Ayuda

Sancho de Alquiza (o Alquízar)

Biografía

Alquiza (o Alquízar), Sancho de. Fuenterrabía (Guipúzcoa), s. t. s. xvi – La Habana (Cuba), 6.VI.1619. Almirante, sargento mayor de Cartagena de Indias (Colombia), gobernador y capitán general de Venezuela (1606-1611), gobernador y capitán general de la isla de Cuba (1616-1619).

Los historiadores venezolanos sólo saben que nació en España, pero no dónde: fue un marino vasco, de Fuenterrabía. Capitán de galeones, pronto llegó a almirante que mandó flotas de socorro a Bretaña y a Cuba. Radicado en Cartagena de Indias, fue sargento mayor de la plaza. Allí contrajo matrimonio con Ana de Alas, familiar del gobernador de Cartagena, Martín de Alas. Y allí le llegó el nombramiento de gobernador y capitán general de Venezuela. El historiador José Llavador publicó (1969) íntegras dos cédulas reales, datadas en Valladolid: una, corta, de 13 de noviembre de 1604 por la que se le nombraba capitán general de Venezuela, y otra, larga, de 20 de dicho mes y año, por la que se le designa gobernador. Esta última Cédula Real comienza así: “Don Phelipe, etc.

Por quanto por muerte del capitan Alonso Suarez del Castillo esta vaco el gobierno de la provinçia de Beneçuela y haviendo de proveer en su lugar persona que con la prudencia esperiençia e inteligencia que se Requiere gobierne aquella provinçia y administre en ella Justicia y tiniendo satisfaccion que estas y otras muy buenas partes concurren en vos Sancho de Alquiza mi capitan y sargento mayor de la provincia de Cartagena he tenido por bien de os proveer y nombrar como por la presente os proveo y nombro por mi gobernador a la dicha prouinçia en lugar de dicho capitan Alonso Suarez del Castillo y quiero que como tal mi gobernador della vos y no otra persona alguna vseis el dicho cargo en los casos y cosas a el anejas y concernientes a todas las ciudades villas y lugares que alpresente estan poblados y adelante se poblare en ella por tiempo y espaçio de cinco años que corren y se cuentan desde el dia que tomaredes posesion [...]”.

Viajó a Maracaibo y se juramentó ante el cabildo el 7 de febrero de 1606. En vez de proseguir viaje a Caracas lanzó un ataque a los indios zaparas y quiriquires, y pacificándolos y dándoles tierras, prosiguió viaje por tierra a Caracas; tomó posesión con el ceremonial acostumbrado el 29 de marzo de 1606.

Se empeñó en reorganizar la Real Hacienda, de la que dice, en carta al Rey, “está muy mal organizada, pues el Tesorero es muy mal papelista y el Contador está incapaz hace dos o tres años” (se refería a Diego Díaz Becerril y Simón de Bolívar, el Viejo); los cesó el 3 de noviembre de 1606 y nombró tesorero a Bernabé de Oñate y a Francisco de las Carreras, “que es muy buen papelista”, contador. Dispuso el arriendo de alcabalas por suma fija, implantó un impuesto de un real por fanega de sal y activó el cobro de las “Penas de Cámara” (en L. A. Sucre, 1928:100-101, hay ejemplos de estas multas, del porqué y a quiénes). En su rigor puso en la cárcel real a “muchos hombres de importancia de la sociedad caraqueña de entonces” (Edsel, 1988). También se ocupó de la búsqueda de minas de oro; por ausencia de esclavos negros solicita “se disimule” la prohibición de usar indios en las faenas mineras, “con la condición de tratarlos bien”. En esta línea, rechaza la petición del cabildo de Caracas de importar esclavos negros y de que se permitiera la venida de barcos negreros de la Guinea.

Estableció una rigurosa vigilancia de las costas.

Apresó dos lanchas contrabandistas, una holandesa con doce hombres, y otra francesa con tres hombres que dijeron pertenecer al navío corsario Le Bilare, de El Havre, que mandaba Jorge Escobro, y que había sido echado a pique, con ciento cuarenta hombres, por otro barco flamenco.

Con más amplio criterio de economista que sus antecesores, comprendió que lo que había que suprimir era el contrabando y no el fruto objeto de él, como el tabaco, e incentivó las siembras del tabaco, hasta entonces prohibidas, con la condición de que se presentaran fiadores que garantizaran al fisco su destino legal. Así, en 1607 se exportaron por La Guaira 68.490 libras de tabaco, con destino a Sevilla y nueve mil a Puerto Rico (el año anterior en que más se exportó fueron 27.050 libras). Aumentó la exportación de harina, cueros, azúcar, miel, añil y otros productos.

Las importaciones llegaban desde Sevilla, Puerto Rico, Santo Domingo y Cartagena de Indias. Dejó de ahorcar a los contrabandistas, pues creían que ya estaban escarmentados y pidió una Real Cédula con un perdón general, que fue concedido y se publicó “por voz de pregonero”. Otras actividades de fomento fueron las obras municipales en Caracas y un acueducto.

