falleció, en Madrid, el 31 de enero de 1701. En su testamento, que otorgó, en su lecho de muerte, el día anterior, 30 de enero, Francisco Antonio Colón, que tenía fama y consideración, entre sus antiguos compañeros del Mayor de Santa Cruz de Valladolid, de “muy aficionado al Colegio”, le legó un juego de libros, para acrecentar los fondos bibliográficos de su librería.

Fueron sus padres Martín de Larreátegui y Josefa Gabriela de Paz de la Serna y Colón de Toledo, bautizada en Madrid, en la parroquia de San Sebastián, el 21 de marzo de 1621 y bautizada el último día del mes. El padre, Martín de Larreátegui de Iturbe, era el hijo primogénito de Pedro-Martín García de Larreátegui, hijo, a su vez, de Martín Pérez de Curtuniguieta, nacido, asimismo, en Eibar, y de Doménica de Larreátegui. Todos eran originarios de la provincia de Guipúzcoa. El abuelo paterno, Pedro García de Larreátegui, que había sido bautizado, en su lugar natal, el 2 de agosto de 1569, en él ocupó, con el tiempo, diversos oficios municipales, como el de alcalde ordinario, en 1605 y en 1616. Poseía una casa, con escudo de armas, además de ser cofrade del Glorioso Apóstol San Andrés, patrón de la villa. Se casó con Marina de Iturbe, natural de Elorrio, en el Señorío de Vizcaya, donde fue bautizada el 10 de noviembre de 1578. Hija de Andrés de Iturbe y de Marina de Urrupain, pertenecía aquél a la casa solariega e infanzona de los Iturbe. También caballero de la Orden de Santiago, desde el 23 de septiembre de 1649, ya al final de su vida, el padre, Martín de Larreátegui, había llegado a ser consejero de Castilla entre 1648 (por una Real Provisión de 27 de agosto) y 1652, el primero de la familia de los Colón de Larreátegui que alcanzó tan encumbrado oficio regio, tras haber ejercido como fiscal del crimen (1633) y oidor (1636) de la misma Chancillería de Valladolid, alcalde de Casa y Corte (1645) y fiscal del propio Consejo Real de Castilla (por Real Provisión de 11 de junio de 1647).

Por lo que se refiere a su madre, Josefa Gabriela de Paz de la Serna y Colón de Toledo, de la Casa ducal de Veragua, como se ha dicho, nacida en Madrid el 18 de mayo y bautizada el 31 de mayo de 1621, era hija de Francisco de Paz y de la Serna, natural de Carrión, catedrático de Prima de Cánones en la Universidad de Salamanca, y alcalde mayor de Galicia (1627); y de Josefa de Ortegón y Colón, natural de Madrid, hija de Francisca Colón y Pravia de Toledo, hermana de Diego Colón de Toledo, duque de Veragua, y de Diego de Ortegón. Nacido en Medina del Campo, Diego de Ortegón, hijo de Juan de Ortega y de Guiomar Alonso Sosa, ambos vecinos de la villa de Medina, fue oidor de las Reales Audiencias de Santo Domingo (1564), de Panamá (1567) y de Quito (1573). Murió hacia 1595. Francisca Colón y Pravia de Toledo era hija del segundo matrimonio de Cristóbal Colón y Toledo, nieto del descubridor Cristóbal Colón, con Ana de Pravia.

En tierras riojanas, en la villa de Navarrete, el 1 de junio de 1692, contrajo matrimonio Francisco Antonio Colón de Larreátegui con Isabel-Ventura de Angulo y de la Barra, Céspedes y Zúñiga de Medrano (Navarrete, c. 24 de julio de 1673-Madrid, 27 de enero de 1745), que era hija de José de Angulo Céspedes, Nalda y Mendoza, natural de la misma villa de Navarrete, en cuya iglesia parroquial fue bautizado el 13 de marzo de 1655, caballero de la Orden de Santiago en 1686 y gentilhombre de cámara de Carlos II; y de Isabel María de la Barra Zúñiga y Medrano, con la que se casó el 28 de mayo de 1671, y que había sido bautizada, también en Navarrete, el 9 de julio de 1651. Tuvieron cinco hijos que alcanzasen la mayoría de edad: dos varones, Pedro Isidro y Félix, y tres mujeres.

