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Juan Bautista Morales

Biografía

Morales, Juan Bautista. Écija (Sevilla), 1597 – Funing- cheu (China), 17.IX.1664. Dominico (OP), evangelizador y sinólogo.

Desde temprana edad se aficionó al estudio de las primeras letras para poder entrar en un convento franciscano.

Llegada la hora de abrazar la vida religiosa optó por el Convento de San Pablo y Santo Domingo de su ciudad natal. Tenía dieciséis años. Comprobadas sus buenas prendas, se le permitió hacer la profesión.

Todavía estaba cursando sus estudios de Teología, con fama y esperanza de grandes logros, cuando se apuntó a la expedición que fray Antonio Gutiérrez preparaba en 1620 para Filipinas. Después de un viaje accidentado, llegó a México y recibió la ordenación sacerdotal.

A mediados de 1622 se encontraba ya en Manila. La primera asignación fue al ministerio de los chinos del Parián. Allí pondrá de manifiesto su facilidad para las lenguas: pronto fue capaz de catequizar a los chinos en su lengua, y a los naturales de Manila y provincias cercanas en tagalo. En este trabajo, por sus penitencias y no haberse aclimatado bien, sufrió una grave enfermedad que le puso a las puertas de la muerte.

En 1623, el capítulo le asignó a Binondo, de donde fue párroco y vicario. Estando allí recibió la visita de un comerciante chino, con cartas del rey de Camboya, en las que solicitaba frailes dominicos y soldados que le ayudaran a mantener su trono. Por esas fechas, el gobernador de Filipinas pensaba enviar oficiales carpinteros a Camboya para que allí le construyeran varios barcos, de modo que presionó al provincial dominico para que accediera a la petición del Monarca. Complaciente, el superior dominico envió a cinco frailes bajo la autoridad del padre Morales, buen conocedor de la lengua china. El 21 de diciembre de 1628 salía la expedición de Cavite y, después de un viaje accidentado, llegaron a Camboya el 6 de enero de 1629.

El Rey que les invitó había fallecido, pero su hijo les acogió con todo agrado. Las expectativas eran muy halagüeñas: el 15 de enero inauguraron una capilla provisional.

Entrado el año, el padre Morales tuvo que viajar a Manila, acompañando a los españoles, de quienes se temía que llegaran a matarse entre sí por enemistades, e informar a sus superiores de los resultados. Terminado su cometido en Manila, volvió a Camboya, donde se encontraría con la dolorosa realidad: el Rey había mudado de opinión, prohibiendo a sus súbditos que se hicieran cristianos, aunque permitiendo que lo fueran los chinos y japoneses. Viendo esta situación, Morales informó a Manila, y los superiores ordenaron a los dominicos que volvieran a Filipinas.

Mientras transcurría la experiencia de Camboya, el padre Cocchi, que había logrado asentarse como misionero de China, solicitaba insistentemente que le enviaran un compañero. Finalmente, en 1633, el provincial decidió responder a la petición de Cocchi y envió a fray Juan Bautista. Era imposible la entrada directa desde Filipinas; por ello, fray Juan Bautista navegó hasta Taiwán, adonde llegó el 2 de abril de 1633. Allí esperó el barco que le enviaba el viejo misionero para introducirle en aquel país. Después de dos días de navegación llegaron a Foochow; cruzaron la ciudad y tras cuatro días de navegación arribaron a Fogan, donde le esperaba el padre Cocchi, tan enfermo que cuatro meses y medio después fallecía y dejaba solo a fray Juan Bautista Morales en el Celeste Imperio. Allí desarrolló una increíble actividad apostólica, que tuvo como resultado la creación de una numerosa comunidad cristiana, que en breve habría de enfrentarse a una nueva persecución.

Heroico fue el temple mostrado por fray Juan Bautista durante aquella persecución, pero no menos lo fue en la dura disputa de los ritos chinos.

Dominicos y franciscanos no estaban de acuerdo con la metodología evangelizadora de los jesuitas. El padre Morales envió a un compañero a Manila para pedir clarificación.