También reorganizó las fuerzas de las milicias provinciales.

Había nombrado, nada más llegar a Caracas, sargento mayor de la plaza a Pedro Mijares de Solórzano, experimentado capitán en las guerras de Italia y de Flandes. Se revisó la artillería de La Guaira, hizo montar nuevas piezas, pidió al Rey cañones de mayor calibre, así como mejores sueldos para el castellano y los oficiales. Impulsó nuevas fortificaciones.

El séptimo obispo de Venezuela, el franciscano Antonio de Alzega, abrió, el 5 de octubre de 1609, un sínodo diocesano, y a su solemne apertura asistió el gobernador. Se ocupó de la creación del seminario tridentino de Caracas, futuro germen universitario. A poco murió el obispo, el 13 de mayo de 1610.

Se alzaron, una vez más, los indios zaparas del lago Maracaibo y los nirguas en su provincia. A los zaparas los pacifica el teniente Juan Pacheco. Contra los nirguas nombra maestre de campo al ex gobernador González de Silva; los sublevados son vencidos y se pacifica toda la provincia. De vuelta a Caracas se ocupó de mejorar la vida de los indios en paz, exigiendo a los encomenderos el riguroso cumplimiento de las leyes de Indias.

Terminado su mandato en 1611 fue nombrado juez de residencia para investigar la actuación del gobernador Fernando de Berrio en la Guayana; encontrándolo culpable se hizo cargo de la provincia en febrero de 1612 hasta 1613 en que terminó su comisión.

El Rey lo nombra gobernador y capitán general de la isla de Cuba, posesionándose del cargo que ocupó desde el 7 de septiembre de 1616 hasta el 6 de junio de 1619, año en que fallece en La Habana. Inició la explotación de minas de cobre en Santiago. No pudo evitar el contrabando por falta de efectivos de vigilancia.

Y ocurrió la catástrofe de Bayamo, trágica inundación del río Cauto, que cegó su entrada desde entonces.

Alquízar dio nombre a una comarca cerca de La Habana, donde estableció una hacienda.

 

Bibl.: R. M. Baralt, Resumen de Historia de Venezuela [...], vol. I, París, Imprenta de H. Fournier y Compañía, 1841, pág. 442; J. de la Pezuela, Diccionario Geográfico, Estadístico, Histórico de la isla de Cuba, vol. I, Madrid, Imprenta del Establecimiento de Mellado, 1863, págs. 178-179 (de la “Introducción”) y 17 (del texto); J. de Oviedo y Baños, Historia de la Conquista y Población de la provincia de Venezuela [...], vol. II, ed. de C. Fernández Duro, Madrid, Luis Navarro, 1885, pág. 183; L. A. Sucre, Gobernadores y Capitanes Generales de Venezuela, Litografía y Tipografía del Comercio, 1928; págs. 98-107; VV. AA., Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo- Americana, vol. LVII, Madrid, Espasa Calpe, 1913 y 1929, pág. 829 y pág. 1066, respect.; F. Arozaneba, Diccionario Biográfico Vasco. I. Guipúzcoa, San Sebastián, Auñamendi, 1963, pág. 23; M. Briceño Perozo, Documentos para la Historia de la Fundación de Caracas [...], Caracas, Archivo General de la Nación, 1969, págs. 56, 59, 60, 63, 177, 208, 213, 241, 243, 273, 274, 297, 307, 308, 313, 314, 319-322, 438, 448, 487, 492, 501, 544, 549 y 558; J. Llavador Mira, La Gobernación de Venezuela en el Siglo xvii, Caracas, Academia Nacional de Historia, 1969, págs. 3-5, 8, 10, 11, 17, 19, 22, 23, 26, 34, 44, 45, 51, 56, 75, 88, 103, 131, 132 y 140-142 [Cédula Real de nombramiento de Gobernador], 237 [Cédula Real de nombramiento de Capitán General]; R. Guerra, Manual de Historia de Cuba, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1971, págs. 103 y 122; G. Morón, Historia de Venezuela, vols. II, III, IV y V, Caracas, Italgráfica, Impresores, Editores, SRL, 1971, págs. 133-135, 154 y 227-229; págs. 122-127, 129-132, 140, 291 y 316; págs. 481, 535, 553-554 y 618, y pág. 44, respect.; Index Bio-Bibliographicus Notorum Hominum, vol. IV, Osnabrück, Biblio Verlag, 1975, pág. 3109; C. Edsel González: “Alquiza, Sancho de”, en VV. AA., Diccionario de Historia de Venezuela, vol. I, Caracas, Fundación Polar, 1988, págs. 106 y 107; L. Vaccari San Miguel, Sobre Gobernadores y Residencias en la Provincia de Venezuela (siglos xvi, xvii, xviii), Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1992, págs. 28, 68, 75-76, 85 y 194; VV. AA., Gran Enciclopedia de Venezuela, vols. III y X, Caracas, Edicciones Globe, 1998, pág. 111 y pág. 42, respect.

 

Fernando Rodríguez de la Torre

Relación con otros personajes del DBE

Biografías que citan a este personaje