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José Avelino Díaz y Fernández Omaña

Biografía

Díaz y Fernández Omaña, José Avelino. Oviedo (Asturias), 15.IX.1889 – Gijón (Asturias), 19.III.1960. Arquitecto y urbanista.

José Avelino Díaz estudió en la Escuela de Arquitectura de Madrid, donde se tituló el 23 de junio de 1915. Su primer destino fue, en ese mismo año, el de arquitecto provincial de Palencia. En la capital palentina dirigió la finalización de las obras del palacio de la Diputación, edificio de tendencia “neoplateresca” proyectado por Jerónimo Arroyo en 1902. El 20 de agosto de 1919 obtuvo el nombramiento de arquitecto municipal de Mieres, en Asturias, cargo en el que permaneció hasta 1932. En la arquitectura proyectada por José Avelino Díaz en Mieres influyeron tanto la estética regionalista de la Escuela Montañesa, preconizada por Leonardo Rucabado, como el estilo vienés de la Secesión. Ese regionalismo se irá decantando hacia una estética racionalista. Más de cien proyectos, en su mayor parte ejecutados, ilustran una labor arquitectónica que abarca grupos escolares, escuelas privadas, viviendas burguesas, chalets, casas de tipo obrero, locales comerciales, cines, conjuntos sanitarios y edificios religiosos. La poética prerracionalista se percibe especialmente en los proyectos públicos realizados por el arquitecto, como las Escuelas de Figaredo, el proyecto para el Sanatorio del Montepío de Hulleras del Turón, realizado en 1933, y los numerosos proyectos destinados a cinematógrafos y salas de ocio. Su obra más representativa de esta época es el Grupo Escolar Aniceto Sela, construido en 1925, un edificio en el que se interrelacionan referencias neomudéjares, como los arcos escarzanos de ladrillo o la decoración geométrica, con las poéticas racionalistas, patentes, sobre todo, en el sentido funcional del espacio interno.

En 1932, José Avelino Díaz obtuvo la plaza de arquitecto municipal de Gijón, cargo en el que permaneció hasta su jubilación en 1958. La obra realizada en Gijón, anterior a 1940, se encuadra dentro de una arquitectura de claro acento racionalista, en la que se interrelacionan las estructuras en esqueleto de hormigón armado, el lenguaje desornamentado procedente de las vanguardias de los años veinte, los ideales higiénicos y maquinistas, la preconización de la función social de la arquitectura y la preocupación por la ciudad y el desarrollo urbanístico.

Entre las obras construidas durante la Segunda República destacan la escalera monumental de acceso a la playa de San Lorenzo (1933), bautizada popularmente como “la Escalerona”, obra de inspiración naval y símbolo del veraneo gijonés; la Fundación Honesto Batallón (1934), escuela primaria que constituye uno de los mejores ejemplos de la arquitectura racionalista en Gijón; el Instituto Alfonso II, de Oviedo, proyectado en 1934, una obra en la que, sobre una estructura portante de hormigón armado se erige un edificio de claras connotaciones funcionalistas y, finalmente, la Caja de Ahorros y Monte de Piedad, en la calle del Instituto, de Gijón, proyectada en 1936 y en la que intervinieron Félix Candela y Fernando Ramírez Dampierre.

La adaptación de este edificio a un solar en una calle estrecha hace que los volúmenes se fragmenten y recompongan, a la manera de un recurso del cubismo sintético, en las zonas laterales de esta construcción en la que destaca, como un faro urbano, una singular torre.

Durante la Guerra Civil, Díaz Omaña redacta por encargo de la comisión gestora del Ayuntamiento de Gijón, presidida por el anarquista Avelino González Mallada, el Plan de Reformas Urbanas de Gijón, de 1937.

El Plan de Reformas presta atención a los problemas de circulación, estructura viaria, espacios verdes y reforma interior del casco antiguo. Amplía el paseo del Muro y varias plazas urbanas, crea ensanches de acceso, proyecta nuevos parques y una vía de circunvalación de la ciudad. El Plan Gamazo, de 1947, asumió algunos de estos proyectos que anticipaban el Gijón contemporáneo.

Tras la Guerra Civil, la estética racionalista se atempera y se entrelaza con elementos procedentes de la arquitectura popular asturiana, como corredores, aleros, inspirados en lenguajes clásicos, como ménsulas, frontones o arcos de medio punto. Las Viviendas para Pescadores, en el barrio gijonés de Cimadevilla, o La Casa de los Maestros, son algunas de las obras de esta última etapa.

En 1941, José Avelino Díaz fue nombrado decano del Colegio de Arquitectos de León, Asturias y Galicia, y a partir de 1960, por un acuerdo de la Junta general del Colegio de Arquitectos, se le nombró decano honorario. Su jubilación como arquitecto municipal de Gijón se produce el 31 de marzo de 1958.

 

Obras de ~: Pabellón para el Servicio Sanitario de la Sociedad Hulleras del Turón, Mieres, 1924; Casa de Victoriano Menéndez, Mieres, 1925; Casa de Carlos Rodríguez, Mieres, 1925; Grupo Escolar Aniceto Sela, Mieres, 1925;Chalet de Abelardo Fueyo, Mieres, 1926; Hotel de Ulpiano Antuña, Mieres; Casa de Felicidad Velasco, Mieres, 1928; Proyecto para el Ateneo Obrero de Turón, Mieres, 1928; Casa de Faustino García, Mieres, 1928; Chalet de Manuel Muñiz, Mieres, 1931; La Escalerona, Gijón, 1933; Vivienda propia en El Bibio, Gijón, 1933; Fundación Honesto Batalón, Gijón, 1934; Reconstrucción de la Universidad de Oviedo; Oviedo, 1934; Instituto de bachillerato Alfonso II, Oviedo, 1934; Parque de Bomberos, Gijón, 1934; Proyecto no ejecutado de Instituto de bachillerato, Gijón 1935; Caja de Ahorros y Monte de Piedad, Gijón, 1936; Casa de los Maestros, Gijón, 1936; Rehabilitación del Instituto de Jovellanos, Gijón, 1937; Reconstrucción de la Plaza de toros de El Bibio, Gijón, 1941; Viviendas para pescadores en Cimadevilla, Gijón, 1941.

 

Bibl.: J. Aranda Iriarte, Los arquitectos de Gijón alrededor del Racionalismo: Los años treinta, Oviedo, Colegio de Arquitectos de Asturias y León, 1981; F. Diego Llaca, A. Fernández Pérez, Instituto Alfonso II: siglo y medio de historia, Oviedo, KRK Ediciones, 1999; R. García-Avello, J. F. González Romero, M. Díaz Negrete, R. Alvargonzález, José Avelino Díaz y Fernández Omaña y la arquitectura racionalista en Asturias, Gijón, 2000.

 

Ramón García-Avello