Sala y Bonañ, Juan. Zaragoza, 1865 – 15.VI.1895. Economista, publicista.
Nacido en el seno de una familia de pequeños comerciantes, cursó sus estudios de bachiller en el Instituto de Zaragoza. En el año 1878 inició la carrera universitaria, combinando los estudios de Derecho con los de Filosofía y Letras. Pronto destacó como un brillante alumno en ambos, si bien demostraba una mayor facilidad para la jurisprudencia como lo demuestran los numerosos premios que se le concedieron en algunas asignaturas. La presencia en las aulas del catedrático de economía José Manuel Piernas Hurtado produjo en el joven zaragozano una honda impresión que le acompañó el resto de su vida. En 1884 se graduó como licenciado.
Su carrera docente se articuló en torno a dos centros académicos. En primer lugar, la Escuela de Comercio de Zaragoza. Su cercanía ideológica al regeneracionista Basilio Paraíso —quien pronto se convirtió en el alma y promotor de buena parte de las actividades tanto de la Escuela de Comercio como de la Cámara de Comercio zaragozanas—, le permitió ocupar en el año 1888 primero la docencia de las asignaturas de Geografía económico-industrial y estadística y Economía política aplicada al comercio, en la escuela y el puesto de secretario auxiliar en la cámara. Tras su cese, acontecido el 5 de marzo de 1889, se le designó como profesor auxiliar de la Universidad de Zaragoza. A partir de ese momento desempeñó diversas cátedras en la que impartió varias asignaturas sin excesiva continuidad en ninguna de ellas.
El rasgo que mejor caracterizó la relación de Sala con la universidad española fue la persecución de una cátedra. Al no existir una especialización concreta, se presentaba a todas las vacantes que respondieran a su perfil. Su itinerario comenzó en 1892, cuando concurrió a la Cátedra de Derecho Político y Administrativo de la Universidad de Barcelona y en el mismo año a la de Granada. En la primera fue derrotado por Jesús Sánchez Diezma, mientras que en Granada sucumbió ante uno de los mejores administrativistas del período, Pedro Dorado Montero. En 1893 acudió como uno de los contendientes a la Cátedra de Derecho Mercantil vacante en la Universidad de Santiago sin ningún resultado. Al año siguiente a idéntica cátedra pero de la Universidad de Salamanca y de nuevo a la de Derecho Político y Administrativo de la Universidad de Barcelona, todas ellas de forma infructuosa.
Por fin, en 1895 obtuvo la cátedra de Derecho Político de la Universidad de Valladolid. Su delicado estado de salud, siempre amenazado por la tuberculosis que padecía, le impidió días más tarde, incluso antes de que se publicara oficialmente su nombramiento, asumir tal competencia. Falleció el 15 de junio de 1895, en medio de una auténtica conmoción ciudadana que le acompañó hasta su entierro.
Más allá de su dedicación profesoral, Sala desempeñó una importante labor en la Cámara de Comercio desde los primeros momentos de su fundación en el año 1888 cuando su primer presidente, Tomás Higuera, le designó secretario auxiliar y abogado de la misma. La estrecha amistad con Basilio Paraíso coadyuvó de forma determinante para tal elección, del mismo modo que su talante conciliador y ecléctico y una aparente asepsia política, que hacían muy atractiva su figura para un organismo que pretendía canalizar las aspiraciones económicas de los industriales zaragozanos. Desde este momento Sala colaboró de forma activa en la articulación de un discurso basado en el liberalismo económico y la defensa de la libre competencia que dotara de ideología a la incipiente burguesía mercantil zaragozana.
La trayectoria intelectual de Juan Sala, sin poseer un discurso original ni realizar aportaciones novedosas al campo teórico, constituye un intento de aproximar los postulados del krausismo económico a la realidad práctica de España. Su labor en la Cámara de Comercio de Zaragoza en defensa de la iniciativa privada frente a la tentación estatalista, muy poderosa en la política española del momento, y la necesidad de proteger la libre competencia enlaza con una de las características más significativas de la llamada escuela armónica: su identificación con el liberalismo frente al triunfante nacionalismo económico.
