Hija de un modesto constructor de carros, pasó sus primeros años en colegios públicos de la localidad aprendiendo en ellos las mínimas nociones culturales que se vieron complementadas con el aprendizaje de lo que debía conocer quien, como ella, parecía predestinada a convertirse en ama de casa.

Apenas cumplidos los doce años, ingresó en la Escuela de Artes y Oficios de Avilés, institución en la que coincidió con avilesinos de toda clase y condición, orientándose bien pronto al aprendizaje del Dibujo en las clases impartidas por Manuel Soria y que amplió con las de Modelado y Vaciado. La obtención de una matrícula de honor en el curso que finalizaba en agosto de 1926 parece ser el acicate esperado para dedicarse a la práctica del arte. En los dos siguientes cursos captó la atención de los profesores que intentó convencer a sus padres para que le permitiese cursar estudios superiores. [...]