En 1637 el compañero volvió con refuerzos (dos dominicos y tres franciscanos), de forma que fray Juan Bautista se sintió libre para extender su radio de acción por otras provincias, con gran éxito, pero siempre bajo el temor de persecuciones. El problema de los “ritos chinos” no se resolvió, de modo que fray Juan Bautista decidió ir a Macao para intentar ponerse de acuerdo con los jesuitas y armonizar la metodología misional que se debía emplear en China.

En Macao le informaron de que los padres de la Compañía habían enviado un representante a Roma para pedir directrices pontificias. Con esta información, decidió que en Roma debían conocer también la otra opinión. Viajó a Manila para pedir autorización a sus superiores. Con estos poderes salió de Cavite el 17 de mayo de 1640 rumbo a Macao, donde tuvo que esperar cinco meses hasta lograr embarcación por el camino de la India en un viaje épico que le llevó hasta África, para volver a Basora, Aleppo y finalmente a Venecia, adonde llegaba el 2 de enero de 1643, casi dos años y medio después desde que saliera de Manila. Los episodios de aquel viaje, que él mismo dejó narrado en su Relación del viaje a Roma, podrían servir para una novela de aventuras: luchas contra los holandeses, penosos viajes en navíos, visitas a las ruinas de Senaar donde se creía estaba la Torre de Babel, visita a Babilonia, de nómada por el desierto... En Venecia permaneció un mes reponiéndose y recogiendo limosnas para pagar las deudas contraídas en tan penoso viaje. Desde allí caminó a pie hasta Bolonia para visitar la tumba de santo Domingo, y de Bolonia marchó a Roma.

En la Ciudad Eterna, y a costa de muchos disgustos, obtuvo de Urbano VIII el decreto condenatorio de los ritos chinos. En 1644 participó en el capítulo general como representante de los dominicos de Filipinas.

Obtenidas las licencias necesarias del maestro general para llevar un grupo de frailes, salió en junio de 1644 para España. La intención contaba con todas los permisos, pero la práctica fue difícil. El 12 de junio de 1646 salía con su grupo rumbo a Veracruz, adonde llegaba el 12 de agosto. Por falta de navío tuvieron que esperar en San Jacinto de México. Finalmente, embarcaron en Acapulco el 3 de abril de 1648 y llegaron a Manila el 28 de junio. Las incidencias de este viaje pueden verse en la obra de otro cronista: fray Domingo Fernández Navarrete, miembro de aquella expedición.

Comunicadas las determinaciones pontificias a las autoridades civiles y religiosas, el 10 de julio de 1649 se ponía de nuevo en marcha para China, donde todavía se sufrían las consecuencias de la gran persecución del año precedente (en la que murió el protomártir de China, el dominico Francisco Fernández Capillas). De nuevo comenzó a desarrollar una intensa labor evangelizadora, afianzando las comunidades y viendo crecer el número de evangelizadores. Considerado por todos como el patriarca de la misión, después de haber consagrado cerca de treinta años a la misión de China, falleció en Fo-hien el 17 de septiembre de 1664.

 

