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Tomás Antonio Álvarez de Acevedo y Robles

Biografía

Álvarez de Acevedo y Robles, Tomás Antonio. Lois (León), 24.I.1735 – Madrid, 1802. Fiscal, oidor, regente, visitador, gobernador interino de Chile y miembro del Consejo de Indias.

Hijo de Bernardo Antonio Álvarez de Acevedo —juez ordinario por el estado noble— y de Alfonsa de Robles; estudió en Salamanca, donde obtuvo la licenciatura en ambos derechos. En 1766 fue nombrado fiscal de la Audiencia de Charcas. Desempeñó con éxito una comisión jurídica en Buenos Aires, y el virrey del Perú le encargó el gobierno del distrito de Potosí, que ejerció en 1773 y 1774. En 1774 fue trasladado a la Audiencia de Lima, donde ejerció primero la fiscalía del crimen del tribunal y después la civil. Su extraordinaria laboriosidad y sus prendas de cordura y prudencia lo recomendaron en las instrucciones reservadas que recibió José Antonio de Areche, nombrado visitador general del Perú, Chile y Río de la Plata por real cédula de 11 de marzo de 1776. Al crearse las plazas de regentes en las audiencias americanas por real decreto de 17 de marzo de 1776, Álvarez de Acevedo fue elegido para ocupar ese cargo en Chile, cuyo nombramiento recibió el 10 de octubre de dicho año. Una Real Orden de 7 de abril de 1777 entregó la subdelegación de la visita general de Chile al regente Álvarez de Acevedo. En cumplimiento de ese encargo emprendió una tarea de vastísima envergadura: examen de la Contaduría Mayor, análisis de las cuentas, deudas de las cajas, dotación de empleados de la hacienda, examen de los ramos, aduana, estanco del tabaco, lanzas y medias anatas; cruzada, pólvora, barajas, lotería, rentas eclesiásticas, propios y arbitrios; represión del contrabando, tributos y pueblos de indios; fomento de la minería y estudio de los lugares en que convendría establecer intendencias. La visita, concluida por real orden de 24 de enero de 1785, significó una reestructuración de las plantas administrativas en Chile y, a más largo plazo, la creación de una Junta Superior de Real Hacienda en Santiago, lo que supuso la independencia financiera de Chile respecto del virreinato del Perú.

Mientras oficiaba de visitador, la Real Audiencia recibió el 6 de julio de 1789 la comunicación de que el gobernador de Chile, Agustín de Jáuregui, había sido promovido como virrey del Perú. Ese mismo día Álvarez de Acevedo, en cumplimiento de las Instrucciones de Regentes, tomó el mando interino del país. En los cinco meses de su gobierno introdujo diversas medidas de aseo y ornato de Santiago, organizó a su policía, reglamentó el abastecimiento de víveres y envió tropas de refuerzo a la plaza de Valdivia.

Recibido del gobierno el brigadier Ambrosio de Benavides, en enero de 1781, Álvarez de Acevedo debió de conocer de una denuncia sobre una conspiración fraguada por dos franceses para hacer de Chile un estado independiente.

Las investigaciones, llevadas con gran sigilo, demostraron que los franceses Antonio Gramusset y Antonio Alejandro Berney habían tratado de comprometer a otras personas en el plan, entre ellas al mayorazgo José Antonio de Rojas. La Audiencia, por inspiración del regente Acevedo, y temiendo que el caso chileno estuviera influido por la sublevación de Túpac Amaru en el Perú, optó por mantener absoluta reserva sobre el caso, reducir a prisión a los franceses y remitirlos a Lima, e ignorar la eventual participación de Rojas.

La muerte del gobernador Benavides, el 27 de abril de 1787, obligó a Acevedo a hacerse cargo del gobierno por segunda vez, destinando especial atención a regular el comercio de trigo con Perú y a determinar el real potencial de ciertos yacimientos de mercurio descubiertos en Coquimbo. Pero de mayor importancia fue la intervención que le cupo en la aplicación en Chile de las Ordenanzas de Minería de Nueva España, que adicionó con cuarenta y nueve declaraciones.

El 4 de septiembre de 1784 el marqués de Sonora lo designó superintendente de la explotación del azogue.

Caballero supernumerario de la Orden de Carlos III en 1786, entregó el mando al nuevo gobernador Ambrosio Higgins el 2 de mayo de 1788, y por real despacho de 15 de octubre de 1788 fue promovido al Consejo de Indias, al que se incorporó al año siguiente.

Casó en Santiago en 1777 con la limeña María Josefa Salazar y Carrillo, en virtud del real permiso que había obtenido en 1775.

 

Bibl.: V. Carvallo Goyeneche, “Descripción históricogeográfica del Reino de Chile”, vol. II, en VV. AA., Colección de historiadores de Chile y documentos relativos a la historia nacional, vol. IX, Santiago de Chile, Imprenta de La Estrella de Chile, 1875; D. Barros Arana, Historia Jeneral de Chile, t. VI, Santiago de Chile, Rafael Jover, 1886; J. T. Medina, Diccionario Biográfico Colonial de Chile, Santiago de Chile, Imprenta Elzeviriana, 1906; M. L. Amunátegui, Los precursores de la independencia de Chile, t. III, Santiago de Chile, Imprenta Barcelona, 1910; J. L. Espejo, Nobiliario de la Capitanía General de Chile, Santiago de Chile, Andrés Bello, 1967; F. Silva Vargas, “La visita de Areche en Chile y la subdelegación de Álvarez de Acevedo”, en Historia (Santiago, Universidad Católica de Chile, Instituto de Historia), 9 (1967), págs. 153- 219; A. Dougnac Rodríguez, “La Real Administración del Importante Cuerpo de Minería de Chile (1787-1802)”, en Revista Chilena de Historia del Derecho (Santiago, Editorial Jurídica de Chile), 8 (1981), págs. 109-130; M. A. Burkholder y D. S. Chandler, De la impotencia a la autoridad. La Corona española y las Audiencias en América, 1687-1808, México, Fondo de Cultura Económica, 1984.

 

Fernando Silva Vargas

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