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Pedro

Biografía

Pedro. Pedro Bono. ?, p. s. XIII – ¿Zamora?, c. 1255. Obispo de Zamora.

No han llegado testimonios de su fecha y lugar de nacimiento. También conocido como Pedro Bono (1247), fue un nepote de su tío el cardenal Gil Torres (cardenal de 1217 a 1254), según el profesor Linehan.

Fue electo en 1239 y confirmado en 1242. Sucedió en la sede episcopal a Martín Rodríguez, que fue promocionado para la silla de León. Y fue su sucesor Suero Pérez, quien en su memoria lo describe como un mal administrador al haber dejado a la Iglesia endeudada.

A esta lectura contribuyó el propio prelado al presentar un informe de las deudas contraídas en su gestión (1255) y, dos días más tarde, expuso en presencia de su Cabildo una memoria de la gestión de su patrimonio, organizado en cilleros episcopales, describiendo las compras y ventas de diferentes tipos de propiedad —casas, corrales, tierras, viñas, etc.—, y describe también las obras de construcción de palacios, aceñas, así como las reparaciones de iglesias y casas indicando el precio de los bienes.

Al final de su episcopado fue favorecido por el repartimiento de Sevilla con la donación de cuarenta aranzadas de olivar y de higueral en Villa Hermanas (1253), además de otras diez aranzadas de viñas en la misma.

En el plano jurídico no adoptó en sus constituciones los principios de su tío, el cardenal, que tenían como ejes la separación de las mesas episcopal y capitular y, por tanto, las rentas con el objetivo de dar una mayor base económica a los cabildos, como lo siguiera la sede salmantina (1245). En cambio, se mostró generoso con sus canónigos al donarles las tercias de Castronuevo (1251), los diezmos de Molacillos (1251) y la villa andaluza de Jaucena (1253). Y permutó con ellos las villas de San Mamed y San Martín de Bamba por Manganeses de la Lampreana y la mitad del despoblado de Junciel.

Es de destacar la aplicación del capítulo 55 del IV Concilio de Letrán en los acuerdos que él establece sobre diezmos con órdenes militares y monasterios (1243-1244), eximiendo el pago de los mismos a las tierras adquiridas antes de dicho Concilio o que sean trabajadas con sus manos, mencionando documentalmente el mencionado concilio.

El obispo alcanzó acuerdos con las órdenes militares sobre la percepción de los derechos episcopales en las iglesias. Con los hospitalarios en las villas de Santa María de Castellanos, San Juan de la Mota y Peleas de Abajo (1239); con los templarios sobre la iglesia de Santa María de Villalbarba (1241).

De la buena relación mantenida con los monasterios cistercienses, y más concretamente con el de Moreruela, se tienen los testimonios documentales de los acuerdos suscritos sobre derechos del obispo en la iglesia de Riego del Camino (1243), Bustillo y Quintanilla (1244); o la concesión por el cenobio del derecho de patronato de la iglesia de San Pedro en Pajares al obispo (1244), así como la donación pro anima del arcediano de Toro, Pedro Pérez, de tres casas en la ciudad para la enfermería del monasterio (1250).

También sostuvo vínculos de cooperación con los concejos de sus villas de señorío. Con Venialbo llegó a un acuerdo sobre la administración y explotación de una dehesa (1249) y sobre el aprovechamiento del agua (1252). Y con Fuentesaúco llegó a un acuerdo sobre los productos a diezmar (1251).

Al final de su episcopado, el valor de las deudas ascendía a 2000 maravedís. Entre los acreedores, eclesiásticos en su mayor parte, se encontraban su Cabildo, los obispos de Salamanca y Astorga, los abades de Moreruela y Husillos, inclusive judíos de Castrotorafe.

El mayor débito era el contraído con su tío el cardenal Gil con 290 maravedís. Entre los justificantes de sus gastos anotó su consagración episcopal, donde estuvo presente el arzobispo de Compostela, o la asistencia al Concilio de Lyon. En la nómina de acreedores no incluía a banqueros florentinos, a quienes quiso pagar en París en 1247 enviando a un sirviente suyo, Rodrigo González, y no se presentaron.

Su Cabildo estaba formado por las siguientes dignidades: deán (Juan), arcediano (Pedro Pérez), chantre (García Peláez), maestrescuela (Vicente, y Gil), tesorero (Vicente).

 

Bibl.: M. Zataraín Fernández, Apuntes y noticias curiosas [...] de Zamora y su diócesis, Zamora, Est. Tipográfico de San José, 1898; P. Linehan, La Iglesia Española y el Papado en el siglo XIII, Salamanca, Universidad Pontificia, 1975; J. L. Martín Rodríguez, Documentos zamoranos, I. Documentos del Archivo Catedralicio de Zamora. Primera parte (1128-1261), Zamora, Universidad de Salamanca, Colegio Universitario, 1982; J. Sánchez Herrero, “Historia de la Iglesia de Zamora, siglos v al XV”, en Historia de Zamora, I. Edad Media, Zamora, Diputación Provincial, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, 1995, págs. 687-753; J. C. de Lera Maíllo, Catálogo de los documentos medievales de la catedral de Zamora, Zamora, Diputación Provincial, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, 1999; “Memoria del obispo Pedro I”, en Remembranza, Zamora, Fundación Las Edades del Hombre, 2001, pág. 153; P. Linehan, “El cardenal zamorano D. Gil Torres y la sociedad zamorana de su época”, en VV. AA., Segundo Congreso de Historia de Zamora (2003), vol. II, Zamora, Diputación Provincial, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, UNED-Zamora, 2007, págs. 69-89.

 

José Carlos Lera Maíllo

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