Dos de ellas, María Tomasa Antonia y Andrea María Rosario, profesaron como religiosas en el convento real de las Señoras Comendadoras de Santiago en Madrid. La tercera, Josefa Vicenta, que moriría el 7 de abril de 1760, se casó, el 28 de febrero de 1712, con Juan Francisco de Luján y Arce, señor de Elipa, corregidor de Madrid y decano del Consejo de Hacienda entre 1763 y 1765. El hijo varón primogénito, Pedro Isidro Colón de Larreátegui y Angulo, dotado de una vocación similar a la paterna, siguió sus pasos burocráticos con idéntica fortuna, puesto que habría de ser fiscal del crimen (1729), fiscal de lo civil (1730-1735) y oidor (1735-1739) de la Real Chancillería de Granada, regente de la Real Audiencia de Barcelona (1739-1742), y fiscal de lo criminal del Consejo de Castilla (1742). Después, además de fiscal de lo civil, consejero (1748) y camarista de Castilla (1754), llegaría a actuar como decano del Consejo Real en 1760 y, un año antes de morir, en 1769, como decano gobernador interino.

 

Obras de ~: De praestatione culpae in contractibus, Valladolid, Imprenta de Joseph Pórtoles García, 1678.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional (Madrid), Órdenes Militares. Santiago, exps. n.os 2020 [Pruebas de ingreso de Francisco Antonio Colón de Larreátegui] y 4345.

A. Martínez Salazar, Colección de memorias, y noticias del Gobierno General, y Político del Consejo. Lo que observa en el despacho de los Negocios, que le competen; los que corresponden á cada una de sus Salas; Regalías, preeminencias y autoridad de este Supremo Tribunal, y las pertenecientes á la Sala de Señores Alcaldes de Casa, y Corte, Madrid, Oficina de Antonio Sanz, 1764, cap. XXXV, págs. 372-381, en partic., pág. 376; J. A. Álvarez y Baena, Hijos de Madrid, ilustres en Santidad, dignidades, Armas, Ciencias y Artes. Diccionario histórico por el orden alfabético de sus nombres, que consagra al Ilustrísimo y Nobilísimo Ayuntamiento de la Imperial y Coronada Villa de Madrid, t. II, Madrid, Oficina de Don Benito Cano, 1789-1791, págs. 218- 219; M. Alcocer Martínez, Anales Universitarios. Historia de la Universidad de Valladolid, t. V, Valladolid, Imprenta Castellana, 1917-1935, pág. 49; A. González Palencia y E. varón Vallejo, Archivo Histórico Nacional, Consejo de Castilla. Sala de Alcaldes de Casa y Corte. Catálogo por materias, Madrid- Cuenca, Archivo Histórico Nacional-Imprenta del Seminario Conciliar, 1925, págs. 763 y 765; R. Nieto y Cortadellas, Los descendientes de Cristóbal Colón. (Obra genealógica), La Habana, 1952, págs. 230-274; V. de Cadenas y Vicent, Extracto de los Expedientes de la Orden de Carlos III, 1771-1847, t. III, Madrid, Hidalguía, 1979-1988, n.os 571-573, págs. 131-135; J. Fayard, “Los ministros del Consejo Real de Castilla (1621- 1788). Informes biográficos”, en Hidalguía (Madrid), XXIX, 165 (marzo-abril de 1981), págs. 161-192; Los miembros del Consejo de Castilla (1621-1746), Madrid, Siglo XXI Editores, 1982, págs. 245-248; M. S . Martín Postigo y C. Domínguez Rodríguez, La Sala de Hijosdalgo de la Real Chancillería de Valladolid, Valladolid, Ámbito Ediciones, 1990, pág. 76; V. de Cadenas y Vicent, Caballeros de la Orden de Alcántara que efectuaron sus pruebas de ingreso durante el siglo xviii, t. I, Madrid, Hidalguía, 1991, n.º 71, págs. 147-149; C. Domínguez Rodríguez, Los oidores de las Salas de lo Civil de la Chancillería de Valladolid, Valladolid, Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Valladolid, 1997, pág. 130; M. A. S obaler Seco, Catálogo de colegiales del Colegio Mayor de Santa Cruz de Valladolid (1484-1786), Valladolid, Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Valladolid, 2000, n.º 497, págs. 243-244; J. Barrientos Grandón, Los Letrados en la Judicatura Indiana (1511-1834). “De Iurisdictio Animata” en el Nuevo Mundo, tesis doctoral, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de Toledo, Universidad de Castilla-La Mancha, 2004 (inéd.), t. I, n.os 423-424, págs. 555-558; y t. II, n.os 470, 1241 y 1935, págs. 708-709, 919 y 1228-1230.

 

José María Vallejo García-Hevia

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