Obras de ~: Tres relaciones desde Camboya, 1629; Primera información jurídica sobre ritos chinos hecha por los PP. dominicos y franciscanos, haciendo de testigos varios de los principales cristianos, Tingteu, 19 de enero de 1635; Declaraciones de los PP. Vicarios Provinciales de Santo Domingo y San Francisco sobre los ritos chinos, con testimonios de algunos indígenas que corroboran sus declaraciones contra los PP. jesuitas, Tingteu, 22 de diciembre de 1635; Segunda información jurídica hecha por los Religiosos de San Francisco y Santo Domingo en este Reyno de China y remitidas a los PP. Provinciales de las dichas Religiones en las Islas Filipinas, Tingteu, 10 de febrero de 1636; Librito en caracteres chinos para mover el deseo y amor de la virtud, 1637-1638; Motivos justos que tuvo el P. Fr. Juan Bautista de Morales para pedir la certificación citada contra la doctrina de los PP. de la Compañía, Macao, 15 de febrero de 1639; Avisos del P. Juan Bautista de Morales en orden a las opiniones de los PP. de la Compañía de Jesús en China, Macao, 15 de febrero de 1639; Relación de su viaje a Roma, Roma, 15 de octubre de 1643; Memoriales al Rey, 1644-1645; Relación fidedigna y verdadera de las doctrinas que enseñan y del modo con que proceden los Padres de la Compañía en la Conversión de la China, hecha y escrita por el P. Fr. Juan Bautista de Morales, de la Sagrada Orden de Predicadores, misionero antiguo y Prefecto Apostólico de los missionarios de la Orden en el gran Reyno de China, Sevilla, 1645; Petición del P. Morales al Sr. Deán de la catedral de Manila, in Sede Vacante, para que intime a todas las Órdenes religiosas de Filipinas el Decreto de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide de 1645, Manila, 11 de agosto de 1648; Declaraciones hechas por el P. Morales acerca de los 12 puntos que pidió el Sr. Deán de la Catedral de Manila sobre el modo de evangelizar de los PP. Jesuitas en China, Manila, 2 de junio de 1649; Información jurídica sobre el martirio del Bto. Francisco F. de Capillas, Lokia, 12 de diciembre de 1650; Relatio et libellus supplex R. P. Johannis Baptistae de Morales, ab eo et septem aliis missionariis apostolicis Ordinis S. Dominici in sinarum Imperium Supscriptus ab iisdem propositis circa mores ac ritus sinicos, XXX maii MDCLXI, ad Sanctam Sedem Apostolicam in Sacra Congregatione de Propaganda Fide, 1661; Estudio sobre los ritos chinos, 1664; Historia evangélica de China [completada con la colaboración de fray J. García (cc. 28-44) y F. Varo (desde el año 1654 a 1684)]; Gramática española-china, s. f.; Arte de la lengua mandarina, s. f.; Diccionario españolchino, s. f.; Ad Didaci Morales S.J., tractatus de ritibus sinensibus anni MDCXIV damnatis, foliis 300 complexum brevis et dilucida responsio, s. f.; Sentencia de los misioneros de la China de la Orden de Santo Domingo, celebrada en la Junta de Lanki de 1661 a 20 de abril, s. f.; Tractatus ex diversiis materiis compositus ad explicandas et elucidendas opiniones et controversias, quae inter Patres Societatis Iesu et religiosos Sacri Ordinis Praedicatorum in hoc permagno Sinarum regno ortae fuerunt ed adhuc oriuntur, a P. Fr. Johannes Bap. de Morales, eiusdem Ordinis Praedicatorum alumno, ac in Sina antiquo missionario colecctus ac omni fidelitate veritateque in lucem editus anno Christo MDCLXIII, s. f.; Varios Memoriales a la Sagrada Congregación, s. f.; Confesonario español-chino, s. f.; Autobiografía, s. f. (escrita por orden de los superiores); con P. F. Díaz, Cabecillas o simpliciter necesario para todos, s. f. (lexicón); Chen-kiao t’ sin-kiao: Explicación católica de la piedad filial, s. f. (escrita en caracteres chinos); Catecismo de la doctrina cristiana, s. f.; Explicación de las Letanías de Nuestra Señora, s. f. (impresa en caracteres chinos); Manual de los misioneros de China, s. f. (nueve libros pequeños, a modo de enciclopedia, el primero de los cuales se titula Modo de proporre la legge di Dios all’infideli in lingua mandarina).

 

Fuentes y bibl.: J. Peguero, Historia en compendio de la Provincia de Nuestra Señora del Rosario de Filipinas de la Orden de Predicadores (Archivo Provincial de Nuestra Señora del Rosario [Ávila], ms. 1691).

D. de Aduarte, Historia de la Provincia del Santo Rosario de la Orden de Predicadores en Filipinas, Japón y China, Manila, 1640 (reimp., Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1964); B. de Santa Cruz, Historia de la Provincia del Santo Rosario de filipinas, Japón y China del Sagrado Orden de Predicadores, Zaragoza, Imprenta Pascual Bueno, 1693; H. Ocio, Compendio de la reseña biográfica de los religiosos de la Provincia de Nuestra Señora del Rosario de la Orden de Predicadores, Manila, Est. Tipográfico del Real Colegio de Santo Tomás, 1895; J. M. González, Historia de las misiones dominicanas de China, vol. I (1632-1700), Madrid, Juan Bravo, 1964; vol. V (Bibliografías), Madrid, Juan Bravo, 1966; E. Neira, Misioneros dominicos en el Extremo Oriente, 1587-1835, Manila, Life Today Editions, 2000.

 

Miguel Ángel Medina, OP

 

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