Con respecto a sus ideas hacendistas, adoptando el modelo propuesto por Piernas Hurtado, queda claro que tienden a manifestar la necesidad de afrontar una aproximación gradual entre el ideal teórico y la realidad financiera española, caracterizada por una hacienda exhausta —marcada por un déficit crónico—, una proliferación de figuras impositivas que disminuyen su efectividad, un gasto público galopante, descontrolado y pésimamente distribuido y un estado intervencionista erigido en potencia industrial. Un erario público, en suma, en el que es necesario aplicar las mayores dosis de realismo posibles y una reforma urgente basada en la contención de los gastos, la reorganización de los ingresos y en la obtención de un superávit para la amortización de la deuda.
En su obra concurre un intento de conciliar la pasión regeneracionista y reformista con los ideales krausistas de un grupo de economistas decimonónicos que pretendieron el ambicioso objetivo de renovar la ciencia económica sobre una base no individualista, adoptando un liberalismo templado con marcadas connotaciones éticas, una variante heterodoxa de la economía clásica pero alejada de las corrientes intervencionistas defensoras de una mayor implicación del Estado en la economía.
Obras de ~: Memoria de los trabajos ejecutados por el Ateneo en el curso de 1884 a 1885, Zaragoza, Imprenta del Hospicio Provincial, 1885; Relaciones del orden económico y su ciencia con los de la moralidad y del derecho. Memoria escrita para los ejercicios de grado de doctor en derecho, tesis doctoral, 1886; Programa para un curso de economía política aplicada al comercio, sociedades mercantiles y cooperativas, Escuela de Comercio de Zaragoza, Zaragoza, Calixto Ariño, 1888; El Presupuesto del Estado, conferencia pronunciada en el Centro Mercantil Industrial y Agrícola, Zaragoza, 14 de marzo de 1888; “Dada la necesidad de construir la segunda red de ferrocarriles, ¿Cuáles son las líneas de la red general que deben completarse, cuáles las que deben constituir el plan general de la segunda red y cuáles las que deberían tener el carácter de líneas de interés local, y plan económico que deberá seguirse para construir las referidas líneas por medio de las fuerzas productoras y riqueza del País?”, ponencia, en Congreso de Economía Nacional de Barcelona, 1889.
Bibl.: “Juan Sala y Bonañ”, en Boletín de la Cámara de Comercio de Zaragoza (junio de 1895); M. Zapatero y García, Diario de Sesiones del Congreso Nacional de Barcelona, Madrid, Hijos de J. A. García, 1899; J. Moneva y Puyol, Memorias, Zaragoza, Artes Gráficas El Noticiero, 1952; J. Infante Díaz, La Escuela de Comercio de Zaragoza. Orígenes y desarrollo histórico, tesis doctoral, Universidad de Zaragoza, Facultad de Filosofía y Letras, 1991; F. Soria Andreu, El Ateneo de Zaragoza (1864-1908), Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1993; E. Fernández Clemente, “Regeneracionismo corporativo y fin de siglo XIX: la Cámara de Comercio e Industria de Zaragoza (1886-1898)”, en Doctor Jordi Nadal. La industrialització i el desenvolupamet econòmic d’Espanya, vol. II, Barcelona, Universitat de Barcelona, 1999, págs. 1.455-1.470; L. Blanco Domingo, “Juan Sala Bonañ. Un krausista aragonés frente al nacionalismo económico”, comunicación presentada al VII Congreso de la Asociación de Historia Económica, Zaragoza, 19, 20 y 21 de septiembre de 2001; J. L. Malo Guillén y L. Blanco Domingo, Juan Sala: de la ciencia de la hacienda a la política económica, comunicación presentada a la II Reunión de la Asociación Ibérica de Historia del Pensamiento Económico, Oporto, 14 y 15 de diciembre de 2001; J. J. Gil Cremades, Derecho y burguesía. Historia de una cátedra zaragozana, Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 2002; J. L. Malo Guillén y L. Blanco Domingo, “Estudio introductorio”, en Escritos krausistas de Juan Sala y Bonañ, Zaragoza, Gobierno de Aragón, Institución Fernando el Católico, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2004.
Luis Blanco Domingo