Siri Tupas, Inca. Perú, 1534 – Cuzco (Perú), 1560. Descendiente de los incas, reinó en Vilcabamba.
Hijo de Manco Inca Yupanqui, asesinado en 1545. Antes de morir tuvo tiempo de designar como sucesor a su hijo Siri Tupas, así como de recomendarle que se refugiase en Vilcabamba. Como en esos momentos contaba tan solo con once años de edad, uno de sus tíos asumió la regencia durante su minoría de edad.
En Vilcabamba vivió una juventud tranquila, alejada del contacto con los españoles.
Desde 1549 las autoridades españolas estaban negociando la rendición de la ciudad rebelde. En 1552, el propio Felipe II le dirigió una carta en este sentido que, por diversos motivos, no llegó a sus manos hasta 1555. Después de leer la misiva, inició un acercamiento con los negociadores españoles que culminaron el 7 de octubre de 1557 cuando Siri Tupas y el virrey del Perú suscribieron la paz. Acababa de ser coronado en Vitcos cuando firmó la paz, por lo que apenas si tuvo tiempo de gobernar como inca.
En octubre de 1557, él y su esposa, la bella india Cusihuarcay, se dirigieron a Cuzco donde fueron recibidos con gran regocijo. Se les administró el bautizo y comenzaron a instruirse en la cultura y en las costumbres españolas. En Cuzco adquirieron una gran mansión en la que vivieron holgadamente gracias a las cuantiosísimas rentas que le reportaba la encomienda de Yucay que le fue concedida. Esta encomienda perteneció históricamente al Inca por lo que Siri Tupas no la consideró nunca una dádiva sino su herencia legítima.
En 1560 murió envenenado en su propia encomienda de Yucay. Probablemente, su asesino fue Francisco Chilche Cañari, el curaca principal del lugar.
Guama Poma de Ayala escribió en este sentido “y el capitán Chilche Cañari le mató al dicho Sayri Topa inca, dándole ponzoña”. Su cuerpo fue llevado a la ciudad de Cuzco, siendo sepultado en el Convento de Santo Domingo. Su heredera, bautizada con el nombre de Beatriz, vivió con su madre, Cusihuarcay —bautizada con el nombre cristiano de María Manrique— hasta su matrimonio con Martín García de Loyola. Vivió entre la élite cuzqueña. Sin embargo, un hijo natural de Manco Inca, Titu Cusi, mantuvo la rebeldía de Vilcabamba hasta 1572.
Bibl.: F. G. Poma de Ayala, Nueva crónica y buen gobierno, París, Instituto de Etnología y Universidad de París, 1936; G. Lohmann-Villena, “El testamento inédito del inca Sauri Túpac”, en Historia y Cultura (Lima) (1966); L. Pardo, El imperio de Vilcabamba: el reinado de los cuatro últimos incas, Cuzco, Editorial Garcilaso, 1972; N. Wachtel, Los vencidos. Los indios del Perú frente a la conquista española (1530-1570), Madrid, Alianza, 1976; J. M. González Ochoa, Quién es quién en la América del Descubrimiento, Madrid, Acento, 2003.
Esteban Mira Caballos